(Koddel)Abrí la puerta para que mis invitados comenzaran a ingresar. Tomé los abrigos, como me habían enseñado que era lo correcto. Mi herida estaba abierta, necesitaba aclarar las cosas y esta era la noche.Vi que Jimmy se colocó a mi lado, aunque no se había vestido para la ocasión, se veía casi como un vagabundo, como era su costumbre. No me importo, quería que estuviéramos todos presentes. La joven también estuvo allí, con una chaqueta larga que le llegaba por debajo de las rodillas, estaba de la mano con mi hermano menor.Til, se había puesto un gorro de lana a pesar de que no hacia frío. Obviamente solo saludó a su abuelo, que fue uno de los primeros en ingresar.—Mi querido nieto. —dijo mi padre, con una alegría que no tenía nombre. El tenía bolsas de regalo en ambas manos, todos obsequios para su nieto.Mi padre era muy apegado a todos nosotros, el no tenía consciencia de lo que sucedía por mucho tiempo. Su memoria comenzaba a fallar y por ello, nos habría extrañado como si n
(Parte II Kodd)Al ver que Luna se levantaba de allí con tranquilidad, me di cuenta que la discusión seguiría. Al parecer Ashley no iba a dar el brazo a torcer. Observé a Kimmu, que seguía allí, con la mirada severa y comenzó a hablar cuando Ashley terminó de gritar.—Usted no puede decir nada sobre la vida de Jimmy, el es un adulto y puede manejarse como quiera. —dijo ella, con el vaso entre las manos, nerviosa.Mi hermano menor la miró asombrado, no se esperaba que alzara así la voz. Ashley prácticamente explotó de nuevo.—Tu no eres su novia. Deja de creer que tienes un lugar aquí. —dijo mi tía, con rigor. —Aquí solo manda la familia, la sangre de verdad. Tu eres una chiquilla sin gracia. Ninguna de las nuevas parejas se compara a Luna siquiera, ella es una mujer de verdad.—No es así. Tu no eres nadie aquí. —dijo Jimmy, con el valor que nunca había visto que poseyera. —Nos vamos, no quiero seguir hablando contigo. Puedes tomarte tú la medicación si quieres, porque yo no volveré a
(Carla)Me desperté al otro día con mi camisón fresco empapado en sudor. Había tenido terribles pesadillas, cosas inimaginables que no sabía porque estaban en mi cabeza. Supuse que era por haber estado con esas personas, en la cena. Los recuerdos de las torturas hacia Clara para mi eran imágenes brillantes en mi cabeza. Eran mis medallas de que le había ganado en las peleas, siendo un paso más para mí.Lucio despertó pronto, estaba en la otra habitación contigua y llegó a mi lado para recibirme. Me agradaba su compañía, aunque no lo admitiera en voz alta, era hábil con las manos cuando me hallaba aburrida. El me miró con lascivia, como de costumbre, era tentado por mis encantos constantemente, cada vez que me miraba lo veía en sus ojos.—Hoy te darán las instrucciones para el plan. —dijo Lucio, con los ojos brillantes.—Sí, ¿Por qué estás tan feliz? —pregunté con curiosidad, Lucio parecía muy interesado en todo este enredo.—Es que… —empezó a decir, pero se quedó en el camino en la to
(Clara)Cuando Koddel me relató lo sucedido en la cena, me di cuenta que había sido una completa locura. Era un caos esa familia, se pelearon entre sí hasta casi matarse. Ashley al parecer no tenía límites para su demencia y lo había hecho público.No quería la alianza con Tom, la detestaba con toda mi alma. Pero me resolví a callar hasta que tuviera una prueba sólida, si no, corría el riesgo de haber tenido un mal presentimiento y arruinar las cosas a futuro. Sabía que Koddel solo buscaba alianzas para lograr protegerme. Yo, quería destruir a Carla y a Lucio por todo lo que me habían hecho y no descansaría hasta lograrlo. Incluso si el precio era unirnos con Tom.Zim entró a mi cuarto con un vaso de Zumo con hielo.—Gracias. —le dije, con la voz alegre. Miré por la ventana el día soleado que auguraba más armonía.Mi futuro esposo se quedaría en su estudio por unas horas, hablando con más aliados y planeando movimientos. Era todo un trabajo agotador y me hubiera gustado poder ayudarlo
