CAPÍTULO 21.Luz está fuera de peligro.Descansa en una de las habitaciones del hospital bajo suero y otros calmantes. Ha sido un día duro, triste, en donde de nuevo el clima no ayuda demasiado y la lluvia no da tregua. Aquellas gotas pesadas dan contra el cristal de una de las ventanas.Mark está sentado en uno de los sofás, acompañándola. Le resulta extraño que ninguna amiga de ella esté allí para acompañarla. Varios médicos se acercaron para ver si situación y le estrechan la mano mientras descansa susurrándole dulces palabras y deseándole una pronta recuperación.El hombre se da cuenta que la única familia que tiene son aquellos doctores que parecen buenos. Al menos la cuidan de verdad.Mark la arropa, pasea por la habitación y mira, en volumen muy bajo, una novela que lo ha tenido enganchado desde el principio. No le gusta el futbol, le gustan las novelas románticas y eso no lo sabe nadie porque para él, seria un signo de burla para sus colegas.Luego de ir a la farmacia y conseg
CAPÍTULO 22.LUZ MARTIN.No esperaba que le hiciera de nuevo esa pregunta. Y él no parecía cansarlo en oírla. Al verme despertar, se levantó del sofa, bostezó y estiró sus brazos. Luego, se levantó tomándose su tiempo y se sentó en la cama, a la altura de los pies. El colchón se hunde.Escucho que llueve, creo que son las cinco de la tarde porque ha empezado a oscurecer y la luz del pasillo del hospital (está la puerta abierta) ya se encendieron automáticas.Mark, avergonzado, comienza a hablar.—Mi madre.—¿Eh?—Eres muy parecida a mi madre cuando era joven, Luz—le confiesa, conmovido—. Ella era una mujer muy bondadosa, tenia principios y no solía temerle al poder. Sin embargo, era demasiado ingenua.No esperaba que me comparara con su madre, ni mucho menos que me hablara de ella. Tenia que darle la razón con relación a nuestro parecido físico. La vi en aquel retrato en su casa así que no podía negarlo.—Y me enoja mucho tu ingenuidad porque siento que estás desprotegida, Luz.—Yo sé
Un pitido en mis orejas resultado del shock y aturdimiento que me provocó oír el nombre de Darío y ver su foto, sonriente, en la camilla del hospital. Se me llenaron los ojos de lagrimas al verlo así, tan frágil.Junto al reportero había dos personas masculinas más el padre de Dario, dando la cara.—…Se acusa a la doctora Luz Martín por mala praxis y…Mark apaga la tele al ver que estoy llorando sin hacer el más mínimo ruido, con los ojos en la pantalla.—Estos pedazos de mierda…—Mark deja la bandeja encima de la cama.—Mark ¿qué vas a hacer? ¿Qué tipo de chantaje dice? Si fue el padre de Darío el que me ha atacado. Yo debería denunciarlo a él, no a mí.—Esos hijos de puta querían dinero, por eso fueron atacarte al hospital. Solo hacia dejarían de molestarte.—¡¿Qué?!—grito, enloquecida.—Sí, le pagué a esos idiotas para que te dejaran en paz. Ahora regreso, tú come algo—sale, enojado de la habitación y con gran impotencia.***Mark envía un correo electrónico antes de salir de su cas
CAPÍTULO 24.Tras regresar a casa, la noche cayó y Mark decidió ir a darse un baño caliente luego de lo agitado que estuvo el tema con el reportero. Tras abrir la puerta del baño, se llevó un susto de muerte tras ver a luz, con una bata de seda puesta que estaba ajustada en la cintura. La seda pálida se deslizaba con suavidad sobre su cuerpo.—Mierda, Luz—carraspea Mark, tras el susto, llevándose una mano al pecho—¿Qué haces parada? Deberías estar descansado, te recuerdo que te apuñalaron.—¿Sé puede saber dónde te metiste? —la calma en su voz es acusadora a la vez.Mark frunce el ceño.—¿Desde cuando te preocupas por mí? —realmente no se esperaba eso.—No me preocupo por ti. Me preocupa que fue lo que fuiste a hacer—le aclara.—No suelo hablar de lo que hablo para intentar proteger al que no debe oír o saber de mí—Mark endurece la voz.—Si se trata de mí me interesa saberlo—Luz se cruza de brazos y no parece estar afectada por la voz de Mark.—Luz, no se trata de ti.—Me estás mintie
