El cuerpo de Julieta se puso rígido y trató de apartar al hombre, pero parecía tan pesado como mil kilos y no pudo empujarlo.—Leandro, estás borracho —dijo ella.De repente, Leandro la abrazó con fuerza, levantó la cabeza, usó la barbilla para frotarle suavemente la frente y dijo: —No estoy borracho, mi corazón. Estoy sobrio.—Si estuvieras sobrio, no me habrías llamado mi corazón.—Mi corazón —repitió Leandro.Él le sostuvo la cara y dijo con una sonrisa:—Si no te llamo mi corazón, ¿cómo debería llamarte? ¿Mi mujer? ¿Eh?¡Borracho!¡Este hombre estaba completamente ebrio!Pero Julieta sintió una extraña sensación de alegría, porque ahora este hombre se parecía mucho al Leandro que solía amarla.Era como si hubieran retrocedido en el tiempo.De pronto, los labios fríos del hombre se apretaron contra los suyos. Su beso era apasionado y profundo, casi le quitaba el aliento a Julieta.Retrocedieron mientras se besaban hasta llegar al borde de la cama.Entonces Leandro la empujó sobre l
Omar llevó a Leandro al tejado y caminaron hasta el lugar donde Julieta había caído aquel día.—¿Ya estás sobrio? —preguntó Omar.Los ojos de Leandro estaban sombríos y dijo impaciente:—Omar, ¿quieres morir?—Mira aquí. Omar señaló con su pie y dijo:—Leandro, aquí es donde cayó Julieta, donde tú la empujaste.—No la empujé —negó Leandro.—Esa es tu perspectiva. ¿Lo has pensado desde la perspectiva de Julieta? ¿Has pensado en lo desesperada que se tuvo que sentir en el momento de su caída?El cuerpo de Leandro temblaba. Miraba el borde del tejado, y su mente recordaba los ojos de Julieta en ese momento. Cuando pensó en sus lágrimas, sintió un dolor punzante en la cabeza.Omar se acercó rápidamente a él, le agarró del cuello de la camisa y le regañó: —¡Eres demasiado egoísta, no mereces amor en absoluto! Julieta fue tonta al enamorarse de ti.Leandro apartó a Omar y dijo molesto:—Ella me engañó.No quería admitir que Julieta no solo lo engañó, sino que también lo utilizó como sustit
Esa noche, Julieta no durmió bien.Soñó con Leandro.Los dos se peleaban en su sueño, y al final, Leandro agarró el cuello de Samuel para amenazarla. Estaba tan asustada que empezó a sudar.De repente, sonó el llanto de un bebé.Las lágrimas rodaron instantáneamente por sus mejillas."¡Bebé! ¿Era mi bebé llorando?", pensó.Julieta se sentó bruscamente de la cama, solo para darse cuenta de que todo había sido un sueño. El llanto del bebé que había oído era simplemente alguien que pasaba por el pasillo con un bebé en brazos.—Julieta, ven a desayunar. —Sonó la voz de Jasmine.Jasmine entró en la habitación con una bolsa de plástico. —¿Acabas de salir a comprar el desayuno? —preguntó Julieta.Normalmente Omar era quien entregaba el desayuno, y los utensilios que utilizaba eran sumamente exquisitos.Jasmine colocó la bolsa de plástico sobre la mesita y se burló:—Las cosas del lacayo me dan ganas de vomitar. Entonces, salí a comprar unas empanadas.Después de eso, colocó una lonchera fren
Por la tarde, cuando Jasmine no estaba cerca, Omar aprovechó la oportunidad y entró a escondidas con la cena.—Julieta, esta es tu cena.Después de dejarla no pudo evitar agregar:—Realmente no he tomado partido por Leandro. Solo tengo la obligación de cuidarlo al ser su médico.—¿No fue dado de alta ya del hospital? —preguntó Julieta.Omar lanzó a Julieta una mirada complicada y suspiró: —Julieta, de hecho, quería decirte muchas veces antes, pero siempre me interrumpían. El accidente de coche que ocurrió hace dos años le causó una conmoción cerebral. Se recuperó después de un mes de descanso, pero recientemente, comenzó a tener dolores de cabeza de nuevo.Julieta estaba un poco sorprendida. Cada vez que veía a Leandro, él estaba energético, como si pudiera estrangularla con una mano. No parecía una persona enferma.Al ver su expresión, Omar se burló:—Karma, este es su karma por tratarte así. Es totalmente autoinfligido.Julieta permaneció en silencio; estaba llena de sentimientos en
