La ambulancia rápidamente llegó y cuando los paramédicos estaban sacando a Maya de la casa, los niños se despertaron, ellos habían estado tomando una siesta con su niñera, pero el ruido de abajo y la ambulancia, lograron despertarlos, por lo que sigilosamente salieron de la habitación y tratando de no ser vistos, se asomaron para ver que estaba pasando abajo. Cuando hicieron esto ya los paramédicos habían sacado a Maya y Victor cerró la puerta luciendo preocupado para ir detrás de ellos sin darse cuenta de la presencia de sus hijos, los niños al ver esto, ansiosos se apresuraron rápidamente hasta la puerta para detener lo que estaba sucediendo, pero ya era demasiado tarde, cuando salieron la ambulancia ya estaba empezando a moverse. — ¿Mamá volvió a enfermar? ¿Por qué se la llevaron? — Preguntó Jake, lleno de preocupación, no entendía nada del porque su padre de nuevo había venido aquí ni porque se la llevaba de esa manera. — No sé, pero tenemos que hacer algo, él le pudo hacer alg
— ¿Sus nietos? — Cuestionó Victor frunciendo el ceño, volviendo a enfocar su mirada en Maya, por alguna razón está respuesta no parecía tener sentido para él y ver que la mujer parecía nerviosa no ayudaba y tampoco que Maya estuviese aturdida. — Si señor. — Respondió Lorena. — Maya, ¿Por qué no me dices nada? — Interrogó Victor tensándose, una posibilidad empezaba a pasar por su cabeza y está lo asustaba demasiado, porque si era verdad todo estaría perdido para él, porque significaría que ese día no había alejado solo a Maya de su vida. Ya estaba demasiado arrepentido, está posibilidad lo destrozaría. Los ojos de Maya se cristalizaron, era evidente que Victor estaba sospechando, si no, no sería tan insistente con el tema y aunque le mintiera en este momento, él descubriría la verdad, porque ya la sospecha estaba en su cabeza gracias a los nervios de Lorena y a los de ella, la duda estaba en su cabeza y solo la podría disipar encontrar la verdad. Ella dirigió su vista a sus pequeñ
— Hoy estarán abajo con su papá, él quiere pasar tiempo con ustedes, Lorena también los va a acompañar, yo me quedaré en mi habitación, pero si necesitan algo se lo dicen a Lorena. — Dijo Maya mirando a sus dos pequeños. Ayer ellos habían hablado con Víctor por un rato, pasaron un tiempo juntos, conociéndose y luego él le había dicho a ella que quería pasar el mayor tiempo posible con ellos, poder hacerse un lugar en la vida de los niños, por lo que ella aceptó, estaba de acuerdo con esto, porque pensaba que los gemelos necesitaban a su padre y podía darse cuenta que para Victor ya eran importantes, así que no se iba a oponer a qué se relacionaran, solo que ella prefería no estar demasiado cerca en estos momentos, estar cerca de Victor la afectaba, no podia controlar todo lo que sentía por él. Después de todo no siguieron discutiendo lo de ayer y ella no quería retomar ese tema, prefería intentar olvidarse de sus palabras, aunque esto se sentía realmente complicado, porque esas pala
— Jacob no te preocupes, todo está bien, me he sentido bien, ¿Cómo van las cosas allá? — Preguntó Maya, no pensaba decirle lo que había pasado con Victor porque tenía miedo de que su hermano dejara todo lo que tenía que hacer para volver aquí. Además creía que si las cosas permanecían como hoy, podían llegar a funcionar. — Me alegro de que estés bien, bueno te dejo, aún tengo algunas cosas que resolver, solo llame para ver cómo estabas, hablamos luego. — Se despidió Jacob colgando la llamada y cuando Maya estaba dejando el teléfono a un lado escuchó que tocaban la puerta. — Pasen. — Dijo frunciendo el ceño confundida, porque los niños nunca tocaban antes de entrar, pero creía que solo podían ser ellos, ya que Victor debía haberse ido y venían a contarle como les fue, pero descubrió que estaba equivocada cuando lo vio a él entrar por la puerta. — ¿Qué estás haciendo aquí? — Los niños están entretenidos con sus juguetes nuevos y yo vine a hablar contigo, no terminamos la conversación
