— ¿Cuándo pensabas contarme tu insensatez?Hago una mueca cuando las palabras de Cillian me atraviesan al llegar a casa, después de nuestra cita con la doctora y pasar por las vitaminas y suplementos que necesitaba.— Sabía que no me dejarías hacerlo si te daba la noticia de mi embarazo— digo lo más calmada posible. Sus ojos echan chispas, pero qué más da.Ya lo hice.— No sé, si ahorcarte o encerrarte en la habitación por lo que resta de embarazo.— Ni lo uno ni lo otro— digo indignada mientras veo como su nariz se dilata y respira de manera pesada.— ¡Maldita sea, Helena! Es que, ¿No tienes instinto de supervivencia?— Los siento, si — digo tratando de apaciguarlo, porque sé que lleva razón.Y me pudre que la lleve.— Todo salió perfecto y ahora estamos bien— me acerco, pero da un paso atrás.Lo miro sorprendida.— No lo acabas de hacer — siseo.No dice nada.— ¡Bien! Maldice todo lo que quieras— gruño.— No quiero hablar contigo, ahora.— Entonces no vengas a la cama. ¡Porque no er
1 año y medio después. Estoy dentro de la bañera, relajada después de ser víctima de mi preciosa y temperamental niña. A la cual, le pareció gracioso echarme encima la papilla que le prepare para el almuerzo. Me quito los rastros en el cabello. Cuando más que verlo, lo siento. Desde mi lugar levanto mi pierna llena de espuma. — Me gusta este recibimiento— sonrío ante las palabras de mi esposo. Se acerca y entra en mi campo de visión. — Hola— digo en voz baja. — ¿Qué haces tomando un baño a esta hora? — inquiere y puedo ver que la sonrisa baila en sus labios. Lo miro quitarse la americana y dejarla caer al piso seguido de su camisa. — A tu pequeña, le pareció gracioso lanzarme papilla en el cabello. Se ríe. — Sí. Creo que sabemos a quién se parece— murmura y sonrío. Cuando queda gloriosamente desnudo, me echo para delante y se mete a la bañera conmigo. Hemos aprendido a robar pequeños momentos desde que Caroline nació. Sí. Lleva el nombre de mi madre. Cuando nos confirm
(Ares y Emma)No sé en qué momento mi vida cambio. Se supone que, salvo vidas, no las arrebato.En un abrir y cerrar de ojos me convertí en el blanco de mucho que ostentan mi poder.Un poder que yo misma no sabía que tenía.Ahora que todo está en riesgo, necesito de aliados.Bien.Es momento de dejar de huir y abrazar mi verdad. Ha llegado la hora de enfrentar al hombre que con una solo mirada hace que me tiemblen las piernas. Sus manos están manchadas de sangre, las mías también, aunque bajo diferentes circunstancias.Hace un par de años hui de Ares y de lo que despertaba en mí.Se convirtió en una peligrosa obsesión que hoy puede ser la única salida para sobrevivir en este mundo desconocido para mí.Ares es todo lo que no pediría en un hombre. Pero, su lealtad para con los suyos es admirable, y la forma en que me mira e intenta protegerme me hace sentir cosas.****No necesito abrir los ojos para saber que algo no está bien.El olor a sangre llega a mí, Puedo saberlo gracias a los a
DOS AÑOS ANTES.POV ARES.Si me preguntan, si estoy conforme con la vida que llevo. Sin dudarlo, respondería que sí.A pesar de no haber tenido unos padres a los que les importe, los cuales desaparecieron de un día para otro. Tengo un hermano que se la jugó por mí, cuando apenas era un crío. Cillian entro a una vida llena de peligros.Nos sacó de Armenia y, nos trajo a Estados Unidos.¿Fue fácil?No.¿Se lo agradezco?De por vida.A él le debo mi lealtad.Por eso, estoy decidido a encontrar la persona que quiere la cabeza de Cillian y amenaza acabar con la familia que hemos construido, junto a la esposa de mi hermano. Pero antes, debo cumplir con una cosa.Tengo una deuda pendiente con cierta pelirroja.Rick, uno de los hombres a mi cargo, conduce la camioneta, mientras yo voy a su lado.Entramos al Bronx y luego de un breve recorrido por el lugar donde hace poco tuve el altercado donde salí herido, estaciona fuera del consultorio médico, donde la sexi e impetuosa doc. trabaja.Ella m
