Asentí, sintiéndome exhausta por este encuentro. ¿Por qué ella siempre tenía que hablar con acertijos? Por una vez, ¿no podía simplemente darme una respuesta entera?

“¿Cuál es mi mayor miedo?”, pregunté, mi mente todavía estaba firme en lo que ella me había dicho sobre que ese era el único camino al éxito. Si tenía que enfrentar mi miedo entonces, no debería ser demasiado difícil siempre y cuando supiera a qué me enfrento.

“Eso es algo que debes descubrir por tu cuenta”. Ella sonrió con tristeza y miró el árbol dorado gigante detrás de ella. Comenzó a parpadear ligeramente y supe que era porque no podía retenerme aquí por mucho más tiempo. "Me temo que aquí es donde debemos separarnos, sin embargo, te dejaré un último regalo…”.

Agitó su mano con gracia y creó una pequeña bola de luz plateada, antes de lanzarla directamente hacia mi cabeza y dejándola explotar al golpearme, haciéndome caer al suelo como una tabla de madera…

Tan pronto como mi espalda tocó el suelo, mis ojos se abrie