— Yo si, la deje sola, asumiendo un destino que no le correspondía. — Sollozó Maya, su remordimiento solo crecía. — Tienes derecho a odiarme, no merezco que intentes consolarme, déjame sola por favor. — No te voy a dejar sola muñequita, yo no te odio y nunca te voy a odiar, yo te amo, deja de llorar por favor. — La consoló Victor, pero ella no paraba de llorar y él solo continuó abrazándola. A pesar de que cuando se enteró la culpaba, nunca la odió, porque su amor era más grande, tan grande que para no hacerle más daño que el que le hizo, había decidido guardar en secreto lo que sabía, no quiso decírselo a su padre para que él no le hiciera nada malo a Jerome por ocultarle la verdad durante tanto tiempo y él también había decidido contenerse, claro que nunca imaginó que este último fuera tan cruel con ella y la rechazará, ahora sentía que ya no tenía porque seguir ocultando este hecho, no tenía porque contenerse con él. — Si pudiera volver al pasado, te aseguró que haría las cosas
— Maya, ¿Podemos hablar de nosotros? — Preguntó Victor, estos últimos días él se había quedado y había estado visitando a los niños, ellos estaban intentando adoptarse a él y Victor buscaba hacer todo lo posible por qué ellos lo quisieran, que lo aceptarán en sus vidas como su padre. Ella había estado tratando de que todos convivieran en armonía, pero había evitado hablar de todo lo que él le había dicho y sobre su relación. — Esta bien. — Aceptó ella sintiéndose nerviosa, siempre parecía estarlo al estar cerca de él, su corazón y las mariposas en su estómago siempre se descontrolaban al tenerlo cerca. — Gracias por dejarme pasar tiempo con los niños libremente, pero quiero más, quiero estar contigo, quiero una segunda oportunidad, ya te expliqué todo lo que ocurrió, ahora necesito saber si serás capaz de perdonarme o al menos de dejar que me gane tu perdón poco a poco. — Espetó Victor y Maya frunció el ceño mientras sus manos comenzaban a sudar. Ella entendía el porque él había to
— Ese maldito infeliz, todo el tiempo lo trate como a un amigo, pensaba que lo era, pero ahora tiene que pagar las consecuencias por lo que hizo. — Masculló Hank con su mirada llena de odio. — Papá recuerda que él es abuelo de mis hijos, el padre de la mujer que amo y se que no es justo que te pida esto, pero por favor no le hagas daño a Jerome, está es mi única oportunidad de recuperar a Maya. — Espetó Victor abatido, se sentía terrible al pedirle esto a su padre, pero no tenía otra opción. Hank lo miró incrédulo, esperando que esto fuera una broma, pero al darse cuenta de que Victor no estaba bromeando, suspiró, recostándose en su silla. — Pensé que tú también querrías vengarte. — Quiero hacerlo, pero no a costa de perder al amor de mi vida, ya no puedo vivir más tiempo sin ella, me perdí de mucho, ni siquiera pude ver crecer a nuestros hijos, ya no quiero perderme más. — Aclaró Victor con sus ojos llenos de dolor y Hank asintió, masajeando su sien. — Esta bien, yo no le haré n
—Maya, ¿Dónde están los niños? — Cuestionó Jacob buscando a los dos pequeños con la mirada apenas se acercó a ella. —Ellos están con su papá, ya lo saben y con él van a estar mejor protegidos que aquí, ¿Cómo está papá? — Preguntó Maya y el ceño de Jacob de inmediato se frunció, no le agradaba para nada esto, se sentía furioso de que ella confiara tanto en Victor a pesar de lo que le hizo y si no fuera porque ahorita habían cosas más urgentes, él iría a buscar a sus sobrinos. —Maya no debiste hacer eso, tenemos mucho que discutir sobre eso, vamos al auto. — Espetó Jacob y la tomó de la mano, para empezar a caminar rápidamente hacía donde estaba su auto. Después de que se subieron, Jacob comenzó a manejar, apretando tan fuerte el volante que sus nudillos se habían vuelto blancos y todo su cuerpo estaba tenso, no solo por lo que estaba pasando con su padre y sus negocios, si no también porque sus adorados sobrinos estaban con Víctor, esto significaba que entre Maya y él podría esta