Aun así, supongo que tenía que lavarme. Obligué a mi cuerpo a ponerse de pie, estirando mis extremidades desgastadas mientras caminaba temblorosamente hacia la habitación de Lewis, la cual me había pertenecido por igual durante la semana pasada. Me di una ducha rápida con agua fría ya que no me gustaba la sensación del agua en mi espalda, y me puse un par de leggings sencillos y una de las camisetas de Lewis. Seguía pidiendo prestada ropa a la gente de la manada.

Bajé con el pelo mojado recogido en un moño desordenado y entré a la cocina para ver a esa mujer rubia, quien llevaba un delantal azul, reuniendo todos los ingredientes necesarios para hornear este pastel.

"Oh, bien, no pensé que vendrías. Toma...". Me arrojó otro delantal y sonrió antes de abrir el refrigerador y agarrar una caja de huevos. Era tan extraño ver todos los ingredientes dispuestos. En el pasado, teníamos suerte si conseguíamos tres elementos para hacer panqueques, sin hablar del resto. "Entonces, pensé que podr