Satarah ni siquiera se percató del intercambio de miradas entre los dos porque en aquel momento fue llamada por una de las monjas.—Volveré pronto, ¿Sí? Le sonrió a Ava quien asintió distraída.Tarah acarició con suavidad su cabello antes de seguir a la mujer unos pasos más lejos que la niña.Dimitry echó un vistazo rápido a Satarah pero no tardó el volver su atención a la pequeña. Acababa de darse cuenta de que estaba en una silla de ruedas lo que le hizo preguntarse qué le había pasado. Un sentimiento de protección lo golpeó en el pecho.De inmediato retomó su camino escuchando a duras penas la conversación entre Satarah y la mujer cuando él se acercó por completo a la niña.—Hola, ángel. ¿Cómo te llamas? —la saludó suavemente acuchillándose a su lado no queriendo asustarla como a los demás niños que lo habían mirado aterrorizado.Su altura y quizás su constante ceño fruncido hacían inquietar a los niños a su alrededor y nunca antes le había importado como ahora.A decir verdad, nu
Cuando la monja los había hecho sentarse frente al escritorio, Dimitry una vez más había entrelazado sus dedos provocando que su corazón latiera deprisa bajo su pecho. Tarah le dio una mirada de reojo pero él no se la devolvió con la vista fija en la monja como si fuera muy natural tomarla de la mano, ella trató de liberarse de su agarre pues se sentía incómoda pero él no la dejó ir, como siempre.La mujer frente a ellos hablaba hasta por los codos irritando notablemente a Dimitry.Satarah podía verlo en su cara y hubiera resultado divertido. Si no quisiera volver al lugar.—Me encargaré de hacer llegar todo —dijo abruptamente Dimitry callando a la mujer de una vez por todas—. Pero necesito saber sobre la niña con la que estaba mi esposa.Tarah no puede evitar observarlo con sorpresa porque no se esperaba que le importara Ava. De hecho. ¿Por qué le importa?Se preguntó Satarah.La monja pareció un poco reticente, sin embargo, el que Dimitry cumpliera con la lista era más jugoso que gua
—Tengo tu regalo —fue lo primero que dijo Satarah cuando estuvieron en el auto.Quería cambiar el tema antes de que Dimitry hiciera alguna progunta sobre el orfanato.La había sorprendido cuando le dijo sobre el tiempo que tenía sin pintar."¿Cómo él sabe eso?"Se había preguntado.Obviamente él sabía que a ella le gustaba pintar, pero nunca había dicho a nadie que no lo hacía desde hace mucho tiempo.SEIS AÑOS ATRÁS—Por favor papá, te lo ruego. De vuélvemela. Me iré, nunca sabrás de mí. Inventa que me morí, lo que sea, pero por favor, déjame ir con mi bebé. Dámela de vuelta.Satarah se arrodilló frente a él suplicándole mientras lloraba desesperada.Su padre la había llevado a su casa a las afueras de la ciudad mientras se recuperaba pero su corazón estaba destrozado.Noel gruñó furioso tomándola de los brazos abruptamente levantándola del suelo.—¡Deja de parecer tan patética! ¡Tan débil! ¡Si no hubieras abierto las piernas a cualquier cabrón esto no estaría pasando! —le gritó en l
—Caíste jodidamente fuerte, Dimitry. Dimitry lo ignoró mientras que golpeaba el saco de boxeo. Su mandíbula estaba firmemente apretada.Aún estaba furioso por las palabras de Satarah. Cuando pensaba que estaba comenzando a entenderla, ella volvía y hacía otra cosa para desencajarlo.—¿Te la estás llevando para su luna de miel? —la burla chispeante de Valerik ocasionó que Dimitry gruñera dándole un último golpe al saco antes de patearlo tirándolo al suelo.Porque sí.Se quería llevar a Satarah desde hacía mucho pero no había podido hacerlo. La guerra con Zinoviy no había terminado pero ahora tenía las cosas bajo control.—Cállate, no estoy de humor.—¿Cuándo lo estás? Ahora que lo pienso, hace poco lo estabas. ¿Qué pasó con Satarah?—No es tu maldito problema Valerik. ¿Hay pistas de ese par de bastardos que te envié a investigar?—No. Sospechosamente es como si se los hubiera tragado la tierra o alguien los estuviera escondiendo. Pero ¿Por qué? ¿No le preguntarás a Satarah sobre el d
