Juan Sabía que en el momento que ella viniera de nuevo hasta esta casa, traería en su cabeza ideas nuevas por eso decidí adelantarme a los hechos, fui hasta el despacho y saqué los papeles que Pablo había firmado, solo con eso puedo hacer su vida miserable. No comprendo porque no verificó que era lo que estaba firmando, eso favor salir a hacer algo importante esta noche al lado de su amada, él mismo se puso la soga en el cuello. En realidad me gustaría hacer todo más rápido y hacer que mi dinero y el dinero de mi familia vuelva a mí sin ningún problema, sin embargo, también quiero hacerles pagar por todo lo que mi padre ha sufrido todo ese tiempo metido en esa cama, sin poder tan siquiera levantarse al baño solo para hacer sus necesidades. Reviso mi teléfono y de nuevo estos sujetos me están pidiendo dinero, no puedo creer en la forma que me están timando, ellos se dieron cuenta que conmigo pueden sacar dinero gratis y fácil, es obvio que su patrón no sería tan permisivo con ellos,
No me gusta tener que repetir, creo que es suficiente con que uno diga las cosas una sola vez, pero no, a ella le gusta ser terca. Ella me metió en esto, así que ella fue la que directamente me abrió las puertas a todo esto. Me hice detrás de ella y jale de su cabello. —Escúchame bien, estupida. Las cosas se harán como yo digo. Vamos a seguir con nuestra perfecta actuación, yo me encargaré de lo demás. —La solté lanzándola sobre la cama. —¿Por qué tendría que hacer eso? en realidad no lo voy a hacer.—Tienes dos opciones: La primera, es que aceptes a las buenas para así evitar que Pablo vaya a la cárcel por un documento que firmó hoy, obviamente esa es la opción más adecuada ya que será la más fácil para todos. Por el contrario, si deseas tomar la segunda opción y decidir no hacer lo que yo digo, mañana te despertarás con la noticia de que el abogado Pablo Sáenz, reconocido por perder uno de los juicios más importantes lo encontraron nadando muerto. —Ella comenzó a hiperventilar. —
Hanna Me desperté luego de dormir solo un par de horas, no tengo claro como me dormí, le ordené a mi cerebro que evitara que me quedara dormida. Mire la hora y ya estaba tarde, los mensajes de Luisa diciéndome que me estaban esperando, me levanté y busqué algo de ropa, mire en el espejo aquellas ojeras que eran muy obvias. «¿Por qué eres así Hanna?» me recrimino, porque si no fuera tan impulsiva, no estaría pasando esto. Pero no, tuve que aceptar vivir acá, tuve que aceptar cada ayuda que él me brindaba. «Que estúpida Hanna» La puerta de la habitación se abre, dejando ver a Juan bastante enojado, coloque dime cruce gracias esperando que tenía que decir él, aunque supongo que es por salir tarde de este lugar, el ya está cambiado y tiene una maleta en sus manos. —¿Aún no estás lista Hanna? —grita, no respondo nada, tan solo me quedo aquí esperando que más tiene que decir—. Está bien, puede que sea muy duro y que no sea comprensivo contigo, al fin y al cabo estamos trabajando juntos,
Hanna Preferí darme la vuelta e ir ingresando a esa casa, porque en realidad me duele y mucho ver que él está haciendo eso, «Sé que estoy haciendo lo mismo» pero, no es igual. Entré y salude a mi tía que estaba empacando unos panecillos. Allí estaba su hija, ya que su estómago se veía más abultado, estaba utilizando ropa de maternidad. Loren me miraba con mucha superioridad, como si fuera la reina del lugar y tocará darle pleitesía. Mi tía va hasta el carro a empacar lo último que le faltaba, aprovecho para servirme un poco de agua, quiero estallar y que todos sepan la verdad, sin embargo, temo que él llegué a cometer algo. —Por lo visto Pablo ya te reemplazo, ¿Es triste eso no lo crees? —Se hace frente a mí.—Al menos no estoy embarazada de un hombre que ni me quiere, ni me tolera. Puede ser que Pablo me reemplace o yo a él, pero estoy feliz disfrutando mi soltería. —Serví otro vaso con agua, necesitaba enfriar mi cerebro, ya que si no lo hacía iba a explotar.—Eres una solapada q