(Luna)Habíamos salido de la mansión del hermano de Carla, aquel cuyo nombre nunca recordaba. Pero no era demasiado importante para mí, de esas cosas siempre se encargaba mi esposo. Tom me tomó de las manos y me besó en los labios. Yo lo detuve.—No quiero, has estado muy cerca de esa vil mujer. —dije con recelo. Porque no podía olvidar la escena, a pesar de que solo fuera un saludo. —Ella puso sus ojos en ti y no la perdonaré.—Basta, Luna. Amor, deja de pensar en cosas inexistentes. —contestó Tom, acariciando mi brazo para intentar calmarme.Pero el pensamiento ya estaba instalado. Carla me había arrojado una mirada burlona que jamás en mi vida iba a olvidarme. Poseía el don de una memoria selectiva digna de admirar. Ella me las pagaría, porque podía adivinar sus pensamientos.Ella no podría poner sus garras en mi esposo. Yo tenía mis estrategias para deshacerme de las mujeres que me cayeran mal o de las que sospechara algo. Recordé entonces cada venganza, cada vez que la sangre me
(Kimmu)Me quedé con Jimmy en el cuarto mientras organizaba mis cosas. Que no eran mías en realidad, sino que era la ropa que me compraron cuando vi que no tenía casi pertenencias para vestirme. Entonces Koddel mandó a que me compraran todo lo necesario.Busqué entre esas prendas algo para vestirme, porque llevaba mi ropa de dormir y ya me parecía que olía bastante mal. Llegué a bañarme en la ducha, porque necesitaba tanto estar a solas y lograr pensar. Nadie podría ponerse en mis zapatos de lo que había tenido que afrontar en estos últimos días. Era demasiado, el haber visto justo lo que necesitaban.Llegue a la conclusión de que mi comportamiento me había llevando a donde estaba ahora. Porque si no hubiera volado demasiado lejos, como me decían mis conocidos, no hubiera conseguido el empleo en la casa de la gran familia de Koddel. Era una locura, cuando conseguí el trabajo ya tenía todas las posibilidades en mi contra.Todavía recordaba la entrevista que tuve con Ashley, que necesit
(Clara)Sentir esta presión en el pecho me mostraba que ahora, mi salud podía deteriorarse negativamente si no hacía algo para frenar el deseo de venganza que se albergaba en mi pecho. Hace unos días, decidí dejar entrar solo a Kimmu en mi cuarto. No quería ver a nadie más, solo confiaba en ella. Me sentía tan triste, tan traicionada, que no podía soportar ver a otras personas. Mi autoestima había bajado tanto que no creía que pudiera encontrar una salida. Kimmu me escuchó con atención y comprensión mientras le contaba todo lo que había pasado. Me dijo que no estaba sola, que ella estaba allí para ayudarme y apoyarme. Me sentí un poco más aliviada al escuchar eso, pero seguía sintiendo un gran dolor y una profunda tristeza.El pasado también me golpeaba, el haber caído nuevamente en la trampa de la malvada de Carla. No podía creer que Lucio hubiera sido capaz de hacerme esto. ¿Cómo pudo engañarme de esa manera? ¿Cómo pudo traicionar mi confianza y mi fe en que se redimiría de ese modo
Verle el rostro me daba una gratificación en el alma desde lo profundo. Finalmente, decidí dejar entrar a Koddel. No quería seguir sintiendo el dolor y la soledad y quería volver a estar con él. Así que abrí la puerta y lo dejé entrar. Nos abrazamos con fuerza y nos besamos con pasión. Nos decimos cuánto nos amamos y cuánto nos extrañamos. Nos decimos cuánto necesitamos el uno al otro y cuánto significamos para el otro. Y de repente, el dolor y la soledad desaparecieron. De repente, volví a sentir la alegría y la esperanza. De repente, volví a sentir la vida y la paz. Koddel y yo estábamos juntos de nuevo y nada más importaba. Éramos uno y no había nada que pudiera separarnos. Éramos el amor y éramos libres.Con Koddel a mi lado, me sentía mucho más fuerte y mucho más segura. Su cariño me hacía sentir amada y protegida y eso me ayudaba a sanar más rápido. Mis heridas dejaban de doler tanto y mi cuerpo comenzaba a recuperar su fuerza. Me sentía más animada y más viva y eso me hacía sen