Su lengua se adentró entre sus pliegues y Tarah gimió en voz alta retorciéndose.—Dim, más...Él intensificó las acometidas de su lengua mientras que su dedo torturaba dulcemente su clítoris."Siempre digo que será la última vez pero... me gusta demasiado. Esto está tan mal, estoy loca."—Todo lo que quieras, Malyshka.Su voz causó un estremecimiento de su parte haciendo exactamente lo que acababa de decirle a Satarah. Sin previo aviso penetró su sexo con sus dedos follándola duramente ocasionando que gimiera en voz alta. Ahora era su boca la que se estaba encargando de su clítoris chupándolo y lamiéndolo.—Oh Dios, sí.Sus jugos se extendieron por la mano de Dimitry y él adoró como se deshacía en sus dedos.Tarah vio por encima de su hombro como su esposo sacaba su miembro de sus pantalones sin dejar de tocarla y la imagen la excitó mucho más.—Dim...—Gime para mí, Malyshka.Sus caderas se retorcieron empujándose contra él y Dimitry comenzó a masturbarse al mismo ritmo con el que est
—¡Satarah!Había intentado protegerla.La cubrió con su cuerpo y todo lo que vio cuando se volcaron fue borbotones de sangre.—¡Pakhan!Ignoró absolutamente todo desconectado porque lo único que podía ver era a su mujer cerrando los ojos.Dimitry sintió que su alma salía de su cuerpo mientras tomaba el rostro de Satarah con desesperación.—¡No cierres los ojos! ¡Maldita sea! ¡Satarah! ¡Mírame!Estaba tan pálida que por primera vez en años Dimitry estaba asustado.Examinó su cuerpo rápidamente y entonces vio de donde provenía la sangre.Un trozo de metal del auto se había incrustado en su vientre.—¡Maldita sea! ¡Borya, llama a una maldita ambulancia ahora! —gritó perdiendo la cabeza.Su pecho subía y bajaba rápidamente con cada respiración.—Pakhan, Valerik está persiguiendo a quienes hicieron esto y... —le dijo el hombre desde afuera.—¡Llama a la maldita ambulancia ahora!—¡Sí!Dimitry tomó una vez más su cara sintiéndose cada segundo más angustiado.—Tarah, mírame. Abre los ojos, Ma
—P-por f-favor, ya h-hable. L-libérame o mátame.Dimitry lo miró de manera desquiciada mientras pasaba el dorso de la mano por su barbilla eliminando de esta la sangre que le había salpicado, aún mantenía su cuchillo en la mano y esto hizo abrir con horror los ojos del hombre frente a él.Dimitry los había apuñaleado en distintas ocasiones justo en el lugar donde se había incrustado un pedazo de metal en Satarah.Quería hacerlos sentir todo lo que ella sintió y más.Llevaba horas torturándolos y sabía que en algún momento morirían pero mientras tanto se aseguraría de llevarlos al infierno de la manera más cruel. Solo se había detenido para contestar el teléfono ante los informes de Satarah.Aún estaba en cirugía y nadie sabía nada.Lo que lo descontrolaba mucho más.Sus ansias crecían con cada segundo.—¿Suplicas? ¿Lo ves Valerik? Los hombres de Zinoviy son una vergüenza. ¿Qué más me falta por marcar?Valerik había estado en silencio presenciando absolutamente todo.Era la persona que
Satarah despertó mirando a su alrededor aturdida pero al verquee estaba en el hospital inevitablemente se llevó una mano a su vientre.Recordaba cada detalle de lo que había sucedido. La persecución. La explosión. Dimitry tratando de protegerla.—¿De verdad lo hizo? —susurró.Su cuerpo estaba tan dolorido porque ella había resultado herida. ¿Entonces dónde estaba Dimitry?¿A él también lo habían lastimado?Satarah estaba más nerviosa ahora y escuchó voces acercarse.—¿Por qué quieres verla mamá? Satarah no necesita que estés aquí recordándole que Dimitry no ha venido a verla después de lo que le pasó.—¿Cómo crees que haré eso? —preguntó en tono dolido Yelena.Ella nunca había escuchado a esa mujer así. Casi era como si la hubieran reemplazado.La certeza de que Dimitry no había ido a verla la golpeó pero aún así se preguntó por qué él la había protegido con su cuerpo.¿Había sido algo instintivo?Satarah se hizo la dormida mientras las mujeres se acercaban.—No soy un monstruo, Ras