Hanna Escucho demasiado ruido en la parte de abajo de la casa, eso hace que me despierte de una vez. Bajo las escaleras luego de ponerme una bata, no creo que Juan esté con alguien más. Mire la hora y estaba super tarde, supongo que el sueño atrasado estaba muy presente. Llegué hasta la planta de abajo y miré para todos lados pero no se veía nadie. —Juan, ¿Dónde estás? —dije pero, nadie se escuchaba. Caminé a lo largo de la casa, un sonido en la cocina hizo que me alertara. Me acerqué lentamente pero no se veía nadie. La verdad me está dando demasiado miedo estar aquí sola. Mire la biblioteca que estaba abierta, la curiosidad se hizo presente, sé que no debo pero necesito conocerlo más. Al entrar todo estaba muy organizado, todo estaba muy correcto, muchos libros y algunos reproductores de música. Me acerco y agarró un libro, la verdad tenemos mucho en común y no me había fijado. Sonreí por haber tomado está decisión, al abrir el libro cayó una foto de un hombre mayor, un hombre c
HannaMe besa en repetidas ocasiones, intentó seguirle la corriente pero sus besos no son lo que espero, sus besos no son lo que deseo. Pasa su mano por mi pierna, me muevo por la incomodidad. —No, detente Juan. —Se pone más insistente.—Es lo que hacen los adultos Hanna, solo déjate llevar. Olvídate de ese sujeto, yo puedo colaborarte con eso, te voy a mostrar que soy más hombre y mucho mejor. —Me besó con más intensidad por el cuello, puse mi mano para detenerlo, pero estaba cegado y seguía haciéndolo sin escucharme. Con mis piernas lo empuje una vez más, haciendo que él se hiciera a un lado, rápido me puse de pie calmandome. —Comprendo que estés pasado de copas, pero no me pongas un dedo encima solo porque tu lo dices, así no esté de acuerdo. —Él agarra su cabeza, y pone sus manos al frente. —Lo siento, creo que me excedí. No quise hacerte daño. Creo que haber bebido tanto se salió de control. —Creo que es mejor que me vaya a dormir, no me estoy sintiendo nada bien. —Me podría
Hanna Pataleo una y otra vez para que él me deje bajar, sin embargo, es imposible Pablo no entiende razones y lo único que hace es apretar con fuerza mientras maneja.—Eres un troglodita, déjame bajar ya… —grité, él tan solo me miró de lado y sonrió con malicia.—Estamos muy lejos de la casa de Juan ¿cómo te piensas ir? Me imagino que volando, porque no hay otra —él comenta con gracia y la verdad quiero acabar lo es un cretino en todo el sentido de la palabra. —Yo veré como me voy, deja de ser tan petulante al pensar que tú mandas sobre mi vida, porque te aseguro que no es así. —Él se detiene de inmediato. —¿Quieres estar con él? —Aprieta el volante y ni siquiera me habla. —Ya no más Pablo, te puedo asegurar que eso no es asunto tuyo.—Él te quiere lastimar y tú no comprendes eso. Al menos deja que el hombre que contrate te cuide. —Él suspira derrotado—. Te voy a llevar a con él, No debí ponerme así por parte de esa forma pero debes entender, que imaginarme sus manos sobre ti hizo
Uno comete estupideces una y otra vez, eso es obvio. Somos humanos y es muy común que erremos porque es una forma de poder aprender a superar los obstáculos que la vida nos presenta, porque aquí estoy yo de nuevo, cayendo ante él. Si, cayendo ante sus besos y ante sus caricias, ¿Por qué como se hace para no caer ante él? Su mirada, su tacto, sus labios, todo él me está haciendo caer poco a poco, ¿Dignidad? Lamentablemente o no lamentablemente esa palabra avanzó y cerca de él y en sus brazos no existe en mi vocabulario. Él coloca sus manos en mis mejillas, acariciando a su paso.—¿Me perdonas entonces Hanna? ¿Me puedes dar entonces una oportunidad? —Debes convencerme porque aún no me siento totalmente convencida —dije con mis ganas completamente elevadas. —¿Es una invitación para hacer lo que quiera? —Bésame de nuevo Pablo, cuando tu estás desaparece el mundo exterior, no sé como lo haces pero logras que el muro que pongo contra ti, caiga a mil pedazos. —Sus ojos me observan, me ta
