Calix El auto se detuvo y yo di un largo gemido, noté como el hombre quería hacer preguntas, pero yo solo le di una mirada cargada de advertencia.La misma que ella había dado hacía unos minutos, cuando me vio caminar doblado hacia el auto y parecía querer preguntar si tenía alguna herida.Pero mi ego había sido tan lastimado que no podía siquiera mencionar el hecho de que mi esposa me había propinado un rodillazo en la entrepierna.Solo porque la había arrinconado contra una pared, aunque si lo pensaba bien, hacía unas semanas, ella me había encontrado de aquella manera con otra mujer.Di un resoplido y me maldije por ello, eso de ser expuesto parecía estar cobrándome una terrible factura.―Capitán… Capitán que bueno que lo encuentro yo… ¿Qué le paso?El teniente observó a mi chofer, aquel que negó con la cabeza, mientras que yo por un instante trate de verme lo más normal del mundo, camine hacia la entrada del lugar y la única palabra que podía pasar por mi cabeza.Solo surgió de m
Ruidosos, todos eran muy ruidosos, era curioso, ni siquiera había salido del auto, y el ruido era tan ensordecedor, que incluso me molestaba de sobre manera, por esa razón.Solo di un largo suspiro y me regocijé en mi propia mente, tal vez esto era una señal, una manera del mundo para decirme que solo me marchara sin más.Sobre todo, cuando llevaba casi quince minutos en el maldito auto, y el inútil de mi esposo no se había dignado a venir, todavía estaría adolorido por el golpe que le proporcione.Di una pequeña risita ante aquel pensamiento, sobre todo porque era ridículo, ya había pasado una semana de ello, era imposible que ese bastardo sufriera aún por ello.Solo era una mujer de compleción media era más que imposible que sufriera tanto por un golpe como ellos, estaba segura de que le habían causado muchos peores.― ¿Señora? ¿Desea acaso que nos marchemos?Observe a mi chofer, él me conocía muy bien, la verdad era que había venido a muchas de estas fiestas, pero la verdad era que
La mujer lo observo llena de sorpresa, justamente como yo lo hacía, algo que no pude evitar imitar, pues lo observaba llena de preguntas.Una pregunta que no tuvo respuesta, pues la mujer sin más solo dio media vuelta y camino hacia la multitud llena de furia.Note algunos rostros sobre nosotros, mientras que yo quería saber ¿Qué había pasado justamente ahora? ¿Elrod me había defendido?¿Había puesto a una de sus amantes frente a mí? Esto era nuevo, no solo porque lo hiciera Elrod, también era por el hecho de que yo jamás había sido defendida.Mi madre solía decir que ella nunca lo haría, al igual que lo hacía mi padre, mientras que yo había crecido con la fiel convicción de que era una niña fuerte.Y que debía o ignorarlo o simplemente al dar una respuesta, saber hacerlo con clase y sin deshonrar a mi familia, debía pelear mis propias peleas, debía hacerlo todo sola.Esto era tan nuevo en mí, que había causado una pequeña sensación en mi interior un poco nublosa, la verdad era que no
El día había llegado sin más, y parecía ser que, desde el inicio de este, las cosas no me iban a agradar para nada como se darían.Sobre todo, viendo al desagradble hommbre que estaba fuera de mi hogar, más cuando aquel me saludo al notar mi mirada sobre la suya.Y como se mostró un poco incómodo, pues los guardias de seguridad se negaban a permitir la entrada en el lugar.―Landleli, ¿Qué te pareció la noche anterior?La mujer de la misma edad me observo llena de preguntas, sus ojos castaños y su cabello muy bien arreglado, no se movió ni un poco ante su movimiento brusco.Observe su traje muy bien arreglado y su expresión de desconcierto ante mi pregunta, mientras que yo la observe con una pequeña sonrisa, conocía a Landleli, desde que éramos unas niñas.Su madre había sido mi nana, y ella había crecido para poder atenderme como mi sirvienta desde que tenía uso de razón.Era algo así como un legado familiar, la verdad fue que cuando esta estuvo en conciencia de elegir, le indique le
