Había muchas formas de poder llamar a este día, un entero desastre podía decirse que era, observe desde la inmensa cama en la que me encontraba la enorme habitación.Aquella que se suponía que debía compartir con mi supuesto esposo, aquel hombre que no había llegado desde que lo deje en aquel lugar.¿Se habrá ido con una de sus amantes? ¿Y a mí qué me importaba? Aunque no negaré que estaba un poco decepcionada.Después de lo que ocurrió, imaginaba que este hombre había aprendido una lección, ahora veo que no fue de aquella manera.Que al final de cuentas, este tonto hombre, no parecía tener un ápice de inteligencia, ¿De verdad estaba considerando algo como lo que estaba planeando hacer?Estaba llena de dudas en este instante, fue entonces cuando la puerta fue abierta, observe al hombre que estaba frente a mí.Al fin llegaba, y por su expresión parecía estar dudando en siquiera entrar o no a la habitación.Mientras que yo estaba medio recostada en la cama, el libro que no había pasado
¿Qué tontería acaba de decir? Lo observé como si fuese no más que un demente, como si nada de lo que estaba diciendo tuviese la más mínima lógica.Lo observé con una expresión completamente abrumada, no entendí nada de lo que hablaba este loco hombre, fue entonces cuando aquel.Pareció entender que yo tenía palabras para él, que no había manera de que simplemente pudiese siquiera darle una respuesta concreta ante sus resiente palabras.―Pareces abrumada.― ¿De verdad? Es más que lógico que estira abrumada, aunque puedo llegar a decir que creo más que estoy completamente segura de que tus palabras son más que una mentira, simplemente son para enamorar y para que puedas manipular esta situación a tu antojo.Él parece dolido ante mis palabras, podría jurar que estaba frustrado con la idea de que yo no creyera ni un ápice.Pero no podía juzgarme, un hombre que amaba, no haría nada de ello que él a hacho conmigoEsa excusa de que tenía miedo, todo aquello que había dicho.No era más que ba
Un mar tranquilo, una puesta de sol, un bosque frondoso y lleno de árboles, con un silencio lleno de una pacífica soledad, un fuego en una cabaña desolada.Piensa en cosas tranquilas, piensa en cosas que no te afecten, piensa en cosas que solo logren mantenerte en calma, esto no es más que una transición.La manera de tener ese hijo, aquello que sé que sin duda sería mío, por lo que esto no era más que un negocio, uno que definiría mi futuro.Por lo que cada que hiciera esto, solo debía pensar… Pensar en cosas pacíficas… Debía… Debía concentrarme en algo tranquilo… Algo…Un gemido surco de mis labios, y un temblor se apoderó por completo de mi cuerpo, justamente cuando las pequeñas tiras de mi vestido fueron bajadas por Elrod.Aquel al que le había cambiado por completo la mirada, y aquellos ojos de cachorro tan suyos cuando estaba conmigo, ahora eran los de un gran lobo feroz.Se supone que mentalmente estaba preparada, pero esto… Esto sin duda alguna estaba logrando salir de mi capa
Qué sofocante ¿Cómo es llegue aquí? Observe la ventana abierta par a par, el cielo mostrándose de un inmenso azul, mientras que la brisa que salía del mar se adentraba.Haciendo que la cortina blanca, se moviera a su par, esta no era la habitación que se supone que había sido asignada para mí el día anterior.Esta habitación podía notar que era más pequeña, era cierto que este lugar era hermoso, todo en esta casa era hermoso, pero me sentía sofocada.Completamente atada, me moví un poco y un pequeño gemido de molestia se echó en mi espalda,Y como si fresé un relámpago, llego a mi cabeza con rapidez lo que había llegado a pasar la noche anterior.Además de la molestia en la parte baja de mi estómago, sin duda demostrando que había tenido una de las noches más extrañas de mi vida.Aunque no compendia ¿Cómo era que este hombre funcionaba? Ya podía sentir su monumental miembro reaccionar ante mis movimientos.No, según tengo entendido, es más que normal en los hombres en las mañanas, por