HannaLas miradas iban y venían entre los dos, las palabras sobraban en este momento, comimos mientras las bajas temperaturas se hacían presentes, el mantenía su espacio, parecía que estuviera enojado y realmente me siento frustrada por eso. Porque sencillamente parece que él es un idiota que solo busca algo y ya, al conseguirlo todo vuelve a la normalidad, a su normalidad. —Pronto amanecerá, debería ir a dormir un poco, quiero salir con Roy y con Lu. —¿Dormirás sola? porque en mi cama hay un espacio pequeño en el que podrías caber a la perfección —hace un gesto con su mano, como si me estuviera midiendo—. Entonces pues, mantengo abierta la invitación y por si acaso también la puerta. —Se pone de pie y levanta los platos. —Pablo tu falsa caballerosidad nadie te la cree.—No me importa, porque quiero al menos por hoy darte tu espacio, así lo piensas en esas pocas horas que quedan. —¿Es enserio Pablo? —Sí, es real. Mañana en la noche espero tu respuesta, te estaré esperando en algú
HannaCuando abrí mis ojos, Pablo no estaba. Mire a la mesa de al lado y había dejado una nota “tuve que ir por un problema en el despacho, te dejé algo de fruta cortada y para que prepares huevo con tocino. La dirección del lugar para encontrarnos, te la haré llegar en unas horas por un mensaje. Mientras tanto, pasala bien con tus amigos, estoy seguro que lo necesitas. No olvides que te amo señorita” agarré esa hoja y la besé. Todo lo que está haciendo, provoca un sin fin de sentimientos en mí, me está volviendo loca. Me di un baño y me puse algo de ropa que encontré de Jayson, le envié un mensaje a Luisa para encontrarnos para ir a caminar, me hace falta verme con ellos, creo que con todo lo que está sucediendo los he dejado a un lado y eso no me gusta para nada. Llegué a casa de Roy, allí es donde tengo la mitad de mi ropa, la otra mitad está en la casa de Juan, en estos momentos me siento una persona completamente desordenada con mi vida, me arreglé y me vestí, fui y le di un be
Juan Sabía que en el momento que ella viniera de nuevo hasta esta casa, traería en su cabeza ideas nuevas por eso decidí adelantarme a los hechos, fui hasta el despacho y saqué los papeles que Pablo había firmado, solo con eso puedo hacer su vida miserable. No comprendo porque no verificó que era lo que estaba firmando, eso favor salir a hacer algo importante esta noche al lado de su amada, él mismo se puso la soga en el cuello. En realidad me gustaría hacer todo más rápido y hacer que mi dinero y el dinero de mi familia vuelva a mí sin ningún problema, sin embargo, también quiero hacerles pagar por todo lo que mi padre ha sufrido todo ese tiempo metido en esa cama, sin poder tan siquiera levantarse al baño solo para hacer sus necesidades. Reviso mi teléfono y de nuevo estos sujetos me están pidiendo dinero, no puedo creer en la forma que me están timando, ellos se dieron cuenta que conmigo pueden sacar dinero gratis y fácil, es obvio que su patrón no sería tan permisivo con ellos,
No me gusta tener que repetir, creo que es suficiente con que uno diga las cosas una sola vez, pero no, a ella le gusta ser terca. Ella me metió en esto, así que ella fue la que directamente me abrió las puertas a todo esto. Me hice detrás de ella y jale de su cabello. —Escúchame bien, estupida. Las cosas se harán como yo digo. Vamos a seguir con nuestra perfecta actuación, yo me encargaré de lo demás. —La solté lanzándola sobre la cama. —¿Por qué tendría que hacer eso? en realidad no lo voy a hacer.—Tienes dos opciones: La primera, es que aceptes a las buenas para así evitar que Pablo vaya a la cárcel por un documento que firmó hoy, obviamente esa es la opción más adecuada ya que será la más fácil para todos. Por el contrario, si deseas tomar la segunda opción y decidir no hacer lo que yo digo, mañana te despertarás con la noticia de que el abogado Pablo Sáenz, reconocido por perder uno de los juicios más importantes lo encontraron nadando muerto. —Ella comenzó a hiperventilar. —