El salto que hace Malcolm con increíble agilidad lo ayuda a evadir de forma increíble el inminente embiste del maschla.

El problema con estas bestias era, que a pesar de su dificultad al no tener vista, tenían una excelente capacidad para identificar las ondas que comunicaban el movimiento por el suelo, así como un olfato cien veces mejor que el de un hombre lobo.

A pesar que sus movimientos eran mucho más lentos que los de un licántropo, un solo golpe de esta bestia reventaba todos los órganos internos de quien recibía su ataque, provocando la muerte de forma inmediata.

“No puede ser ¿cómo? ¿Cómo pudo llegar un maschla hasta aquí?” pensaba Malcolm al mismo tiempo que caía sobre sus piernas y uno de los brazos en el suelo.

Intentaba recordar algún punto débil, una estrategia que en sus cientos de años de existencia pudiera servirle para sobrevivir a un ataque de esta magnitud.

Esa bestia era imparable, incluso su energía era inagotable podía durar días sin dormir o comer y con la capac