Luego de mi pequeño espectáculo del que ahora me avergüenzo me doy una ducha y me envuelvo en una manta.Tomo mi iPad e intento leer un poco.No sé cuánto tiempo estoy intentando leer un solo párrafo de la historia cuando la puerta de la habitación se abre.No levanto la vista y mantengo mi postura indiferente.Aunque por dentro quiero darle un puntapié por ser tan obstinado.Sin decir nada deja una taza a mi lado junto a unas de las galletas que había puerto en los tarros de la cocina.Continúo leyendo las mismas malditas líneas cuando este se agacha en cuclillas.—Supongo que no vas a hablarme.No respondo.Resopla.—Doc.Nada.—¿Puedes siquiera mirarme unos segundos?Suspiro y dejo a un lado el IPad.— ¿Para qué? Ya dejaste claro tu postura allá abajo —sus ojos oscuros me estudian y puedo ver que está incómodo.—Lo siento, sé que no debí reaccionar como lo hice.—Continúa.Hace una mueca.Alarga y la posa sobre la mía.Pero esta vez mantengo la postura.—No estoy acostumbrado a que
POV ARES.—Vaya, por tus ojeras, tu sonrisa de idiota y las piernas temblando me atrevo a afirmar que te has disculpado con Emma por lo ocurrido ayer.—Vete a la mierda —resoplo antes de sentarme frente a mi hermano que me mira con diversión.—Pero ya, en serio, ¿arreglaste tu metida de pata?Asiento.—Sí, Emma me perdono mi momento de estupidez.—Bien.—Vine por una cosa.Arquea la ceja.—León está en México. Así que estamos atados por ahora.Se reclina en su silla y me mira con atención.—Eso no es bueno.Estoy de acuerdo. La idea es terminar con esto de una vez por todas.—Otra cosa, el informante de la policía me ha dicho que esta noche piensan hacer una redada en el club.—¡No me jodas!Asiento.—Lo mejor es mantener un perfil bajo.—Lo mejor es arrancarle la maldita cabeza a Carmona —sisea —estoy harto de todo esto.—Entiendo. Pero debemos ser más inteligentes que él, y atacarlo cuando menos lo espere.Niega.—Esperemos pasar las fiestas y ponemos en marcha el plan.—No piensas
Los recuerdos de mi día con Ares aún están presentes en mi mente.¡Dios! El hombre realmente sabe cómo resarcir sus errores.Luego del episodio en la cocina subimos a la habitación y no bajamos hasta que el sol se ocultó y ambos moríamos de hambre.Pedimos algo para comer y nos echamos en el sofá.Eso le dio el tiempo de admirar todo lo que había colocado alrededor.Bueno, he puso de nuevo lo que ya había guardado.Pero, se sintió bien poder ver su expresión casi tímida.Me alegro y al mismo tiempo me dolió por él.No puedo imaginar lo que es vivir una vida de abandono, de carencias.Sí, yo no tenía todo.Pero nunca me falto lo más importante, lo esencial para vivir en paz.Ahora mi mente está dando vuelta en que regalo puedo darle a mi gruñón.Siento como mis labios se extienden en una sonrisa.—¿Cuánto tiempo más voy a estar en esta maldita cama?Levanto la vista ante la pregunta de Jared.Parpadeo y evito sonrojarme ante mis pensamientos.Estamos en su habitación mientras él manti
El momento de paz que nos rodea es lo mejor que ha sucedido en mucho tiempo.Mañana es navidad y me divierto viendo a Cillian junto a Ares armando una monstruosa casa de muñecas.El sueño de cualquier niña.El hombre no pudo ocultarle la sorpresa a Helena y, ahora, mientras tomamos un chocolate en el jardín de la casa de estos, vemos a los hombres pelear con las piezas.El hombre había puesto una especie de techo para protegerlo de las nevadas y así, Caroline pueda salir y jugar con su regalo.Helena mira el regalo como si fuera el mejor de los diamantes, mientras que Caroline toma su siesta de las tardes.—Me estás aplastando el dedo —gruñe Cillian antes de soltar mil maldiciones.Miro a Helena que niega.—Ares, ¡joder!— ¡¿Qué?!— ¡Levanta la puta pieza! —grita.Está rojo, del esfuerzo que hace al tiempo que Ares farfulla y levanta lo que su hermano le dice.El alivio en Cillian en evidente.—Vamos, solo es un dedo mallugado.—Magullada te voy a dejar a ti la cabeza cuando te agarre
