Satarah se esperaba que Dimitry la llevara a una de las acostumbradas fiestas elegantes a las que asistía al dejarla en su casa pero se sorprendió al darse cuenta que aunque no era poco elegante, no era una fiesta de negocios.Era el cumpleaños de Valerik, su mano derecha. Pero ella no lo recordaba por eso sino por ser el fiel amigo de Dimitry en la juventud.El único que no consideraba un imbécil dentro de su grupo.—Creí que a Valerik no le gustaban las fiestas —fue lo primero que ella le susurró entrando al lugar.No se percató de la tensión de su musculoso brazo bajo su agarre cuando notó que todos los presentes clavaban su mirada en ella poniéndola nerviosa.—¿Por qué carajos sabes lo que no le gusta a Valerik? —el gruñido de Dimitry la hizo volver a la realidad alzando su rostro para hacer contacto con sus ojos.Enseguida captó la expresión salvaje en sus facciones lo que la hizo fruncir el ceño enseguida."¿Por qué parece tan furioso de repente?"—Conozco a Valerik, por si lo o
Dimitry apretó el cuello de Valerik cortándole la respiración pero el hombre no parecía nada sorprendido por el ataque.—¿Por qué Satarah sabía que no te gustan las fiestas? —gruñó furioso golpeando su cabeza contra la pared de la oficina de Valerik.Él se ahogó en medio de una risa divertida y Dimitry se enfureció aún más al ver la sorna en la expresión de su amigo.—¿Qué es malditamente divertido, Valerik?—Tú, celoso.Dimitry sacó su arma y la apuntó en su sien mientras que cortaba más aún su respiración.—Vete a la m****a Valerik, ¿Vas a hablar o quieres morir el mismo día de tu cumpleaños?—V-vale, lo siento. Dimitry lo soltó volviendo a guardar su arma mientras que Valerik trataba de apartar la diversión en su expresión. —Hace como siete años en la fiesta de Yuri a la que me obligaste a ir ¿Te acuerdas que salí de ahí?Dimitry lo miraba con los puños apretados y el cuerpo completamente tenso.—El caso es que cuando estaba esperando que hicieras tus relaciones "comerciales", Sat
—Estoy tratando de protegerte siempre pero al parecer no te das cuenta dónde demonios estas Satarah —gruñó él rompiendo el silencio que había entre ambos dentro del auto.Tarah enseguida le dio una mirada fulminante antes de responderle.—Déjame decirte que no necesito que me cuides, lo hago perfectamente yo sola. Demonios, lo he hecho sola durante toda mi vida y te aseguro que lo haría mucho mejor si no estuvieras en mi vida, así que no quieras hacerte el héroe conmigo, Dimitry.—Puede que pasaras desapercibida dentro del círculo de tu padre. Noel no era muy listo y su organización tampoco lo es, pero mi Bratva es la más importante de Rusia, a mí me buscarán la debilidad y esa eres tú. ¿Por qué carajos hiciste ese espectáculo? ¿No podías fingir frente a todos y comportarte como te pedí? Tu berrinche llegó demasiado lejos esta vez.—Berrinche, claro. Estoy aburrida de ser tu sucio secreto mientras que llevas a Anastasya a todos lados incluido el lugar donde están todos tus hombres, qui
Para su sorpresa Satarah se vio rodeada de la calidez de los hombres de Dimitry que enseguida aceptaron sus disculpas.Pronto se estaba riendo junto a Rashel por algo que les había dicho Borya.Sin embargo, podía sentir la mirada de Dimitry sobre ella, aunque había intentado ignorarlo a toda cosa, era imposible hacerlo del todo.Uno tras otro comenzaron a dejar la cocina y después Tarah pudo sentirlo justo en su espalda. Su pecho firme se ciñó a ella ocasionando que su respiración se volviera pesada.—No te pago para que estés haciendo de payaso con mi mujer, largo —gruñó Dimitry directamente a Borya.Rashel ya se había ido también así que no podría librarse de su esposo.—Lo siento, Pakhan. Yo no...Borya cortó cualquier cosa que fuera a decir y Tarah supusó que Dimitry le había hecho una señal para que se marchara.Ella fingió no ser consciente de la cercanía de Dimitry y caminó hasta el refrigerador para tomar un poco de agua.¿Por qué la ponía tan nerviosa?Se sentía frustrada.Gua
