Capítulo314
Aproximadamente una hora más tarde, un repartidor en motocicleta se detuvo ante la puerta principal del chalet.

Leandro estaba sentado en el coche mientras hablaba por teléfono. Vio cómo el hombre se bajaba, abría la caja de su motocicleta, sacaba dos bolsas de alimentos y luego se dirigía a la puerta de hierro para llamar al timbre.

Pronto se abrió la puerta y el hombre entró.

Leandro sonrió levemente. Parecía que Julieta planeaba cocinar una magnífica cena hoy.

Del otro lado del teléfono llegó la voz de Renzo.

—Señor, le envié la información. Tenemos que salir de la ciudad para una reunión mañana, no lo olvide.

—Bien.

—Señor, puede haber un pequeño problema respecto a lo que me pidió que investigara hace dos años.

Leandro dijo fríamente:

—¿Qué pasó?

—Tenemos todos los vídeos que deberían haberse guardado hace dos años, pero el único testigo, Santiago, está muerto, y ahora no hay pruebas para demostrar muchas cosas.

Lo que ocurrió hace dos años era una espina clavada en el corazón de
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