Después que Shayla y yo tuviesemos sexo después de tantos meses, lo hicimos como conejos, no podíamos quitarnos las manos de encima del otro. A pesar de lo complicada que era nuestra relación, la atracción magnética que sentimos desde el primer momento en que la vi nunca desapareció. Sigo tan obsesionado con ella como en ese entonces, si no más. Estamos totalmente sincronizados en lo que se refiere al acto de amar. Estos pequeños juegos que jugamos el uno con el otro mantienen ese fuego dentro de nosotros ardiendo. No puedo imaginar pasar mi vida con otra persona. Me mantiene alerta en todos los aspectos de mi vida y la amo con locura por ello.Pasan dos semanas, y después de un largo y estresante día en la oficina, me alegro de estar en casa, el olor de su cocina hace que mi estómago gruña en cuanto entro por la puerta."Cariño, ya llegué", grito al cerrar la puerta. Dejo el maletín en el sofá y veo a Alaia en su hamaca para bebes, dando saltitos mientras vuelve a ver Moana por mill
No pude contener la sonrisa que se extendió por mi cara mientras la miraba. "Te rendiste"."No necesito un guardaespaldas, pero claramente es importante para ti, y si te dará tranquilidad y te hará feliz, lo haré". Cierro los ojos y suspiro aliviado. Siento que todo mi cuerpo se relaja. Me inclino hacia ella, la pongo de pie y tomo su cara entre mis manos. "Fui un poco irrazonable y desconsiderada al no tener en cuenta tus sentimientos al respecto. Lo siento”."No tienes que disculparte, cariño. Entiendo tus razones para no querer un guardaespaldas, pero mi prioridad siempre serán tú y Alaia", le explico, rozando su mandíbula con mi pulgar, y ella sonríe hermosamente, acariciándome el pecho."Y tú eres la nuestra". Susurra antes de inclinarme y traerla hacia mí para darle el beso lento y alucinante que me estaba muriendo por darle todo el día. Shayla gime audiblemente. Su lengua suave como la seda se hunde en mi boca, acariciando la mía mientras la apoyo contra la pared, besándola u
"Está bien, vamos a intentarlo una vez más".Acerco la cuchara a la boca de Alaia y le doy la mezcla de verduras. Se le agria la cara y lo escupe con un escalofrío. "Realmente no te gusta, ¿eh?", exclamo, dejando el plato en el suelo con un suspiro, y Alaia parpadea y sonríe mostrando un dientecito que le salió repentinamente. "No me sonrías así. Tienes que comerte las verduras, jovencita"."¿Por qué regañas a mi hija?". Escucho a Cole decir detrás de mí mientras entra en la cocina. Se inclina y deja caer un beso sobre mi cuello y otro en la cabeza de Alaia antes de dirigirse a la cafetera."Está siendo testaruda y no quiere comerse su comida". Le acerco la cuchara a la boca y ella gira la cabeza, evitándola. Cole da un sorbo a su café y se apoya en la encimera de la cocina, observándonos con una sonrisa."Me pregunto de quién sacaría eso", murmura, mirándome por encima del borde de su taza de café."A mí me encanta la comida", le digo, lanzándole una mirada juguetona, y él me dev
Cole me pasa los dedos por el pelo. "Bueno, quieres volver a trabajar, ¿no? No creo que seas el tipo de chica que quiere dejar su carrera para ser ama de casa". Me explica, y me muerdo el labio inferior. Eso nunca se me cruzó por la cabeza. Cole nota la expresión entristecida de mi cara y me levanta la cabeza para que pueda mirarlo. "Oye, ¿y esa cara triste?"."Cole, no quiero que otra mujer críe a nuestros hijos", le digo apenada, y él me roza la mandíbula con el pulgar, sus labios apretados en una línea delgada."Claro que no, cariño, pero ¿y tu carrera? Trabajaste muy duro para conseguir tu título. Lo último que quiero es que seas infeliz", Cole expresa pensativo, y yo suspiro, con los hombros caídos. "Cariño, a mí me crió una niñera y resulté bien". Específica con una sonrisa tranquilizadora. "Te quiero a mi lado en Culto. Tenemos un imperio que dirigir, cariño"."Lo sé, pero no quiero a una niñera en casa", le digo, mirándolo entre mis pestañas, y él sonríe de forma cariñosa. "