Hanna Supongo que perdernos no fue la mejor idea que he tenido en los últimos días, en estos momentos no tengo claro para donde vamos y si fue o no una buena decisión. Aunque parezca que sé lo que estoy haciendo y tengo todo absolutamente planeado, no es así, todo lo estoy improvisando y no se hasta donde lo pueda disimular. —¿Será que dejas de caminar en círculos? lo más seguro es que nos vayamos a perder. —-Sonreí con malicia—. Cómo se nota que no tienes idea a donde ibas a ir, —Pues, nadie te obligó a seguirme. Solo quería tomarme un tiempo para mí, lejos de tantas personas hipócritas, necesitaba mi espacio —dije agitada, está caminata ya me está agotando. —¿Gente hipócrita? me imagino que lo dices porque así te identificas a diario, claro una persona que dice una cosa y hace otra —habla resentido. Lo miro y hago una fina línea recta con mis labios, tiene razón pero no quiero que me lo esté diciendo. —Vuelvo y te repito, nadie te dijo que me siguieras, estoy segura que si me
Hanna Luego de buscar un poco de leña, cosa que no fue muy fácil, llegué y Pablo está ya armando algún lugar para poderlos quedar a dormir o algo, al menos mientras la tormenta pasa. Admiro la capacidad que tiene para adaptarse a cualquier situación, aunque no parezca que él es un hombre diferente. —Siéntate Hanna, tal vez te puedes lastimar de nuevo el pie. —Me hace señas con su boca para que me siente —No deberías preocuparte tanto por mí Te aseguro que no vale la pena —le dije—. Oye tengo hambre, no tienes algo de comer en esa maleta… —Señaló su maleta, él la agarra y niega—. ¿Estás ocultando algo, Pablo? —¿Debería ocultar algo Hanna? Sigue ignorándome por completo, como si yo no existiera, miro mi teléfono de nuevo y estamos sin señal. me senté acomodando mi cabello, el frío ya estaba cada vez más notorio. Cuando por fin él logra encender la fogata se sienta al lado mío, nos quedamos en silencio, era bastante incómodo. —¿Él te hace feliz? — habla directamente mirando ha
HannaNo me dejó responder, su boca se chocó con la mía, nuestros labios comenzaron con una danza, con una lucha por saber quien iba a ganar. Sus manos levantaron mis brazos, las sujetaron a la misma altura de mi cabeza, callaba mis gemidos que salían de forma involuntaria. Así como mis gemidos que salieron de forma involuntaria, también salieron dos palabras que no podía revelar… Te amo. Cruce mis piernas en su cintura, mientras nos seguimos besando sin parar. Luego me bajo, por la lluvia estábamos totalmente empapados. —Yo también lo hago Hanna, no entiendo porque juegas así conmigo. —No quiero que nada malo te suceda. No quiero perderte tan solo porque lo que siento por ti es muy grande. —Se separó de mí, me observó con enojo o curiosidad.—¿Qué me va a suceder? habla. —Me quedé en silencio, creo que mis momentos de euforia me quitan mi razonamiento. —No, olvidalo. —Seguí de largo para volver a nuestra carpa. —Hanna, —él empuña sus manos—. ¿Ese imbécil te amenazó? —Mire a ot
JuanLuego de que Pablo nos viera, la solté. Su rostro estaba lleno de miedo, no es que me gustara estar torturando a la gente, pero ella sola se metió en esto y no voy a dejar que mis planes se vayan a la basura solamente porque una mujer se cree más inteligente que yo.—¿Nos podemos ir? —pregunta bajito.La ayudó a levantar y la sostengo para que pueda caminar, nos devolvimos todos En compañía del sujeto que nos estaba guiando. Me estresa que se quiera dar de lista, desde el momento que me enteré que se habían perdido supuse que mis planes se podían ir a la basura. Por eso espero que por su bien, no se haya excedido con lo que tenía que decir, no me importa tener que utilizar mi arma para poder salir de cualquier enredo, para poder sobresalir y que las cosas me salgan bien. Llegamos hasta las cabañas y esperó mientras que todos se despiden de ella, el único que se mantiene al margen es Pablo, demostrando una vez más que está realmente enojado con ella. —Se nota bastante el interés