Mientras Ares está arriba tomando una ducha luego de terminar de armar la casa de Caroline. La misma ya está cubierta para que mañana la pequeña la vea en el patio trasero de sus padres. Ambos hombres terminaron con algunos golpes, pero al final la cara de satisfacción de ambos no tenía precio. Enciendo la chimenea, me echo en el sofá y me pongo una manta antes de tomar una copa de vino. Es mi primera víspera de navidad sin mi madre. Se siente extraño, la nostalgia me embarga. Pero, al mismo tiempo, me siento feliz de tener Ares. Este, baja llevando solo vaqueros y camiseta mientras su cabello húmedo, está peinado hacia atrás. —¿Mejor? —inquiero divertida. Asiente. Levanta la manta y se mete debajo conmigo. Toma mis pies, los pone sobre su regazo y comienza a masajear. Casi me deshago en el sofá. Suspiro. —¿Estás segura de que no quieres ir a ningún lado? —espeta mientras hace presión en la plata de mis pies. Niego. —Solo quiero estar aquí, contigo y poder disfrutar de
La mañana siguiente me levanto antes de Ares. Abro el armario donde escondí algunos obsequios y los pongo debajo del árbol. De hecho, no solo hay para él, también le he comprado varias cosas a Caroline, Jared, Helena y el propio Cillian. Anoche fue divertido y luego de retozar en el sofá unas horas, comimos la cena que no nos defraudó. Eso antes de volver a la cama. Estoy dejando los últimos obsequios cuando siento que me tomas desde atrás. —Feliz navidad —murmuro con una tonta sonrisa. —Feliz navidad, doc. Abre la mano y desde atrás me muestra una cajita azul de una reconocida tienda. Me doy la vuelta y lo tomo. Dentro hay un colgante de oro rosa y pequeños diamantes redondos. Con los extremos entrelazados. —Es hermoso, Ares. —¿Te gusta? Parece inseguro. —No sabía qué regalarte. —Lo que me regales me va a gustar, eso tenlo presente —le guiño —porque vine de ti. Su sonrisa aparece. —¿Me lo pones? Este lo toma y lo hace. —En cuanto la dependienta lo describió, supe q
Las horas pasan lento y la espera se hace eterna.Se supone que esto no pasaría.Se supone que él estaría conmigo por mucho tiempo.Pero, no. Ares se ha ido.Mis lágrimas ruedan por mis mejillas mientras el silencio sepulcral del salón en la mansión de Cillian amenaza con ahogarme.El mismo es irrumpido por una voz muy casi histérica.—¡Los quiero a todos muertos! —me estremezco cuando escucho el grito de Cillian.—No es el momento.—¡No me importa! Quiero a cada uno de los suyos muertos.—Eso es muy arriesgado.Jared intenta tranquilizarle.Pero es inútil.—León ha asesinado a mi hermano, ¡tú crees que me importa lo que eso no arriesgado!Ares, muerto.Esa simple verdad me desgarra el alma.Quería tener la oportunidad de demostrarle que merecía ser amado, que me tenía a mí para quererle, reñir, pero siempre hacerle saber que le amaba.Niego y me pongo de pie.—No creo que sea lo más prudente.—Acaso te estoy preguntando —replica Cillian con los ojos abiertos llenos de rabia.—No, per
Me mantengo en silencio observado como todos se mueven y buscan posibles soluciones.Hemos regresado a la mansión de Cillian, mientras sus hombres peinan el perímetro.Jared no me pierde de vista.Se siente avergonzado por lo que está sucediendo, mientras que Theo a su lado pone un poco de hielo en su rostro y el desconcierto baña sus facciones.Necesita salir de aquí. Pero todos están atentos.No puedo decirles lo del mensaje de Lía o podrían herir a Caroline.Lía me ha enviado el lugar donde me esperan.Así que debo actuar.Sé que, si Ares estuviera aquí, haría lo posible por salvar a su sobrina.Avanzo por el salón y Jared mantiene sus ojos en mí, hay hombres apostados en las puertas principales.Necesito salir de aquí sin ser vista.Me miro al espejo que está sobre la chimenea y el reflejo de mi rostro pálido y ojeras me devuelve la mirada.Me llevo la mano al colgante que ros me regalo en navidad y cierro los ojos.Respiro profundo e intento pensar en una solución.—La enviaré po