Para Rafael lo único que importaba en ese momento fue saber que Zoé estaba bien, la puso sobre la camilla de la clínica y les dijo a los médicos que la atendieran con urgencia.__ Primero cálmese...__ Lo único que me va a calmar es que ella sea atendida. - dejó claro sin permitirle tocarlo. El médico vio que era imposible que ese hombre abandonara la sala, por lo que ni los intentó. Pidió una tijeras para ver el sitio en donde Zoé dijo que el dolor era más fuerte. Rompió la blusa del costado dejando ver la piel enrojecida, inflamandose. La marca de lo que pareció un clavo que fue puesto entre dos costillas de la chica dejaron a Rafael con los dientes a punto de estallar.Escuchó como todos se movieron para atender a la mujer que apretó los párpados al sentir que los dedos del doctor tan solo rozaron el sitio. La cara de Rafael reflejó todo y el pobre hombre no tuvo más alternativa que continuar su trabajo con el más delicado roce que pudo. Pudo sentir como estaban a punto de lanzars
Los pasos firmes y fuertes del hombre con traje oscuro y mirada altiva hizo que la empleada de Gerard se hiciera a un lado cuándo lo vió atravesando la puerta. __ ¿Rafael Santamarina en mi casa? Eso debe ser la...__ Cierra la boca, Jesse. - espetó con desprecio. - ¿Donde está tu prometido?.__ Salió, dijo que estaría en el gym...No perdería el tiempo ahí, se dijo. Por lo que volvió a tomar el auto, pese a que la amiga de Greta le pidió explicaciones de porqué lo buscaba. Enfurecido condujo hasta el gimnasio donde sabía que este estaba afiliado. Salió del vehículo e ignoró al instructor que se le acercó, preguntando por un solo objetivo.Este le dijo que estaba en las duchas. Siendo inteligentes, aunque la curiosidad les ganó, todos concordaron que ir a ver era el peor error que podían cometer. Siempre se ha dicho que la calma donde hasta el viento no hace un solo ruido, cuando se está enmedio de un sitio que se sabe está abarrotado de gente no es buena señal. Algo que al parecer
Con un cambio de ropa limpio Rafael regresó a la clínica, en donde despachó a su empleada para centrarse en la mujer que sintió su presencia en cuanto se sentó. Abrió los ojos como si necesitara confirmar que allí se encontraba, medio sonrió, él depositó un beso sobre su frente y la dejó volver a dormir asegurando que no se separaría de ella. Así lo hizo, quedandose en ese mismo lugar el tiempo que ella descansó. Cuando la mañana llegó pudo ver al hombre que tenía la espalda reclinada, con sus brazos sobre el pecho y los ojos cerrados. Durmiendo unos momentos luego de una noche que fue muy larga para él. El médico irrumpió en la habitación y este se despertó como si el zapateo fuera molesto para él. Zoé sonrió en cuanto lo vió levantarse de la silla. __ ¿Descansaste? - preguntó hacia a él. __ Eso quiero saber yo. - respondió Rafael. - ¿Te duele algo? __ Creo que lo único que no me duele es el pelo. - bromeó ella, a él pareció no haberle gustado la broma. - Lo tomo con buen humor
Zoé se acercó aún con las malas vibras que Amanda Santamarina emanó por todos lados. Su mirada escrutadora fue la causante de que la pobre chica sintiera que sus piernas le fallaban. __ Necesito hablar con Rafael. - dijo sin siquiera saludar, la rubia lo hubiera pasado por alto por el tono usado y el desdén hacia a ella que no disimuló. - ¿Le puedes hablar?__ Creo que sí lo conoce, sabe muy bien que Rafael no sé encuentra a estas horas en su casa, sino en uno de sus casinos. - contestó Zoé siendo más amable, pero poniendo un límite. - Puede esperarlo claramente, pero si le urge, es mejor que vaya a buscarlo a ese lugar. __ ¿Me estás diciendo que me vaya? - la chica arrugó el entrecejo al oírla. - ¿Con qué derecho te crees para echarme de aquí? ¿Acaso no sabes...__ A ver, a ver. - levantó su mano para interrumpir su alegato. - No le estoy "echando" de aquí. Le estoy ofreciendo amablemente a que vaya y lo busque si el tema de extrema urgencia.__ Pues se escuchó de una manera distin