—Sí —dijo Omar.Pero después de responder, Omar sintió que algo no estaba bien y cambió rápidamente sus palabras: —No, no.El hombre al otro lado del teléfono guardó silencio por un momento. Luego lo regañó:—Realmente inútil.Omar estaba un poco confundido y preguntó:—¿Cómo que soy inútil?—Omar, ¿qué vas a hacer para curar mi amnesia?—A través de la hipnosis.Omar temía que no entendiera y quería explicárselo, pero Leandro ya había colgado el teléfono.Después de que la llamada se desconectó, Omar se dio cuenta de que la pregunta de Leandro era sobre Julieta.Leandro preguntó si Julieta estaba contenta cuando él lo insultó.Omar negó con la cabeza. No podía entender qué estaba pensando ese hombre.Dos días después, Julieta estaba empaquetando sus cosas, preparándose para salir del hospital.—Julieta.Alguien estaba parado en la puerta y la llamó por su nombre.Julieta levantó la vista y vio a la señora Jiménez parada en la puerta, luciendo un poco desgastada, sonriéndole.—Señora
Julieta no sabía cómo responder a Jared, así que asintió y dijo:—Está bien, cuida bien a tu hermana. Si necesitas algo, búscame.—Gracias, señorita Rosales. —Jared le agradeció y luego se fue.En un principio, Omar las iba a acompañar. Sin embargo, Ismael tomó el equipaje de Julieta y lo colocó en el coche primero.—Omar, enfócate en tu labor como médico. No necesitas preocuparte por estas cosas —dijo Ismael.Omar se sintió un poco ofendido, así que dijo:—Ismael, ¿por qué me tratas como a un enemigo?—Porque temo que eres un espía enviado por Leandro —respondió Ismael.—Realmente no lo soy.Omar se acercó a su oído y susurró:—No te preocupes, no soy tu rival amoroso.Al escuchar esto, Ismael le lanzó una mirada de advertencia y dijo en voz baja:—No dejes que Julieta lo sepa, o serás exterminado.—No te preocupes, señor Soto.Omar asintió repetidamente. Después de todo, no tenía intención de chismorrear.En los Apartamentos Cima Dorada.Tan pronto como llegaron, Ismael recordó a Jul
Julieta tardó un segundo en darse cuenta de lo que estaba pasando.Natalia estaba aquí para causarle problemas.Primero difundió rumores en línea y luego utilizó esos rumores para causarle problemas a Julieta.Julieta se limpió la sangre de la comisura de los labios. La miró fríamente y dijo:—Natalia, tú sabes mejor que yo cuál es la verdad.Al escuchar estas palabras, Natalia mostró un destello de pánico. Lo ocultó rápidamente con una sonrisa burlona:—¿De qué tonterías estás hablando? Lo único que sé es que envenenaste a mi madre y trataste de robar mi fortuna familiar.—¿Qué tiene que ver conmigo el asunto de tu familia? —preguntó Julieta.—¿No tienes nada que ver con eso?Natalia resopló fríamente y se burló:—Julieta, drogaste a mi mamá, la forzaste a que te tome como su ahijada y la engañaste para que te diera la herencia familiar. ¿Ya olvidaste todo eso?Julieta frunció el ceño. La habilidad de Natalia para distorsionar la verdad y la mentira era igual a la de Dalila.Sin embar
Ismael vio a Leandro con una cara fría, caminando rápidamente hacia ellos y extendiendo la mano para agarrar a Julieta.Ismael no soltó a Julieta. Sus ojos se volvieron más fríos y dijo:—Leandro, no te vuelvas loco.Julieta no estaba bien y él estaba planeando llevarla al hospital. No tenía tiempo para discutir con Leandro.Pero Leandro obviamente no tenía intenciones de dejar la situación así. Agarró fuertemente la mano de Julieta, la miró con frialdad y ordenó: —Julieta, ven aquí.El rostro de Julieta estaba pálido, y notaba un fuerte sabor a óxido en su garganta que la provocaba nauseas.—Leandro, suéltame.Ella sacudió la mano de Leandro mientras hablaba. Sin embargo, estaba tan débil que no pudo apartarlo. Su gesto enfureció a Leandro.—¡Julieta, no te olvides que eres una mujer casada! —dijo Leandro.Ella lo miró y se burló: —Tú fuiste el primero que lo olvidó.—¡Julieta! —Leandro se quedó sin palabras.Ismael apartó a Leandro y dijo con firmeza:—Leandro, quítate del camino.