—Te amo, Carlotta —ante su confesión, ella abrió los ojos, sorprendida, y lo miró a los ojos. En ese momento, Carlotta supo que Sandro le estaba diciendo la verdad y que con ese hombre quería estar por el resto de sus días. Cuando iban a volver a besarse el sonido del teléfono de Carlotta los sacó
Ella se sentó a horcajadas encima de Sandro y empezó a besarlo, primero con timidez, aunque sentía un fuego recorriéndola vorazmente en su interior, tomó sus labios y los succionó lentamente, al mismo tiempo que un gemido salió de la boca del hombre, sintiendo que estaba a punto de explotar de la pa
Los labios de Carlota formaron suaves gemidos mientras se arqueaba hacia adelante y se ondulaba. Sentía sus pechos rozar su torso, sus pezones rígidos y puntiagudos al deslizarse contra su piel. Un susurro de sábanas, sus respiraciones, los gemidos ocasionales, la piel de ella abofeteando la de él.
Carlotta salió corriendo sin ponerse siquiera a pensar que su huida podía afectar a Sandro, se le olvidó hasta que a él le costaría levantarse debido a su condición, ella tenía el corazón desbocado, sentía su piel como demasiado sensible, era una sensación inexplicable, el miedo a equivocarse se acr
—Es importante que también escuches tu cabeza —continuó su madre—. No te dejes llevar por el corazón solo, ya que a veces puede jugarte una mala pasada. Naturalmente, no todo será perfecto—dijo—. Habrá momentos difíciles, pero si esa es la persona adecuada para ti, superarán todo juntos. Y cuando es
Sandro llegó a casa de su familia, cuando su madre lo vio entrar le preguntó por su esposa. —¿Dónde está Carlotta? ¿Por qué no vino contigo? ¿Cómo es eso que estando recién casados no estén juntos? Las parejas deben compartir y más si son recién casados. —Mamá, sabes que ese matrimonio es bajo con
—¿Cómo entraste? —interrogó sorprendida. —Efectivamente, por la puerta —expresó mostrando las llaves del apartamento—. Tengo mi propio juego de llaves de este lugar, así como también mi hermano tiene del mío, como me cansé de tocar y nadie me abrió me preocupé ¿Todo bien? Vine a hablar con Sandro.
Las palabras de Mike dejaron a Carlotta pensativa, haciéndose ciento de preguntas al mismo tiempo «¿Me gusta Sandro? ¿Por qué tuve intimidad con él? ¿Fue para demostrar que puedo conquistar a un hombre?» se preguntó y las respuestas, llegaron a su mente como un caudaloso y fiero río en pleno día llu