POV ARES.—¡Hijo de perra!Hago una mueca ante el grito de Helena.Sus lágrimas ruedan mientras me golpea.—Lo siento.—No, ¡lo sientas porque te voy a arrancar la cabeza y mandarla a la tumba!Resoplo.—Idiota, te he llorado como una desgraciada.—Helena.Cillian interviene.—¡Cállate! —señala a mi hermano —esto no se hace.—Cillian no sabía nada hasta hace un par de días —murmuro.—Además, te expusiste ante esa demente.Secunda Cillian.—Esa demente tena a mi hija.—Debiste decirnos.—No había tiempo.Niego.Si no fuera por el rastreador en el colgante de Emma no sé qué habría sucedió.—Bien. Ahora está muerta y se arrepintió mil veces por lo que hizo —sonrió —Rick la hizo ver al diablo.—No sé de qué te ríes. No me tienes feliz.Resoplo.—De hecho, no solo a mí me tienes decepcionada tu decisión.Arquea la ceja, señala a un lado y veo la maleta.—No es cierto —murmuro.—O si, vaquero. Te han tumbado del caballo y tu rodeo ha terminado.La miro mal y ella sonríe con suficiencia.—Me
—¿Cuánto tiempo tendrás a Ares alejado? Miro a Jared desde detrás del escritorio. El mismo me ha dejado este lugar. Al parecer no le importa y, en cambio, parece satisfecho con esos. —No se dé que hablas, soy viuda, ¿recuerdas? Este resopla. —Estás siendo obstinada. —Lo sé, es una cualidad que creo herede de ti. Ríe un poco. —No cariño, eres obstinada y gruñona como lo era tu madre. Lo miro. —Crees que una dócil mujer iba a poder estar a mi lado —niega —no. Ella sabía plantarme cara —sus palabras tienen un tono de melancolía. —¿Nunca pensaste en volver a casarte? —Jamás. Mi Violeta fue y será la única mujer para mí. Entrecierro los ojos. —¿Nunca hubo nadie más? —Mujeres sin importancia —replica —mujeres que solo estaban para satisfacer una necesidad a cambio de una buena retribución. —No quiero saber más, gracias —lanza una carcajada. Se aclara la garganta. —Tú preguntaste. —Pero no quería tantos detalles. Asiente. —Entonces, si es así que has dado por terminado t
En este momento me siento como una de esas chicas a las que todo le sale mal y que hacen el papelón de su vida.Siento como me sonrojo ante la atenta mirada del hombre frente a mí.Él nos vio a Ares y a mí teniendo sexo.Lovoyacolgardelaspelotas.—Debo asumir que su memoria de caballero no le hará cometer una indiscreción.Hace como si lo estuviera pensando.—Realmente me pide eso luego de esa fantástica noche.Ahogo una exclamación y miro alrededor en busca de Jared y Theo.—A ver señor…—Jeffrey —me corta —no son necesarias las formalidades.Lo fulmino con la mirada.A este le doy un guantazo.—Deja de incomodar a mi esposa Jeffrey.La voz de Ares llega hasta nosotros y envía un escalofrío por mi cuerpo.—Vamos, solo estaba bromeando con ella. Pensé que le habías dicho que, lo que pasa en las vegas…—Piérdete.—Un gusto verte —se inclina un poco —no te preocupes que mis labios están sellados.Con eso se aleja.Alargo la mano, tomo la copa y la bebo de un tirón.—Solo estaba bromeand
—Te ves horrible.Me siento en la mesa del desayuno y miro a Theo.—Gracias, realmente aprecio los ánimos.Jared sabiamente guarda silencio.—Yo creo que deberías ir a ver a Ares y hablar.—Sería perder el tiempo —miro a Jared —sé que no va a querer verme y terminaríamos en una nueva batalla verbal.—¿Entonces qué piensas hacer?—¿Quieres la verdad?Sonríe con tristeza ante mi tono bajo.—Sería un detalle, cariño.—No sé. No sé cómo proseguir con Ares —suspiro —no sé si aún hay algo por lo que luchar.Me duele decirlo, pero es la realidad.—Emma.—Nos hemos hecho tanto daño en tan poco tiempo que no sé qué sigue.Uno de los escoltas se detiene en la entrada del comedor y se aclara la garganta.—Señor, hay alguien afuera que desea ver a su hija.La esperanza aflora un poco en mí, pero sé que Ares no se anunciaría.—¿Quién es?Jared se adelanta a preguntar.—Es el señor Cillian.Mi corazón late rápido con temor. Sé que no soy santo de su devoción y después de lo de anoche de seguro quie