La mañana llegó con Zoé recibiendo a sus padres en la casa donde Rafael se preparaba para un día donde tendría que cuidar de Sammy y Dave, pero al parecer a estos recargaron demasiado sus baterías la noche anterior porque ninguno de ellos se detuvo, jugando aquí y allá, Santiago nunca había visto a pequeños más emocionados, eso lo llenó de risas al verlos jugando, queriendo que se les uniera.No dudó en hacerlo. Mientras su esposa y su hija estaban poniendo la mesa para todos ellos. Cuando Rafael bajó, encontró a todos ya sentados, le casa no había tenido tantos lugares ocupados antes. Descubrió que no era tan malo. Siempre su abuelo le dijo que quería nietos, hasta el día de su muerte le puso condiciones para tenerlos, pero jamás le dijo que ya tenía una, porque así como su madre, lo único que quería era por conveniencia y no usaría a Sammy para eso.Quería retirarse de eso, cedió su poder y lo que su abuelo le daría a él, siendo el dueño de tal herencia Alejandro O'Donnell, su prim
Los padres optaron por ir a visitar un invernadero que habían visto de camino, despidiéndose de su hija, quien en cuánto se quedó a solas con los niños, se dispusieron a preparar un poco de crema con frutas para comer con las galletas, siendo un pedido de Sammy para Dave, el cual veía cada figura con gran ilusión.Blanca, su madre era la única que les dedicaba tanto esfuerzo a sus comidas, ver a Zoé haciéndolo también, era como tenerla cerca pese a estar a cientos de kilómetros lejos de ellos. Terminaron con los moldes y arreglaron los grupos en los platos para cada uno. Mientras los envió a pedirles una camisa limpia a Héctor, ella se quedó en la cocina sacando las galletas que colocó con sumo cuidado para que se enfriaran. Al ver que tardaron mucho fue por ellos encontrándolos en la habitación buscando ellos mismos su ropa.__ No quieren ayuda. - dijo Héctor estando de pie a un lado de la puerta, solo asegurando que terminaran para arreglar el desastre que estaban causando. Zoé
Theo se presentó al ministerio público con el abogado para Rafael, pero en cuanto preguntó por él la repuesta lo dejó confundido. __ No han traído a ningún detenido hoy con ese nombre. - dijo el oficial que lo atendió. Theo se aseguró que fuera así, mientras el abogado se encargó de que no estuviera en otro lugar, incluso averiguó sobre la orden, pero este no existía realmente. Eso fue aún peor, no solo no estaba donde se suponía, sino que... simplemente no lo encontraron. Recordó esa conversación que una vez tuvieron, cuando estaba en rehabilitación, esos meses duros en los que lo visitó y estuvo a su lado muchas noches donde solo lo acompañó, este le dijo que si un día no soportaba todo eso y desaparecía, se encargara que su hija no sufriera su ausencia. Negó, miró el teléfono donde ese número que tenía para casos extremos resaltó. Era una locura, claro que lo era, pero Sammy no merecía perder a ese padre que demostró que en realidad sí había hecho un cambio. La advertencia fue
Para alguien como Rafael no era difícil saber lo que quisieron hacer, por lo que al entrar a la casa y sentir todas las miradas sobre él no le fue menos esperado que lo que ya había pasado. Se dió la vuelta y una incrédula Zoé se lanzó a su pecho antes que pudiera al menos decir o aclarar algo. Para él fue como si la chica lo único que le interesará era su bienestar.La rodeó con su brazo menos lastimado viendo a Theo O'kelly, quien solo asintió.__ Tu llamaste a Leonardo ¿no es así? - preguntó. Aunque este pudo negarse y poner cualquier excusa no le vio el caso, sabía que Rafael de alguna forma lo sabía y equivocado no estaba.De alguna forma fue él quien interfirió años antes con una situación, para que el mafioso se le viera de lado del arquitecto. __ Que me caigas mal, no quiere decir que te quiera ver muerto. - dijo con simpleza. Rafael levantó una ceja y arrugó las comisuras como siempre con esa rivalidad amistosa que ambos tenían desde que comenzaron a llevarse un poco mejor.