Anne miró su telefono con tristeza, el utimo mensaje que le había enviado a Remi en un momeno de desesperación, había sido un "¿Podemos hablar?" que por supuesto, él no había contestado, pero ella sabía perfectamente que lo había visto, él siempre veía sus mensajes.

Aaron y Erin la habían recibido en su casa, y no podía evitar sentirse como una intrusa, ellos dos finalmente estaban teniendo una relación al pie de la letra, y aunque ella y Erin se habían vuelto bastante cercanas durante unas semanas, no eran precisamente amigas del alma, y sabía bien que la primera vez que la conoció le había mentido y mierda, la habían castigado por ello, y sabía bien que Remi era amigo intimo de ambos, por lo que a fin de cuentas...la extraña era ella.

Y ver a Aaron ser tana dorable con sus hijos solo le daban aún más razones para llorar, verlo le hacía pensar en Remi, y en como podrían ser las cosas, si tan solo...comprendiera que demonios había hecho mal.

Luego de pensarlo y dar varias vueltas en