Calix…― ¿El capitán está de buen humor?―No lo sé… Pero ¿Puedes ver esa sonrisa? Sin duda alguna está de muy buen humor…―Eso estoy viendo, sin duda lo está…Qué ruidosos son, no es como si fuese un hombre tan amargado, solo soy alguien que no sonríe, alguien que sabe pedir a sus subordinados de manera amable.Pero, aun así, no muestro sonrisas por doquier, y mucho menos parezco un hombre simple que pueden pisotear fácilmente.Por lo que no entendía por qué eran tan escandalosos, entonces el viento soplo y el viento de la mañana vino a mí, el hecho de recordarla a ella.Era curioso, pero no negaré que estaba de tan buen humor, carajo, el solo estar con ella en mi noche, y seguirla teniendo en mi mañana.En verla a ella completamente dormida, agotada de una larga noche en mis brazos, sus gemidos, como me llenaba, el solo pensar en ello, me hacía sentir un deseo de estar completamente vivo.Por volver a casa de inmediato y hacer la mía nuevamente, pero no podía hacerlo, no cuando tenía
Atlas sonrió un poco incómodo ante la mirada de Elrod, aquel que parecía querer preguntarle que hacía aquí, pero antes de que este pudiese preguntar algo.Landleli que había bajado las escaleras hacía unos segundos hablo hacia aquel mientras que yo le agradecía en silencio esto.Pues sabía que tarde o temprano este se enteraría de la razón por la que aquel había venido a nuestro hogar, el hecho de que al parecer mi madre.Había dejado como última tarea arruinar mi vida por última vez, pues algo me decía que Elrod no solo iba a querer una explicación sobre el hecho de que Atlas era mi hermano menor.También querrá saber que soy exactamente yo y como es que la mujer, que se supone que era mi madre, pudo darle todo al hijo bastardo.Además del hecho de que ahora no solo perderé todo, también es el hecho de que estaba a completa merced de este hombre que es mi supuesto esposo.―Atlas, la habitación de invitados está lista…―No hay necesidad Landleli, yo me iré ahora y…―No te irás, hablar
― ¿Celoso? ¿Cómo que celoso?Él solo se encogió de hombros, me observo como si fuese no más que una pregunta tonta, como si yo fuese la extraña y no él.A cada segundo Calix Elrod, me ponía más y más incómoda, además del hecho de no saber cómo interpretar sus palabras, pues solía siempre darme sorpresas y más sorpresas.―Sí, estoy celoso, eso es justamente lo que ocurre, estoy muy, muy celoso, no entino por qué Atlas siempre se roba toda tu atención cando estamos juntos, no entino porque otros hombres parecen robar tu atención, es igual que Emiliano.―No entiendo por qué Emiliano ahora es mencionado en el tema.―Porque es verdad…―No, no lo es, Emiliano es mi amigo, el hombre en el que he confiado, mientras que Atlas es aquel sirviente leal, inteligente, habilidoso y perceptivo a las necesidades que me rodea, él es sin duda el mejor empleado que he llegado a tener.―Ya veo, sin duda alguna es perfecto.―Así es… Es un empleado perfecto, eso no lo negaré, aunque tengo que tener una conv
Calix Camine de prisa, lo hice decido, tanto así que podría jurar que estaba viendo de colores ¿Qué era lo que hablaban? ¿Es lo que creo que hablaban?Hijo de puta, ¿Cómo se atrevía? ¿Cómo podía ser tan descarado? ¿Qué era un perro leal? No, no lo permitiría, camine con aún más prisa, en lo que lo al llegar a la habitación.Tuve la fortuna de ser más rápido que él y atraparlo, mucho antes de que este siquiera pudiese encerrarse en la habitación.Pero antes de reaccionar de la manera en la que planeaba hacerlo, decidí claramente, solo poder estar un poco más tranquilo.Pues si lo tocaba, si llegaba Calíope a ver algún tipo de marca en su perro fiel, estaba más que seguro de que se enojaría terriblemente.Y ahora mismo, no quería enfrentarme a problemas innecesarios, más cuando algo me decía que el cariño que esta le tenía a este simple sirviente.Era aún más fuerte, que las ganas de tener sexo conmigo o incluso ese hijo que me había pedido.Y eso hacía que mi enojo fuese aún más fuert