POV ARES.Esto es una mierda.Cillian abre el sobre donde se encuentran los documentos, pero ninguno de los dos se atreve a leerlos.Siento que esto es una locura.Es algo, no imagine que haría.Es más difícil de lo que pensé.—Entonces, ¿van a quedarse mirándose mutuamente y ninguno va a leer la investigación?Una sonrisa tira de mis labios al escuchar a Helena.Ella se muere de la curiosidad.Cillian me mira y yo asiento.—Has los honores —espeto.No lo piensa dos veces y se acerca en dos zancadas para tomar el sobre.Se sienta en la silla junto a mí y saca la información.En silencio la lee y ni a Cillian ni a mí le pasa desapercibido las emociones en su rostro.—¿Helena?—Aquí dice que su padre falleció cuando Ares tenía solo un año años.Trago.—Su madre… ¡Jesús! —Susurra.—¿Qué dice? —la aúpa Cillian con un tono exasperado.Se aclara la garganta.—Su madre murió tres años después de dejarlos en el orfanato. Yo no tendría el valor de abandonar a Caroline —nos mira con lágrimas en
Está anocheciendo, estoy cansada, pero feliz. Hace mucho no tenía contacto con pacientes y volver a tener esa sensación de satisfacción por ser útil a los demás me reconforta. También me ha hecho olvidar en parte mis últimas semanas. Pase de ser una profesional a esposa que se convirtió en viuda y al parecer, dentro de nada, seré una mujer divorciada. Un orden algo fuera de lo común. Pero con Ares todo es fuera de lo común. La puerta se abre y Sam aparece. —Mi último paciente ya se ha ido. —El mío también —sonrió. —Damos por terminado el día. —Fue un buen día. Asiente. —Los suministros que trajiste sirvieron de mucho, gracias. Niego. —En cuanto pueda, traerá más. Entra y cierra detrás de él. —Me encantaría tenerte por aquí más a menudo toma asiento en la silla frente a mí ¿Qué me dices si cenamos? —Sí. Muero de hambre. Espeto al tiempo que la puerta se abre y Ares aparece. Se ve como siempre. Y lo detesto por eso. Nos miramos unos segundos antes de volver mi mirad
Llegamos a casa en tiempo récord luego de un par de vueltas para despistar a cualquier curioso.No sabemos de alguien más que nos quiera hacer daño. Pero Ares no confía en nadie y siempre está atento a cualquier cosa.Él no quiere darles la oportunidad a absolutamente nadie de que nos sorprendan.Entrar a la casa es algo tan surrealista.Cuando pensé que Ares había muerto no tuve el valor de venir y echar más sal a la herida. Luego sucedió lo del secuestro de Caroline y lo demás es historia.Miro alrededor y todo está en su lugar.Es como si el tiempo se hubiera detenido.—En el armario aún hay cosas tuyas —Ares comenta mientras se acerca a la cocina —yo pediré algo de comer.Asiento.El ambiente entre nosotros es tenso.La atracción está ahí. Los sentimientos también.No es como si dejaras de amar a alguien de la noche a la mañana.Subo las escaleras y entro a la habitación.Dejo mi bolso en el sofá individual cerca de la ventana y me meto al baño donde me desvisto rápidamente antes
—Vaya, te veo flojito y tembloroso.Ares le enseña el dedo a Cillian que sonríe con suficiencia cuando nos ve a ambos entrar a la mansión un par de días después.Sí, Ares y yo hemos decidido recuperar el tiempo perdido y estuvimos en casa haciendo cosas más productivas.Tomo asiento frente a Helena que me da una amplia sonrisa.—Me alegra que todo se solucionara entre ustedes.—Yo soy el más feliz, créeme —espeta Ares.—Bueno, espero que esta vez sí sea la definitiva —Cillian nos mira con atención —Estoy feliz por verles. Pero, mientras tú estabas de luna de miel, yo estuve trabajando.—¿Supongo que has encontrado algo? —inquiero.Asiente.—La chica es escurridiza pero no indetectable para mí.Cillian habla con suficiencia.—Se cambió el nombre así que era casi imposible de detectar, pero la hemos rastreado por sus huellas e increíblemente llego al país hace cuatro años.Ares y yo nos miramos antes de verle.—Trabaja en un bar de las vegas y se llama Becca.La información se filtra en