— Mia, ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? — Cuestionó Jacob sentándose en la cama y encendiendo la luz de la lámpara a su lado para luego mirarla con el ceño fruncido. Había estado intentando ignorarla, porque desde la cena notó que algo le estaba pasando, estaba actuando extraña, pero pensando en que no le debería dar más atención lo ignoró, solo que después que estaban en la cama y sentirla removerse sin parar, moviéndose de un lado a otro, sin dormir ni dejarlo dormir, se vio en la necesidad de preguntar, se sentía preocupado de que pudiera estar enferma, porque esto no era algo que ella hiciera. Al escuchar sus palabras la respiración de Mia se cortó y su cuerpo se tensó por completo. — Lamento mucho si te desperté, no estoy enferma ni nada, simplemente no puedo dormir, lo siento, iré a otra habitación. — Se disculpó ella intentando levantarse de la cama antes de ser sostenida por una mano fuerte que se lo impedía. Cuando ella volteó a mirarlo confundida, buscando explicaciones, en
— Señora por favor baje, su familia está aquí. — Anunció Clarisa al tocar la puerta y un escalofrío recorrió a Mia. Había estado esperando que ocurriese un milagro y ellas no aparecieran, pero no había sido tan afortunada, nunca lo era, así que debía enfrentarse a ellas. — Dame un momento, ya bajo. — Dijo Mia con voz temblorosa, no quería tener que enfrentarlas, ellas siempre lograban lastimarla, pero está vez no temía por ella, si no por lo que iban a pedir que hiciera, por lo que querían obligarla a hacer. — Si señora. — Dijo Clarisa y se fue. Mia se levantó llena de abatimiento y desgana, pero sin más opción salió de la habitación y comenzó a bajar las escaleras, sintiendo cierto malestar en su estómago al mirarlas. — Mia te ves realmente bien. — Espetó Olivia al mirarla y aunque quería que esto fuera mentira, era verdad, Mia en este tiempo había conseguido ganar un poco de peso y eso la hacía ver más hermosa, porque anteriormente por culpa del maltrato de ellos estaba demasia
Mia miró a su alrededor y dio un paso al frente, con sus manos temblando, sintiendo un ligero sudor en su frente y en su mano sosteniendo ese pequeño objeto que le pesaba tanto, empezándolo a sentir como un instrumento de tortura y con su corazón latiendo a toda marcha, intentó abrir la puerta de la oficina de Jacob con la mano que le quedaba libre, pero al darse cuenta de que está estaba cerrada, estaba por retirar la mano cuando escuchó una voz que no reconocía. — ¿Qué es lo que está haciendo señora? — Preguntó Dean, arqueando una hermosa ceja y el cuerpo de Mia se estremeció, volteando a mirarlo asustada, no entendía de dónde él había salido y mucho menos como podía moverse sin hacer ningún ruido cuando era bastante grande. Ella se quedó observándolo por un instante, era la primera vez que veía a este hombre y no tenía idea de lo que estaba haciendo aquí, pero sin duda se veía muy bien, era tan alto como Jacob, su cuerpo era igual de fornido, sus facciones fuertes y atractivas, c
Mia suspiró en la cama buscando el cuerpo de Jacob sin abrir los ojos al despertarse, pero al darse cuenta de que él ya no estaba en la cama abrió los ojos, un poco abatida y solo al darse cuenta de que en la mesita de noche había una rosa y una nota sonrió. “Te veías preciosa durmiendo y parecías muy cansada, por eso no quise despertarte, hoy tengo algunos asuntos importantes y estaré todo el día ocupado, nos vemos en la noche.” Le había escrito y aunque no decía nada realmente especial, ella si lo sentía así, solo por el hecho de que él se había tomado la molestia de dejarle la nota, de escribir esto para ella y dejarla junto a una rosa, eso le daba calidez a su corazón. Mía llevó la rosa a su nariz y disfrutó de su aroma para luego levantarse, dándose cuenta que efectivamente ya era casi la hora del almuerzo, así que después de darse una ducha y vestirse se dispuso a bajar las escaleras para encontrarse con Meryl en el comedor. Después de que comieron juntas, Meryl volvió a su h
