Capítulo458
—¡Heh, he sido yo! —El hombre se rio con desprecio—. ¡Esto es sólo una advertencia!

¿Una advertencia?

Julieta frunció el ceño. Los dedos con los que agarraba el teléfono se volvieron blancos.

—¿Quién demonios eres? ¿Por qué has secuestrado a mi hija?

La persona al otro lado del teléfono guardó silencio por un momento y resopló.

—Jefa Ruiz, es usted realmente olvidadiza. ¿De verdad no se acuerda de mí? —El hombre apretó los dientes—. Usted provocó que mi mujer y mis hijos me abandonaran. Ahora no llevo dinero encima e incluso me ha metido en un pleito, y de verdad que no se acuerda de quién soy... ¡Fénix, no le dejaré marchar!

¿Un pleito?

Después de pensarlo mucho, Julieta preguntó:

—¿Eres José?

—¡Por fin te acordaste! —Los dientes de José rechinaron mientras amenazaba—: ¡Si no quieres que tu hija sea secuestrada de nuevo, dame un millón de dólares y retira los cargos en mi contra! Si no, la próxima vez no te garantizo que siga viva para verte.

—¡¿Cómo te atreves?!

Los ojos de Julieta
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