Satarah esperó en el auto mientras los hombres de Dimitry se organizaban pero ver al último subiendo despertó su curiosidad.Andrei.Hace mucho tiempo no lo veía.Sus ojos se encontraron en una fracción de segundos antes de que el hombre apartara la mirada de Satarah y ella le dijera al conductor dónde debía ir.Una hora después había hecho una compra ostentosa de ropa para niños, juguetes, lienzos y acuarelas.Sí, puede que estas no fueran las típicas compras que hacen las esposas de los mafiosos pero ella no tenía la intención de comprar algo para ella con el dinero de Dimitry, sin embargo, podía llevar felicidad a otro lugar.—¿Es todo, señora? —preguntó uno de los hombres cargados de bolsas y Tarah casi se rió.—¿Quieres que te ayude?—¡No! Puedo hacerlo.Ella asintió con la cabeza divertida porque cada uno de ellos estaba llevando tantas bolsas como podían. Probablemente no hubieran esperado nada así.Tarah echó un vistazo a Andrei entre todos los hombres y se acercó a él.—¿Dimi
Satarah ni siquiera se percató del intercambio de miradas entre los dos porque en aquel momento fue llamada por una de las monjas.—Volveré pronto, ¿Sí? Le sonrió a Ava quien asintió distraída.Tarah acarició con suavidad su cabello antes de seguir a la mujer unos pasos más lejos que la niña.Dimitry echó un vistazo rápido a Satarah pero no tardó el volver su atención a la pequeña. Acababa de darse cuenta de que estaba en una silla de ruedas lo que le hizo preguntarse qué le había pasado. Un sentimiento de protección lo golpeó en el pecho.De inmediato retomó su camino escuchando a duras penas la conversación entre Satarah y la mujer cuando él se acercó por completo a la niña.—Hola, ángel. ¿Cómo te llamas? —la saludó suavemente acuchillándose a su lado no queriendo asustarla como a los demás niños que lo habían mirado aterrorizado.Su altura y quizás su constante ceño fruncido hacían inquietar a los niños a su alrededor y nunca antes le había importado como ahora.A decir verdad, nu
Cuando la monja los había hecho sentarse frente al escritorio, Dimitry una vez más había entrelazado sus dedos provocando que su corazón latiera deprisa bajo su pecho. Tarah le dio una mirada de reojo pero él no se la devolvió con la vista fija en la monja como si fuera muy natural tomarla de la mano, ella trató de liberarse de su agarre pues se sentía incómoda pero él no la dejó ir, como siempre.La mujer frente a ellos hablaba hasta por los codos irritando notablemente a Dimitry.Satarah podía verlo en su cara y hubiera resultado divertido. Si no quisiera volver al lugar.—Me encargaré de hacer llegar todo —dijo abruptamente Dimitry callando a la mujer de una vez por todas—. Pero necesito saber sobre la niña con la que estaba mi esposa.Tarah no puede evitar observarlo con sorpresa porque no se esperaba que le importara Ava. De hecho. ¿Por qué le importa?Se preguntó Satarah.La monja pareció un poco reticente, sin embargo, el que Dimitry cumpliera con la lista era más jugoso que gua
—Tengo tu regalo —fue lo primero que dijo Satarah cuando estuvieron en el auto.Quería cambiar el tema antes de que Dimitry hiciera alguna progunta sobre el orfanato.La había sorprendido cuando le dijo sobre el tiempo que tenía sin pintar."¿Cómo él sabe eso?"Se había preguntado.Obviamente él sabía que a ella le gustaba pintar, pero nunca había dicho a nadie que no lo hacía desde hace mucho tiempo.SEIS AÑOS ATRÁS—Por favor papá, te lo ruego. De vuélvemela. Me iré, nunca sabrás de mí. Inventa que me morí, lo que sea, pero por favor, déjame ir con mi bebé. Dámela de vuelta.Satarah se arrodilló frente a él suplicándole mientras lloraba desesperada.Su padre la había llevado a su casa a las afueras de la ciudad mientras se recuperaba pero su corazón estaba destrozado.Noel gruñó furioso tomándola de los brazos abruptamente levantándola del suelo.—¡Deja de parecer tan patética! ¡Tan débil! ¡Si no hubieras abierto las piernas a cualquier cabrón esto no estaría pasando! —le gritó en l