Ella no subía al coche y el coche de Alex no se movió, sino que se paró allí esperándola.Poco después, apareció un coche detrás y empezó a tocar la bocina. El conductor asomó la cabeza por la ventanilla, al parecer con la intención de decir algo. Sin embargo, cuando vio la marca y la matrícula del coche, solo movió la boca levemente sin decir nada. Luego se sentó en el asiento. Aunque estaba deseando pasar por allí, no le quedaba otro remedio que esperar.El coche que estaba detrás del de Alex había visto que el que le impedía el paso era un Rolls-Royce. Sin embargo, los coches ubicados aún más atrás solo podían ver el Nissan de unos cien mil pesos, que tenía mejor calidad a su precio. Por eso, los conductores que estaban más lejos no tenían ganas de ser amables. El coche de delante no se movía y ellos no podían parar de tocar la bocina.El dueño del Nissan se sentó en el coche con una expresión de molestia. También quería tocar la bocina como ellos, pero no se atrevía a hacerlo… A p
Sofía se alegró. Quiso reír, pero no lo hizo."Si lo ayudo a conquistar a Noa, ¿me va a estar más agradecido? ¿Incluso me invitará a su empresa y me contratará? Jsjsjsjs", se preguntó en silencio sintiéndose alegre. Noa no sabía en qué estaba pensando su amiga. Después de que Noa se abrochara el cinturón de seguridad, el chófer arrancó el coche de inmediato para alejarse de ese lugar, lleno de quejas de otros chóferes y el ruido de las bocinas. Seguramente la policía llegaría pronto.El coche por fin marchaba en silencio. Con el aire caliente del aire acondicionado, Noa se sintió más cómoda después de haber sufrido el frío de afuera. Su molestia iba disminuyendo.Nadie decía nada. El chófer sintió un escalofrío y les preguntó amable:—¿Es necesario subir la temperatura del aire acondicionado?Sofía negó con la cabeza y respondió:—Para mí la temperatura actual está bien. ¿Qué te parece, Noa?—Yo igual —respondió Noa.El chófer sonrió como repuesta. Como les parecía innecesario ajusta
Alex frunció los labios y dijo de mala gana:—Si te gusta, a mí…—¿Qué? Olvídalo, si a ti te gusta, a mí ya no.Alex la miró molesto. Obviamente, ella lo había dicho a propósito."¿Está enojada conmigo porque he mandado detener el auto a su lado para obligarla a subir? ¿Lo ha dicho a propósito para enojarme?", se preguntó en silencio Alex mirando fijamente a Noa. Ella se mostraba muy tranquila e incluso un poco orgullosa.En realidad, Noa sí que lo había hecho a propósito. De todos modos, fue él quien había hecho demasiado para obligarla a subir al auto. Antes ya le había puesto las cartas sobre la mesa, pero él seguía molestándola. Por eso ya no era necesario actuar con amabilidad ante él.Sofía, que estaba sentada en el asiento delantero, sintió un escalofrío en todo el cuerpo después de escuchar la conversación entre los dos. Aunque ya sabía que Noa siempre le ponía cara seria a Alex, no esperaba que él hubiera sido tan humilde y que escuchara las palabras desagradables de Noa sin
Sofía miró a Noa discretamente por el espejo retrovisor. Las palabras de Alex, "me gustas tú", hicieron que el corazón le diera un vuelco a Sofía. ¿¿El señor Hernández se estaba declarando a Noa?? ¡¡Obviamente estaba declarándose!!Por eso de inmediato miró a Noa para ver su reacción. Sin embargo, descubrió que ¡Noa seguía inexpresiva! ¿No sentía nada por él? ¡No era posible! Sin mencionar que había sido Alex quien lo había dicho, incluso si fuera un hombre común quien se te declarara, sentirías algo ante sus palabras, ¿no?Pero, en realidad, Noa no lo sentía. Solo miraba fijamente a Alex, y después de un buen rato, respondió con un "vale".Sofía se sorprendió. ¿Solo así? ¿No iba a decir nada más? Esperaba que los dos se convirtieran en pareja y tuvieran un feliz final y así ella sería testigo de la escena tan emocional de declaración.Pero a Alex no le pareció extraña su respuesta. La conocía muy bien y era la reacción que estaba esperando. Entendió que era difícil que ella lo perdo