Las siguientes dos semanas las pasé empacando cosas de la vieja casa para la mudanza. Cole estaba en el trabajo, así que las chicas vinieron a ayudarme a empacar."Cristo, pensé que yo tenía demasiada basura". Aimee resopla, deja una caja en el suelo y hace una mueca de dolor.Sonrío tímidamente. "Casi todo es de Cole. Todas mis cosas caben en cuatro cajas. El resto es todo de él, de Alaia y las cosas de la cocina". Suspiro, mirando la casa tristemente. "No puedo creer que nos vamos a mudar otra vez. Siento que eso es todo lo que hago últimamente, empacando y mudándome de un lugar a otro. Me mudé del apartamento de Cole, luego de vuelta a nuestro apartamento, luego de vuelta al apartamento de Cole, luego aquí, luego de vuelta a nuestro apartamento, luego de vuelta aquí otra vez y ahora a un sitio completamente nuevo".Aimee parpadea y suspira. "Estoy agotada solo de escucharte, chica". Refunfuña sentándose en el suelo, y sonríe cuando Jo se acerca con su pancita. "Más vale que haya
"¡Dios mío!". Jo se levanta de la cama. "Me están matando. ¿Por qué no lo hacen al mismo tiempo? Aimee, usa el otro baño, Shayla ve a ese. ¡Vayan!". Aimee y yo saltamos y me apresuro a entrar en el baño mientras Aimee sale de la habitación para ir al baño de invitados. Me tiemblan los dedos al abrir la prueba. No puedo estar embarazada otra vez, no es posible. Orino en el palito, me lavo las manos y salgo del baño. Coloco la prueba sobre mi mesita de noche y Aimee pone la suya junto a la mía. Nos miramos. Le tiendo la mano y ella la toma. Aimee también está temblando. Esperamos ansiosamente durante tres minutos."Ya es la hora", dice Jo, mirando el reloj de su muñeca. Aimee y yo nos acercamos a la mesita de noche."¿A las tres?", susurra, y yo asiento. Exhalamos y nos inclinamos para mirar la prueba. Miro entumecida la palabra "Embarazada". Mierda. Miro a Aimee, que tiene la misma expresión en la cara."Estoy embarazada", ella susurra."Yo también"."¡Chicas! ¡Esto es genial! ¿Por
"¿Vamos a ir a la iglesia?", escuchó a Shayla preguntar con escepticismo desde el interior de su vestidor."Sí, así es", respondo, poniéndome unos calzoncillos. Shayla asoma la cabeza y me mira desconcertada."¿Desde cuándo vas a la iglesia? Ni siquiera crees en Dios". Me acerco a su vestidor y me apoyo contra la puerta, observándola, ella estaba de espaldas a mí, mientras busca entre su selección de vestidos un sujetador candente y bragas de encaje negro a juego."Ahora sí". Declaro, y ella me devuelve la mirada por encima del hombro."¿Ah, sí?".Asiento y me acerco a ella. Shayla se gira y me mira mientras yo le pongo las manos en la cintura y la acerco a mí. "La única vez que he ido a una iglesia fue después de que te secuestraron", le explico mirándola a los ojos. A Shay se le cae la cara de vergüenza al mencionar el incidente. Me humedezco los labios y le paso los dedos por el pelo largo y oscuro. "Encontraron un cadáver que coincidía con tu descripción y tuve que ir a...". V
"¿Y si tenemos otra niña?", pregunta Shayla, apoyando la barbilla en la mano mientras nos mira jugar a Alaia y a mí."Bien, espero que la tengamos. Me encantaría otra niña", le digo seriamente, y Shayla parpadea. Una expresión de sorpresa recorre su hermoso rostro."¿De verdad? Pensé que querrías un niño". Sacudo la cabeza, mirándola sobre la cabeza de Alaia."No me importa lo que tengamos mientras el bebé esté sano, pero me encanta la idea de ser papá de niñas", le explico, y Shayla me sonríe con adoración. "Un niño no necesita mucho a su Papá, pero una hija siempre necesitará a su padre"."¿Por qué eres tan adorable?", pregunta Shayla con un suspiro, y yo sonrío, apoyando la barbilla sobre el hombro de Alaia, mirándola a los ojos."Podría preguntarte lo mismo, Bellota", bromeo, y Shayla pone los ojos en blanco."No vas a dejar pasar ese apodo, ¿verdad?". Resopla y se sienta en la silla. Me río y sacudó la cabeza."Nunca"."¿Disculpen?". Shayla y yo miramos a la joven de pelo