Recorremos el camino en un denso silencio y no me sorprende cuando entramos a un suburbio de clase alta.Quien crea que las ratas se esconden en las alcantarillas está muy errado en esta vida.La camioneta se detiene frente a una hermosa fachada y es cuando me doy cuenta de que una segunda camioneta se detiene detrás.Ares baja junto al resto de los hombres que cubren el perímetro para evitar algún contratiempo.—Baja, doc. —niego.— ¿Que me garantiza que no corro el mismo peligro que en aquella casa?—Te lo garantizo yo, que te he salvado el culo.—¿Tienes que ser tan bruto?Pone los ojos en blanco.Hace una especie de reverencia.—Osa, la doc. hacerme el honor de bajar de su carruaje.Lo fulmino con la mirada.—Imbécil —espeto y bajo.En cambio, él me da una sonrisa sarcástica antes de guiñarme.Con la cabeza en alto paso a su lado y me encamino al interior sin saber que me espera dentro.Una vez dentro, me quedo sin aliento unos segundos mientras absorbo todo lo que veo.El lugar t
Mis pies no se mueven lo suficientemente rápido mientras avanzo por el pasillo, aún puedo escuchar la serie de maldiciones a mi espalda.No están ni tibios, si piensan que me voy a casar con Ares.—Prefiero someterme a una esternotomía —farfullo.Me detengo en seco cuando me topo con Helena que está sentada en uno de los sofás y me mira con una sonrisa sabedora.—Sabía que saldrías de esa oficina apenas mi querido esposo abriera la boca.—Tu esposo es un imbécil.Se pone de pie.—Tiene el tacto de un cactus—se ríe. —Pero no podría amarlo menos.—¿De verdad aceptas la clase de vida que llevas ahora? —inquiero sin poder detenerme a pensar.Ladea la cabeza y me estudia con atención.Suspira.—Ven conmigo.—Gracias, pero prefiero salir de aquí.Hace una mueca.—Lo siento, Emma. Pero no puedes irte de aquí.Frunzo el ceño.—No lo hago por ellos, lo hago por tu seguridad —se acerca— Afuera hay personas que quieren acabar contigo.—Eso es una mierda —niego —No sé quién carajos son, no me int
Las horas pasan de manera lenta y siento que en cualquier momento me voy a volver loca.Una vez Ares dejo la habitación, intente salir solo para ser detenida por un hombre que custodia la puerta.La misma se abre y me pongo alerta cuando el hombre que dice ser mi padre aparece.—Nos vamos.—¿Perdón?—Estamos yendo a casa.—Mi casa es donde vivo con mi madre, ¿dónde está?—Sienna.—Emma —lo corto —me llamo Emma —respiro profundo —no voy a moverme de aquí hasta que no vea que mi madre está bien.—Lo está. La he enviado de regreso a su casa.—Si eso es así, sabes que no está a salvo.Este suspira de forma exasperada.—No tengo tiempo que perder. Necesito cerciorarme que estás protegida antes de que podamos avanzar con los planes.—A usted puede importarle poco mi madre.—Deja de referirte de esa forma a ella —afirma entre dientes.Arqueo la ceja y pongo las manos en las caderas mientras lo enfrento.—Aunque le dé sarpullido en el culo, lo es —espeto en tono serio —esa mujer es la única m
Al bajar en la estación lo hago no sin antes asegurarme que no hay alguien siguiéndome.No tardó en llegar al conjunto residencial donde vivo.Subo al elevador ignorando a algunos residentes que me miran con curiosidad y es cuando recuerdo que aún llevo puesto el uniforme del hospital. Cuando llego al sexto piso siento que mi corazón está a punto de salirse por la boca.Al detenerme frente la puerta del departamento respiro tratando de recobrar el aliento y abro lentamente.—¿Mamá? —Llamo cundo entro al departamento solitario.Avanzo con cautela por el lugar y tomo el pasillo hasta la habitación solo para encontrarla destruida y mi peor pesadilla hecha realidad.—¡Mamá!En el piso de la habitación yace mi madre apenas consciente mientras se sostiene el estómago y la sangre se filtra entre sus dedos.Llego hasta ella que está inconsciente.Busco su pulso.—¡No!Me pongo sobre mis rodillas y comienzo a hacer compresiones sobre su pecho intentando reanimarla.Paro y comienzo una nueva s