—Lo siento, lo lamento mucho de verdad. — Susurró Mia al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaban a caer al ver que él la apuntaba, no porque tuviera miedo a morir, porque sabía que así era como se pagaba la traición en su mundo, sabía lo que pasaría cuando él se enterara, solo que no estaba preparada para que lo hiciera tan pronto, si no que no soportaba ver el odio que había en los ojos de Jacob, cuando la noche anterior eran tan cariñosos.—¿Es lo único que tienes que decir? Al menos dame una maldita razón para no matarte. — Exigió Jacob levantándose del sillón y caminó hacía ella para poner la punta del arma en su frente. —Solo puedo decir que era algo que tenía que hacer y que de verdad lo lamento, se que no merecías que hiciera eso, pero yo no tenía otra opción, puedes matarme si es lo que quieres — Sollozó, sintiendo el frío de la punta de la pistola en su frente, doliéndole que el hombre que ella comenzaba a amar fuera quien iba a terminar con su vida. —Maldita sea. — Gr
— Señorita, despierte por favor. — Pidió Rosa preocupada al ver lo mal que Mia estaba, ella tenía una fiebre muy alta y era difícil de poder bajarla cuando no estaba tomando ningún medicamento. Mia abrió los ojos débilmente, los sentía demasiado pesados. — Me duele mucho la cabeza y tengo frío. — Se quejó, mirando a Rosa que no dejaba de fruncir el ceño. — Lo lamento mucho señorita, no he podido conseguirle ninguna manta ni nada parecido, sabe cómo es su padre. — Suspiró Rosa, viendo como los moretones en la cara y el cuerpo de Mia ya estaban empezando a mejorar. — Señora Rosa, debería de irse, alejarse de aquí para siempre. — Susurró Mia con su voz llena de debilidad y Rosa suspiró poniendo una pequeña toalla húmeda sobre su frente, sintiéndose culpable porque Mia se preocupara por ella, aún después de terminar en un estado tan lamentable. Además lo de esa llamada había sido exagerado, Elijah en realidad la había amenazado para que le dijera esas cosas a Mia y la foto que le enví
— Por tu ineptitud él nos esta atacando, si hubieses hecho las cosas bien nada de esto estaría pasando. — Gritó Elijah al mismo tiempo que golpeaba a Mia. — Fue tu culpa, fuiste tú quien quiso hacerle daño. — Replicó ella luego de alejarse un poco, adolorida por el golpe, pero como sabía ella nunca podría salir de aquí, no le importaba si él terminaba por matarla, después de que ayer se enteró de un secreto del pasado, ya no le importaba nada. — Cállate y pide perdón de inmediato o pagarás las consecuencias. — Exigió Elijah respirando rápidamente mientras la veía con sus manos cerradas en puños y la mandíbula tensa. — ¿Qué harás? ¿Me vas a matar como a mamá? Entonces hazlo de una vez. — Gritó Mia con su corazón desgarrándose, siempre supo que había algo mal alrededor de la muerte de su madre, de como sucedieron las cosas y había sospechado de su madrastra y su padre, pero nunca había podido tener la oportunidad de investigar nada, porque siempre la mantuvieron cautiva, solo que Bro
— Ella va a estar bien. — Fue lo único que pudo decir Dean dándole una palmada en el hombro y aunque no sabía si esto sería así, esperaba que si, porque podía ver que Jacob sufriría demasiado si ella moría, además no creía que Mia mereciera lo que le estaba pasando. Jacob no dijo nada y solo siguió con su vista fija en las puertas de la sala de emergencias, hasta que vio al doctor salir y se acercó de prisa a él, con su cuerpo tenso y su corazón lleno de temor, tenía demasiado miedo de escuchar que ella no había podido sobrevivir, no creía poder soportarlo. — Por favor dígame qué ella está bien. — Pidió desesperado, la único que quería escuchar era eso, no se sentía preparado para nada más, pero podía darse cuenta que la cara del doctor no era buena. — La señorita tenía una hemorragia interna debido a los golpes, incluso su corazón se detuvo y tuvimos que reanimarla, estuvo realmente cerca de la muerte y en cuanto al golpe en su cabeza tenemos que evaluar un poco más, ya que este f