Sentía que la cabeza me iba a explotar y que las rodillas se me iban a doblar. Pero aun así no podía apartarme de la mirada penetrante del hombre. Di un paso atrás y sentí que mis ojos empezaban a lagrimear. No había forma de que él pudiera tener sentimientos por mí.

"Estás equivocado... No puedes amarme, ¿de acuerdo? Yo simplemente no soy...".

"¿Simplemente no eres qué? Lo siento, ¡pero no puedes saber a quién puedo y no puedo amar! Incluso si esa persona eres tú...". Él se mantuvo firme conmigo, sin romper el contacto visual, asegurándose de que yo entendiera todo lo que me estaba diciendo. "Tú, Dylan, eres la persona más testaruda que he conocido. Eres orgullosa e irrespetuosa, tienes el caso más grave de vómito verbal que he conocido y te falta seriamente el sentido de autoconservación...". Y aquí estaba yo pensando que él me iba a decir cosas buenas sobre mí misma, en lugar de eso solo me está regañando. "Y aun así, luchas con todo lo que tienes, sin importar las consecuencias, s