Luna llegó a la reunión con un atuendo de lujo, vestida con un elegante traje sastre de seda rojo que resaltaba su figura esbelta y sus hermosos rasgos faciales. Su cabello rubio estaba recogido en una elegante coleta, y llevaba unos zapatos de tacón alto que hacían que pareciera aún más alta y sofisticada. Ella siempre había sido una mujer atractiva, pero en ese momento parecía una verdadera diosa.Su automóvil, un deportivo negro de alta gama, estaba estacionado fuera de la casa. El vehículo era una maravilla de la tecnología, con asientos de cuero cómodos y un sistema de entretenimiento de última generación. Luna se sentó en el asiento de delante de esa pequeña sala, rodeada por una atmósfera de lujo y opulencia. Ella sonrió a Clara y le ofreció una taza de té caliente mientras hablaban sobre el plan para regresar a la mansión.Luna vestía un conjunto de seda roja, con un escote pronunciado que dejaba ver su piel blanca y tersa. Sus zapatos de tacón alto eran del mismo color y le d
Al llegar a la mansión me sorprendí al ver que ya no es el lujoso y frío lugar que recordaba. Ahora parece hogareño y acogedor. La mesa está repleta de deliciosos platillos y el aroma que desprenden hace que definitivamente se me abra el apetito. Luna y su esposo, Tom, se ven impecables y reciben a los demás con una sonrisa. Tom se acerca a Koddel y le da la bienvenida, al igual que a su hermano menor, Jimmy. Me siento agradecida de volver a la casa, aunque sabe que la situación no será fácil. Pero sé que allí podrán enfrentar juntos los peligros y el poder de la familia Assento. Con Koddel a mí lado y la protección de sus hermanos, me sentí que podíamos superar cualquier obstáculo.De vuelta en la mansión, me sentía algo incómoda. Aunque había tomado la decisión de volver, aún me sentía reacia a estar rodeada de gente que había hecho tanto daño. Sin embargo, la vista de la mesa llena de platillos me hizo olvidar por un momento mis preocupaciones. Había una gran variedad de opciones,
(Koddel)Despertar al lado de la mujer que amo es algo invaluable. Sin ir más lejos, era el mejor día de mi vida porque sabía que pronto estaríamos casados. No le diríamos a nadie, estaba dispuesto a hacer una celebración solo para nosotros dos para así, tener la privacidad y la seguridad intactas. Yo no deseaba que los demás se involucraran en mi boda. Ellos podían arruinarlo todo si nos ponían en peligro. Así en cambio, lograría casarme con el amor de mi vida.Mi plan en secreto, era prepararme en el caso de morir. Porque si la guerra entre mafias me quitaba la vida, yo deseaba que todas las cosas materiales que estaban a mi nombre pasaran a Clara. Eso solo podría lograrse si ella estaba casada conmigo. Por eso mi urgencia, no quería que se quedara sin nada en el caso de perecer. Yo la amaba con toda mi alma, el deseo de formar una vida a su lado era lo más intenso que crecía en mí. Pero necesitaba cubrirla, buscar que tuviera dinero suficiente si a mí me sucedía alguna desgracia.H
(Clara)Nuestros votos fueron secretos, nadie sabía de nuestra boda y eso me parecía perfecto. No era el tiempo de los reflectores y las fotografías. Miré a mi alrededor, el hotel era de lujo. Me volví loca de solo ver cada detalle.La sala estaba decorada con flores blancas y rosas rojas, el aroma a rosas invadía el ambiente. La mesa del banquete estaba cubierta con una fina tela blanca y sobre ella había platos y cubiertos de oro. Había velas perfumadas y una gran cantidad de velas perfumadas encendidas. El sonido de la música clásica se escuchaba suave en el fondo.Yo estaba vestida con un hermoso vestido de novia blanco con encajes y un velo de encaje. Llevaba un ramo de rosas blancas y Koddel llevaba un traje de etiqueta. Nos miramos el uno al otro con amor y ternura. Los votos estaban llenos de amor y promesas. Prometimos amarnos incondicionalmente y cuidarnos el uno al otro para siempre. Nos juramos fidelidad y lealtad.Después de la ceremonia, disfrutamos de un delicioso banqu
