El sacrificio de Blanca fue realmente duro, ella se vio obligada a quedarse en el mundo humano para recibir el tratamiento que Víctor le está haciendo. Ella extraña enormemente a su familia, pero sabe que todo valdrá la pena al final.Mónica se ha quedado a su lado por las últimas dos semanas y ha sido un apoyo fundamental, las cosas no están siendo fáciles y Blanca suele perder el control algunas veces. Por lo que ella siempre mantiene ahí para controlarla y que no le haga daño a Víctor por su frustración, seguramente el hombre se aterraría al verla convertirse en lobo.Víctor por su parte ve lo especial que es Blanca, es una mujer que no se vence fácilmente y por muy difícil que sea el reto ella se mantiene firme sin importar lo que sea. Ella tiene su objetivo en claro y eso lo admira, por eso es que él decidió ayudar.―“¡Esto no está funcionando!” ―Dejó de intentar hablar. ―“Parezco una tonta gimiendo sin poder decir palabra, ¡Soy totalmente muda y siento que solo hago ruidos incóm
Mónica logró acertarle un puñetazo al hombre en el estómago y escapar, ella está sangrando de su brazo, le están disparando y siente que son mil hombres tras de ella, ¿Por qué no la dejan en paz? ¿Por qué no puede pasar la frontera de una buena vez?―¡Aaahhh! ―El tirón de pelo fue tan duro que retrocedió con brusquedad y cayó al suelo de la misma manera, ella incluso escuchó sus propias costillas crujir de una manera horrorosa, siente que todas se le quebraron. ―Por favor… ―Suplicó tratando de ponerse en pie, pero el hombre no la dejó, le puso el pie en el pecho.―Vas a morir, monstruo. ―Mónica miró el arma apuntarle directamente al corazón, ella entró en pánico y soltándole un golpe al hombre en sus partes con el pie, gateó para huir lo más lejos posible, ella estaba cerca, solo faltaba un poco más.―¿A dónde crees que vas? ―Otro salió de la nada y le soltó un disparo que rozó la pierna de Mónica, ella flaqueó, pero siguió corriendo, no podía detenerse, eso significaría su muerte.―H
Blanca abrió los ojos y respiró profundamente, había pasado una semana desde que Mónica se había marchado y todavía no había respuesta de la carta que le envió a su esposo, ¿Acaso Balto está tan enojado que no quiere responderle? ¿No habrá comprendido las cosas?Todas esas preguntas le dieron dolor de cabeza, ella se quejó al sentarse en la cama, pues estaba un poco mareada, no duerme bien y se la pasa todo el día pensando en su familia, además que el nuevo tratamiento la pone bastante mal.Ella se levantó de la cama y se metió al cuarto de baño para asearse, quiere iniciar lo más temprano posible y acabar tan tarde como Víctor se lo permita. Ella quiere lograr hablar de una buena vez y siente que lo conseguirá más pronto de lo que se propuso, los deseos de ver a su familia la impulsan.―“Buenos días” ―Una de las muchachas le sonrió. ―“Por favor, siéntense, ya pronto le traerán el desayuno”―“Muchas gracias” ―Blanca se sentó a la mesa y suspiró. ―“Es extraño cuando Víctor no está aquí
Balto inmediatamente tomó su mano para que ella no se parara de la cama, Mónica sonrió por aquel gesto, sin duda su reina ha cambiado muchísimo al hombre frío y cruel que era su rey antes. Ella cerró los ojos por unos segundos, todavía se siente muy cansada y el dolor en su cuerpo es tal y como en el primer día.―¿Qué sucedió? ―Preguntó Balto con voz amable. ―¿Quién te hizo esto? Necesito saberlo para hacerlos pagar. ―Mónica lo miró por el único ojo que tiene abierto.―Los cazadores. ―Susurró. ―Ellos nos atacaron al llegar al mundo humano. ―El solo hablar la cansa y la deja sin aire, pero Balto fue paciente con ella. ―El médico nos salvó… pero ellos me atacaron al volver. ―Cerró los ojos.―¿Dónde está Blanca? ―Él no le permitió que se durmiera. ―¿Cómo está ella?―Está con Víctor… ella está bien… protegida y esforzándose. ―Balto quiso obligarla a abrir los ojos, pero la dejó descansar. ―Enviándole cartas siempre. ―Esto último fue más como un pensamiento, ya que Balto quien iba en la pu