― ¿Estás seguro de que es una decisión tomada?Observe al hombre frente a mí, su rostro estaba fijo en cada una de mis expresiones, parecía ser un león a punto de atacarUno que no estaba dispuesto a permitir siquiera que yo tuviera el más mínimo pensamiento de duda, pues de inmediato acabaría conmigo en un santiamén.―Sí, estoy más que seguro, esto que estoy haciendo es algo que no me permitirá jamás arrepentirme.Él me observó con firmeza, para luego abrir el enorme maletín, al abrir aquel brillaron con tanta intensidad que podría jurar que no había visto nada igual en su vida.O por lo menos yo no había visto a alguien tan emocionado de esa manera en mi vida, pues sin más, solo había iniciado un llanto bastante agitado.En lo que yo no sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer, más cuando solo había caído de su silla, con el artículo en manos y lloraba como un pequeño niño.―Esto… Esto…Seguía y seguía balbuceando la misma palabra, mientras que yo un poco incómodo me acerqué a él y
― ¿Señora? Pido disculpas, pero… Tiene visitas…Entonces logre salir de aquella burbuja tan extraña en la que estaba envuelta, escuche una maldición de parte de Elrod.Y sin pensarlo mucho, a pesar de que mis mejillas estaban completamente sonrojadas, le di un fuerte empujón, logrando que aquel me observara con una mirada cargada de frustración.Hombre lujurioso, no podía creer que yo haya caído en las tonterías de este hombre, no podía siquiera creer que yo solo hubiese caído en esto.¿Cómo es que hice ruidos tan extraños? Tenía mis mejillas sonrojadas y le parecía esperar algo de mi parte, yo solo pude señalarlo con mi dedo.Mientras que él abría sus ojos a la espera de algo al parecer, mientras que yo solo di un resoplido y hablé con toda la dignidad que podía.―Las parejas no tienen relaciones en todas partes, ellos esperan una hora moderada y un lugar adecuado, como la habitación de estos, no lo hace como animales donde sea y donde sea, respeta…Él se quedó en silencio por un mom
—¿Qué? ¿Qué acabas de decir?La observé sin poder créelo ¿Helena? ¿La misma Helena que yo conocía? Aquella mujer que estaba locamente enamorada de Elrod.Entonces era por ello, que estos hablaban con tanta facilidad, era por ello, que Emiliano parecía conocerla muy bien e incluso ´parecía regañarla.Ellos no solo se conocían, ellos eran pareja, se casarían a final de este año, lo harían y yo, yo me quedaría sola, yo solo, estaría aquí, atada a nada, a solo vivir como la basura que soy.De verdad tenía una leve esperanza de que aquellas palabras de mi madre, aquellas que claramente me demostraban, el ser tan degradable que era.No fuera verdad, que tan siquiera una sola persona se quedara conmigo, una que de verdad me amara sin ningún tipo de impedimento.Pero eso parecía no ser más que una falsedad, no más que un sueño estúpido, de que al parecer debía despertar de una buena vez.―Mi señora…―Gracias por la información…―No quiero las gracias, lo único que quiero es que usted vea la r
Calix ¿Embarazada? ¿Embarazada? Carajo, no, no puede estar hablando en serio, no puede, no pude ser, siempre me he protegido, siempre he cuidado todo lo que hago con otras mujeres.Mis ojos se fueron directamente hacia mi esposa, aquella que tenía una expresión claramente molesta, por lo menos así fue hasta hacía unos segundos.Para luego ser remplazada por una expresión llena de apatía, este es mi jodido fin, ella hacía unos segundos estaba discutiendo conmigo, por el hecho de dudar si estar o no conmigo.Ella había estado incluso observándome con la determinación de mandar lo nuestro al carajo, parecía incluso no importarle dejar de lado nuestro trato.Ahora con esto, es más que definitivo, que le había dado una confirmación, que había elegido lo mejor, por lo que observe a aquella mujer llena de furia.―No me des esa mirada, soy la madre de tu hijo…―No te atrevas a decir palabras como aquellas, tengo que ver una confirmación…―Por supuesto, aquí está mi prueba de embarazo, podrás