Noa se sorprendió e intentó soltarse de su agarre.Pero Alex sabía muy bien qué quería hacer y presionó la mano de Noa con más fuerza hacia sus labios. Dijo con una sonrisa maliciosa:—Ahora me estás tapando la boca, ¿no?Noa usó más fuerza intentando liberar la mano.Como había logrado su objetivo, Alex dejó de sujetar su muñeca con fuerza, así que Noa logró la libertad de su mano. Luego lo miró con el rabillo del ojo enojada.—¡Estás loco!Sin embargo, la sonrisa de Alex se volvió más amplia. —Así es. Porque he sufrido tanto por la enfermedad del amor.“¡Tú no sabes lo que dices! ¡Idiota! ¡Estás realmente loco!”, maldijo Noa en silencio. Tenía muchas ganas de bajar del auto en ese instante. En los asientos delanteros, Sofía y el chófer estaban totalmente estupefactos y se mantuvieron paralizados durante toda la conversación. Nunca habían esperado que el arrogante Alex actuara así. ¿No era una ilusión, cierto?Pensando en esto, y por el rabillo del ojo, los dos sintieron la mirada f
Simón se paró a su lado y le lanzó una mirada indescriptible. Respondió secamente:—Hola.Seguía siendo el arrogante Simón.Desde que supo que era hermana carnal de Manuel, Simón se había estado hundiendo en los malos pensamientos, sin saber cómo enfrentarse con su parentesco. Luego había salido de su estado al verla bajarse del Rolls-Royce hace un rato. Le había llevado unos minutos aclarar sus propias emociones. Después de lograr una respuesta, había acelerado sus pasos para alcanzarla y pudo tomar el mismo elevador que ella.El asistente de Simón, Gabriel, después de entrar al elevador, las saludó a las dos:—Hola, señorita García, señorita Sofía.Noa le respondió con una sonrisa. Luego preguntó:—¿Acaban de volver del set?Gabriel asintió con la cabeza y dijo:—Cierto. La filmación de hoy ha tardado mucho en terminar. Señorita García, ¿por qué sigues llevando la ropa para filmar?—Es que me he olvidado de cambiarme de ropa y no me di cuenta de eso hasta haber salido del set.—No pa
“¿En qué está pensando ella? ¿Por qué de repente se le ocurrió invitarme a cenar? ¿Y el regalo? ¿Así que aún no sabe que ella me gusta?”Simón estaba un poco ansioso, porque Noa no había mencionado nada de sus propios sentimientos después de ver el vídeo. Pero no era fácil tener una oportunidad de cenar con ella, así que asintió rápido. Era mejor que ella tomara la iniciativa de citarlo para la cena.Al ver el gesto de Simón, Noa dijo:—Entonces, cuando tengas tiempo, me avisas. Luego buscaré un restaurante y reservaré mesa.Al escuchar esto, Simón iba a asentir de nuevo, pero de repente recordó el auto que Noa había tomado. Volvió a sentirse disgustado y respondió:—Tendré tiempo libre mañana.—Simón, mañana... —dijo Gabriel intentando recordarle.Pero Simón lo interrumpió:—Prefiero mañana, ¿bien?Gabriel se sorprendió, pero se dijo a sí mismo: "Olvídalo, solo eres su asistente y no puedes cambiar su decisión."—¿Mañana? Déjame revisar mi horario. Si mañana tengo tiempo, te escribiré
Inesperadamente, Simón respondió con cara de arrogancia:—¿Te parece una casualidad? Si hubiera sabido que vives en la habitación de enfrente, no me habría mudado aquí.Después de escuchar esto, Gabriel y Sofía, perplejos, miraron a la vez hacia él. No esperaban que fuera tan hipócrita y que le dijera algo tan duro a Noa.Noa parpadeó avergonzada y no respondió. ¿Él seguía enojado con ella por ese asunto?Al notar la mirada fija de ella, Simón se sintió culpable y empezó a preocuparse de que sus palabras hubieran sido demasiado duras y la hubieran lastimado. Por eso agregó:—Fue la verdad. Si lo hubiera hecho después de saber que estabas viviendo aquí, habría causado un malentendido, ¿no?Noa se quedó un poco aturdida y luego asintió.—Tienes razón.Los demás no sabían qué decir. Pronto llegaron a sus habitaciones.—Simón, hasta luego —se despidió Noa y luego abrió la puerta de su habitación.Simón no quería separarse de ella tan rápido y la llamó:—Espera.—Dime.Simón la miró. Quería