En ocasiones a Troy no le gustaba hacer de guardaespaldas, hacer de guardaespaldas de Matthew, por el simple motivo del que el chico hablaba sin parar y era demasiado inquieto, a pesar de que aun se encontraban en el auto de camino a una farmacia cercana. Cosa que extrañó a Troy, por lo que tuvo que preguntar el porque estaban yendo hacía una, pero solo obtuvo un encogimiento de hombros y evasivas. Y bien, Troy no fue insistente, aunque tampoco era algo que iba a dejar en la incógnita, puesto que como seguridad del chico él debía de saberlo todo, ya saben, para informárselo a su jefe y no ser despedido.

—¿Entonces no me dirás nada?— Insistió nuevamente Matt mientras seguía ajustando su asiento de copiloto en medio de casi silenciosas quejas hacía un no presente Jacob.

Troy no desvió su mirada de la carretera, no podía hacerlo de todas formas, la lluvia habitual de Londres había comenzado y era un tanto peligroso no tener la vista hacia delante. Pero Troy si se permitió hablar, entonce