Suponía que mis pensamientos giraban en torno a la especie humana, y cómo nos habían oprimido y obligado a emparejarnos durante años. No ha habido una boda entre un humano y un licántropo hasta donde yo sabía, solo marcas, y lo odiábamos, al no tener lo único que nos emocionaba, y ahora yo estaba haciendo exactamente lo mismo con Lewis.

Miré al beta de la realeza frente a mí y suspiré profundamente.

"No tenía idea de que los lobos consideraran marcar a alguien de esa manera... Siempre pensé que se trataba de reclamar derechos sobre nosotros como objetos", admití, pero aún así no había forma de que pudiera permitirlo. Creo que yo había pasado por demasiado.

"¿Y ahora?".

"Entiendo más a los de tu especie, aunque todavía no me parece bien... Deberíamos irnos, no queremos viajar cuando salga la luna". A lo que él estuvo de acuerdo, asintiendo con la cabeza ante mi sugerencia.

Nos despedimos de los salvajes y con cautela regresamos a través de todas las diferentes manadas que habíamos