―¡La dejaron escapar! ―Gritó el hombre al mando. ―¿Solo por diversión y confiarse de que lo tenían todo resuelto? ―Negó furioso. ―El líder está furioso, ¡Esos maldit0s lobos vinieron a nuestro mundo dispuestos a todo! ―Rabió con más ganas. ―¡Son una orda de imbéciles que no pueden hacer más que estupideces y poner a nuestro líder en unas situaciones lamentables!―Fue culpa de Gary que la perr4 se nos escapara. ―Ellos no vieron más solución que echarse la culpa unos a los otros.―Tú fuiste el marica que se debilitó al llegar al orgasmo. ―Se defendió el otro. ―La zorr4 tomó su arma y me apuntó, ¿Qué caraj0s querías que hiciera?―¡No sabía como usar un arma, maldit0 imbécil!―¡Cállense la put4 boca! ―Gritó el segundo al mando. ―El líder está muy decepcionado de ustedes, no responderé por ninguno y que Dios se apiade de lo que les pasará. ―Los echó a todos de su vista, ahora es él quien debe responder ante el líder por la ineptitud de sus hombres.Blanca suspiró profundamente, como siempr
Balto miró a su Beta, él es el que más lo ha visto perder el control por no estar con su luna, él sabe que esa sensación de preocupación en su pecho no lo deja en paz, por lo que decidió hacerle caso a su hombre de confianza.―Iré a visitarla. ―Se puso en pie con su hijo en brazos. ―Es hora de saber algo más concreto con el paradero de mi mujer. ―Resopló. ―Tranquilo hijo, buscaré a mamá. ―Lucius miró a su padre a los ojos y solo sonrió.―Mi rey… ―Mónica quien estaba bastante delicada todavía, abrió los ojos y los mantuvo abiertos lo más que pudo. ―Necesito que me digas donde está mi luna. ―La miró a los ojos a pesar de que ella los cerraba por momentos. ―Por favor, dime algo que pueda guiarme. ―Mónica pasó saliva. ―Ella está en el mundo humano. ―Le hizo saber. ―En New York. ―Balto escuchó la dirección con atención y estuvo realmente agradecido. ―Descansa, lo necesitas. ―Esa orden no fue escuchada, Mónica ya se había dormido. Blanca suspiró, ella siente algo en su pecho y no quiere
Balto junto a Mónica y cinco de sus hombres incluyendo su beta, se dirigieron al mundo humano justo por donde salieron la última vez, ellos llegaron y no se detuvieron, Balto deseaba encontrar a su luna. ―Son ellos. ―Mónica tembló al reconocer a los hombres que las atacaron en cuanto llegaron al mundo humano. ―Fue quienes nos atacaron justo por esta área. ―Los cazadores la reconocieron y a pesar de saber lo que le hicieron, la ven muy aterrada por solo un intento de secuestro. ―Hasta donde recuerdo, te rescataron. ―Dijo uno de ellos. ―Solo fue un inofensivo juego que no llevamos a cabo. ―Balto apretó los puños. ―¡La cazaron, ultrajaron y llevaron al borde de la muerte! ―Gritó Gideon sin poder contenerse. ―No son más que escorias, todavía no comprenden como tienen el cinismo de llamarnos bestias a nosotros cuando ustedes son peores. ―Los hombres los miraron confundidos. ―Ya mi amigo lo dijo, a ellas las rescataron y jamás la volvimos a ver nuevamente. ―Mónica negó. ―Ustedes enviar
Víctor la miró un poco confundido sin saber que es lo que estaba pasando, ¿Por qué ella se quería ir de esa manera tan repentina? Él no lo podía comprender. ―“¿Qué sucede? ¿Pasa algo malo?” ―Blanca que ya no confiaba en él, retrocedió temerosa. ―“Mi esposo no escribió esta carta y sé que mi amiga no es la que ha estado respondiéndome” ―Víctor la miró esta vez consternado. ―“¿Quién eres y por qué me quieres aquí?” ―Cuestionó. ―“No comprendo de que hablas” ―El desconcierto en su rostro parecía genuino, pero Blanca negó. ―“Por favor, debes creerme, ¿Por qué te mentiría de esa manera? ¡Tú has estado cuando algunas de las cartas llegaban! ―Se llevó la mano a la cabeza. ―“Por favor”―Necesito volver a casa” ―Exigió Blanca. ―“Llévame de vuelta”―“¿Vas a dejar el tratamiento tirado por algunas sospechas?” ―Él estaba incrédulo. ―“Quizás fue tu amiga quien respondió esta vez para no decepcionarte, no puedes asegurar que no ha sido ella quien escribió todas esas cartas. Tú conoces su letra, B