(Koddel)Regresamos a la casa con mi hermano en la terapia para recuperación. Tuve que insistirles a los doctores para que trasladaran todos los elementos necesarios a la casa. Porque de lo contrario, en ese lugar podría correr peligro, los Assento podrían atacarlo en cualquier momento si no éramos cuidadosos. El sudor helado había caído por mi frente durante todas las horas que mi hermano no salía de las garras de la muerte.En esos momentos recordé toda la vida de Tom, a mi lado, los momentos que habíamos vivido juntos. El siempre había sido despreciado por mi madre y no entendía por qué, incluso a veces ni siquiera me importaba. Porque yo era el consentido por ella y eso me hacía sentir protegido.Pero al ver a Tom así, en ese estado tan vulnerable, sentí que debía hacer algo por él. Debía demostrarle que valía tanto como cualquier otra persona y que no merecía ser tratado como un mero hermano segundo. Así que decidí quedarme a su lado, cuidarlo y acompañarlo en su recuperación. No
(Clara)No quería verlo así de triste, pero tenía que saber lo que yo pensaba al respecto de su postura. Lo había esperado, pensando que se recompondría y se haría fuerte, pero día tras días veía como dejaba de luchar. Él decía que nos iba a proteger y cada vez veía eso mucho más lejano. Era la rabia la que me hizo hablar, rogué por no arrepentirme luego.—Es tu venganza la que no puede esperar. —dijo Koddel, con los ojos brillantes. Noté que se sentía herido de mis palabras.—¿Qué dices? —pregunté, molesta.—Eres tú la que desea vengarse lo antes posible de Carla y de tu ex marido, por eso me presionas para actuar. —dijo Koddel, con la voz severa, estaba enojado conmigo.Eso me hizo rabiar en lo profundo, tenía las venas sulfurando por sus dichos. Acaso se había atrevido a cuestionar mi venganza. Claro que estaba molesta y deseaba justicia, porque Carla Assento me había torturado por días interminables, me humilló de todas las maneras posibles.—¿Qué te hace pensar que eso es lo únic
Clara) Me subí a la camioneta, era grande y espaciosa. Los vidrios oscuros no develaban nada de su interior. Zim sabía que planeaba algo y me miró desconcertado. —¿Qué haces Clara? —preguntó Zim, sosteniendo la puerta abierta.—Yo me voy. No puedo soportar más esto. Vamos a hacer algo para cambiar esta situación o todos moriremos como estatuas. —dije, decidida.—¿A dónde? —preguntó él, poniéndose de pie en el marco de la puerta, como queriendo huir despavorido por mi comportamiento.—A cualquier parte. No soporto más estar aquí. —dije, poniendo el motor en marcha.—Clara, detente. —ordenó Zim, con la voz firme.Pero no hice caso y puse la camioneta en movimiento. No podía soportar más esta quietud, el constante caos y los bullicios sin fin. Tenía que alejarme de todo esto y encontrar la guerra, la manera de ganar. No sabía a dónde iría, pero sabía que tenía que escapar de esa incertidumbre que nos abrazaba.—Debemos pensar en un plan para golpear a Carla, tengo que pensar en un siti
(Clara)Estar conduciendo hacia ese enfrentamiento hizo que el sudor helado corriera por mi frente. Estaba alterada de tener que estar sola esta vez, sin Koddel para que me ayudara si algo me salía mal. Las manos me temblaban mientras sostenía el volante, intentando no perder el control mientras conducía hacia el enfrentamiento que sabía que se avecinaba. El corazón me latía tan fuerte que podía oírlo en mis oídos, y la transpiración recorría mi cuerpo enteramente mientras trataba de no perder la calma. Era la primera vez que tenía que enfrentar a alguien sin apoyo, y la sola idea de tener que hacerlo sola me aterrorizaba. Pero sabía que era necesario, no podía permitir que Carla se saliera con la suya y destruyera todo lo que amaba. Así que tomé un profundo respiro y seguí adelante, determinada a hacer lo que fuera necesario para proteger a los míos.Pero no podía dejar que ese miedo me paralizara. Tenía que hacer esto por mí misma y demostrarle a Koddel que podía ser una igual en es