Punto de Vista de Dylan

Sudaba profusamente mientras le di otro puñetazo al saco de boxeo que colgaba en lo que los lobos llaman su sala de entrenamiento.

Estaba rodeada de equipos de gimnasio y mi cabello recogido en cola de caballo me golpeaba la cara una y otra vez mientras me giraba para golpear el saco de nuevo.

"Mantén los puños en alto, Su Excelencia. Recuerda, cuando golpeas, debes hacerlo con todo el cuerpo, no dejes que tu brazo se lleve la peor parte". Asentí levemente ante las palabras del guerrero y volví a golpear, esta vez usando mi peso para golpear el saco en lugar de la mera fuerza de mi brazo. Sorprendentemente, el saco de boxeo se balanceó muy levemente y sonreí ante la hazaña que pensé que era imposible cuando comencé esta mañana. "Excelente trabajo. Ahora, volvamos a la caminadora".

Miré a mi entrenador con exasperación, mi rostro probablemente rojo brillante lo miraba con sorpresa.

"Creo que...", dije, respirando con dificultad, saboreando el tinte metálico