Capítulo459
Cuando llegaron a casa, Julieta ayudó a Dulce a bañarse y la acostó en la cama. Luego cerró la puerta de su cuarto y salió. Se sentía un poco cansada.

Jared la vio salir y sacó un tazón de fideos de la cocina.

—Hermanita, ¿por qué no comes algo?

Julieta hizo un gesto con la mano, empujó la puerta y salió al balcón. Luego sacó con pericia una caja de cigarrillos de debajo de la jardinera. Tomó uno, se lo llevó a la boca, se apoyó en la barandilla y encendió el cigarrillo.

Acababa de darle una calada cuando empezó a atragantarse y a toser. Después de tantos años, todavía no se acostumbraba al olor asfixiante del humo, pero a veces disfrutaba tanto ahogándose con el humo que sus ojos no dejaban de llorar. Parecía que era la única forma en la que podía llorar abiertamente.

Mirando sus hombros temblorosos, Jared suspiró. Dejó el tazón que tenía en la mano, se acercó a ella y le arrebató el cigarrillo. Inhaló con fuerza y luego lo apagó.

—Hermanita, estás escondiendo cigarrillos otra vez. ¿S
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