CAPÍTULO 25.Luz Martin.El correr de los días hizo que la herida doliera menos, pero tampoco me había recuperado del todo. Seguía doliendo menos por la cantidad de antibióticos e ibuprofenos que tuve que tomar.Mark fue un caballero ayudándome a todo momento y cuando necesitaba algo no se tardaba en asistirme sin chistar ni soltar alguna queja. Ni siquiera lo oía refunfuñar. Lo que hacia que tomarle afecto poco a poco me fuera difícil porque se estaba portando como alguien que yo estuve buscando toda la vida.Pero no debía idealizarlo ni él a mí. Si estaba así era por culpa de…ni siquiera era su culpa porque fue el padre de Dario quien me hirió y el cual ahora tenia una restricción para que no se acercara a mí.Esa semana tocó a la puerta de mi habitación y asomó su cabeza, curioso. Yo estaba acostada, mirando una película para despejar mi cabeza. Últimamente me había desconectado tanto del consultorio que me había permitido descansar la mente también.—¿Puedo acompañarte? —me pregun
CAPÍTULO 26.—Mark.—¿Qué?—¿Mataste al reportero?Detiene su manera de pasar el paño en la herida. Me echo hacia atrás para que pueda concentrarme en responder mi pregunta. Mueve la cabeza en signo de negación, pero aun así no dice nada y sus ojos están mirando alguna parte del baño.Se pone de pie y empieza a cargar la tina. El baño empieza a llenarse de vapor. De pronto tengo algo de calor y la ropa empieza a picarme. Mark se endereza luego de meter su mano en el agua para sentir la temperatura. Asiente. Toma una toalla y se seca la mano.—No le hice nada, pero ganas no me faltaron—le contó él—. Le di la información que salió ayer en las noticias, no lo viste porque te quedaste dormida. Puedes demandar al canal por información falsa y porque te han manchado la imagen.—No quiero llenar mi cabeza de cosas que no deseo pensar más.Mark se da la vuelta y me mira la ropa.—Creo que deberías desvestirte. El agua está lista.No se mueve.—Y yo creo que deberías irte para que pueda hacerl
CAPÍTULO 27Luego de quince días, me quitaron los puntos y por fin pude volver a mi vida normal.Sinceramente mis ganas de regresar estaban por el piso porque me había generado un trauma volver y ver que todos habían recuperado su estabilidad emocional luego del ataque me hacia sentir algo celosa porque yo ni eso pude aún.Volver no me hizo bien, pensé que sí. Pero lo único que deseaba era volver a casa…si es que tenía una ahora mismo.Anhelaba mi viejo hogar, con mis muebles, mi intimidad y tranquilidad. Había enfocado todo mi tiempo en el trabajo y ahora, ya no disfrutaba lo que estaba haciendo porque vivía en un torbellino de miedo constante que alguien apareciera y me apuñalara de nuevo. Que me lastimara, que me tomara en contra de su voluntad y me matara allí mismo.No me sentía segura, nunca lo estuve.Entonces me suena el móvil.Tuve que agendar a Mark, el cual monitoreaba mi móvil en caso de seguridad. Estúpido loco.Atiendo la llamada.—Me mentiste—es lo primero que me dice t
CAPÍTULO 27 (parte 2)Luz no esperaba reaccionar así.Mark se había quedado sin palabras.Pero cuando ella estuvo a punto de seguir hablando, él se le adelantó, subiendo dos escalones de la escalera y sin pensarlo demasiado, la tomó de la nuca, la atrajo hacia él y le plantó un beso casi desesperado para que sus palabras, no arruinaran aquel momento.Luz estaba parada, con los ojos abiertos, tratando de procesar lo que estaba ocurriendo. Pero, empezó a relajarse y sus ojos pasaron de: abiertos, entrecerrados, sellados.Mark posó sus manos en su espalda y para su sorpresa, sintió las suaves manos de ella en su rostro.No fue un beso apasionado, ni mucho menos para quitarse la calentura que ambos tenían, fue uno de esos que significaron: “estoy haciendo lo posible para estar bien contigo”.O eso fue lo que pensó Mark cuando la besó. Cuando se animó, sabiendo que eso estaría mal.Luz, tenia la mente a mil por hora, pero su cuerpo actuó y sus manos tomaron la decisión de besarlo ella tamb