La cena no se dio y toda posibilidad de ser perdonado se esfumaron, o eso creyó él y por eso decidió darle espacio a su luna sin saber que ella lo estaba tomando como arrepentimiento. En la última patrulla que hicieron, hubo un ataque masivo de salvajes en la cual se vio involucrada una jovencita. Blanca por su puesto como la luna que es, ordenó que fuera atendida en el castillo bajo la vigilancia de la hechicera de la manada. Todos estaban muy preocupados por los constantes ataques de los salvajes, parecían llegar cada vez más. Balto suspiró entrando a la habitación con su hijo, su cachorro a penas abre los ojos ya pide pecho y él debe sucumbir a su demanda. Blanca quien estaba vistiéndose, giró al sentir el aroma de su alfa y el de su bebé, ella solo cubierta por unas diminutas bragas, sonrió tomando a su hijo en brazos, Lucius solo hizo sentir a su madre y se pegó a su pecho. ―“¿Quieres que te escolte personalmente a la manada vecina?” ―La miró a los ojos huyendo para no excitar
―Que… ―Balto no fue capaz de reaccionar de inmediato, la sorpresa por ver a la chica ahí desnuda le dio el tiempo para que saltara sobre él y lo besara, pronto Balto se vio solo sin la chica sobre su cuerpo.Blanca quien tenía a la mujer por el pelo la miró con un gesto que nadie había tenido el placer de ver, la imponente mirada de la luna tensó a la chica y le advirtió que no es la chica dulce y tonta que todos creían que era.Arrastrándola por el cabello, Blanca tiró de ella por cada pasillo del castillo ante la atenta mirada de guardias y sirvientes. Una vez estuvieron fuera, Blanca la tiró ante la vista de todos, pues nadie tardó en interesarse por lo que estaba sucediendo.―¿Qué está pasando? ―Se preguntaron algunas de las personas que estaban presenciando la escena, la mujer desnuda está arrodillada ante Blanca quien la mira sin pisca de compasión. Balto miró a su luna, él no intervino, solo se limitó a observar lo que su mujer estaba haciendo, ¿Por qué su presencia se había v
Para Blanca las cosas no estaban yendo mal, si bien la mayoría le teme, todos la apoyan con las cosas que hace por la manada y el mundo sobrenatural en general. Ella está trabajando en ganarse el corazón de su gente y poco a poco lo está logrando.Balto no puede estar más feliz con su familia, él se desvive por su luna y su cachorro, presenciar como su mujer ha cambiado para bien lo tiene muy orgulloso. Ella si bien tiene el mismo corazón, es un poco más dura con quienes se quieren pasar de listos.―“No me acaricies de esa manera el vientre” ―Le pidió incomoda. ―“Sé que no estoy embarazada, ya lo habría notado” ―Le sonrió con ternura, él realmente está dispuesto a todo si resulta que Julius consiguió lo que deseaba. ―“De haberlo estado, Julius estuviera muerte” ―Balto la besó.―Tienes razón. ―La miró a sus preciosos ojos. ―“Él hubiera venido a reclamarte y su cabeza ya estuviera separada de su cuerpo ambas en estacas en la entrada de la manada” ―Blanca se subió. ―“El cachorro tiene se
Blanca llegó a la manada aliada y fue bien recibida, la fiesta que tienen preparada para ella fue una sorpresa, si bien sabe que es más amada que antes, no se esperó una fiesta como esa.―Sea bienvenida, reina luna. ―El alfa de la manada la recibió con una reverencia. ―Estábamos ansiosos por su llegada, ¿Cómo ha ido el viaje? ―Blanca agrandó la sonrisa.―“Mi hijo ha estado un poco inquieto, pero todo ha ido bien” ―El hombre comprendió a la perfección lo que ella estaba diciendo gracias a Micky. ―“¿A qué se debe todo esto?” ―Quiso saber. ―“No me notificaron de ninguna celebración y temo que no he traído ningún obsequio” ―El alfa sonrió. ―Su hermoso corazón la ha hecho la reina más amada. ―Le hizo saber con ayuda de Micky, el ruido no la deja escuchar bien y la enorme sonrisa del hombre le hace dificultoso poder leer sus labios con claridad. ―Gracias a usted y a la gran idea que nos dio, hemos podido ayudar a muchos jóvenes y adultos que han sido exiliados de su hogar o han perdido a
Los días han sido bastante estresante para Balto y cada guerrero de la región, los salvajes parecen multiplicarse como cucarachas y cada vez hacen más de las suyas por lo que Balto se ha visto obligado a alejarse mucho más de lo que deseaba.Él no puede solo cuidar de los que están cerca de él, por lo que acudió al llamado de las manadas más alejadas del reino y por ello las más débiles, quizás ahí podrían encontrar la respuesta a lo que estaba pasando.―Rey. ―Gideon se acercó a su alfa, ni siquiera podían tener campamento, ellos debían estar a la intemperie. ―Se nos ha informado de una manada de salvajes. ―Balto lo miró al instante. ―Están entre la frontera de los lycan y la de los vampiros, esto no será nada bueno, puede iniciar una guerra.―¿Qué caraj0s traman? ―Gruñó furioso. ―Jamás se nos había ido una situación así de las manos, ¿Cómo es que estamos en esta maldit4 situación? ―Gideon no supo que contestar, ni él mismo sabe lo que está pasando.―Mi rey. ―Uno de los soldados se le
Blanca giró solo para encontrarse a Julius y su sonrisa perversa, ¿Qué hacía él ahí? ¿Por qué atacaba a esas personas inocentes? Julius disfrutó su mirada de terror, él dio un paso al frente, pero la mirada de Blanca no le gustó, así que se detuvo, había algo en ella diferente.―Jefa. ―Micky susurró antes de que se la llevaran, pero Blanca pareció escuchar un grito, ella giró para tratar de correr hacia ella, pero el lobo ya estaba corriendo sin soltarla.―Tú te lo buscaste, Blanca. ―Julius estaba listo para convertirse si era posible. ―¡Tú has matado a todas estas personas! ―Abrió los brazos para señalar. ―Quizás no me escuches, pero todo este infierno lo has iniciado tú. ―Blanca por supuesto que lo escuchaba, ella lo estaba escuchando tan alto y claro que sus oídos dolieron.Ella miró aturdida a su alrededor, ¿Por qué no podía mover su cuerpo? ¿Por qué se siente tan entumecida? ¿Por qué su loba está tan calmada? Ella sintió escalofríos, no llora, no grita, no sonríe, no está asustad
Balto cayó de rodillas al ver la sangre y la casi caída de su hijo, él supo que Julius lo tenía en sus manos, el llanto de su bebé le taladró los oídos y supo que debía hacer lo que jamás haría en ninguna circunstancia.―¿Qué pasa, Balto? ―Julius tomó bien al bebé. ―¿Te has arrodillado ante mí? Eso jamás me lo esperé, eres tan orgulloso que casi estoy al borde de las lágrimas al ver esto. ―Balto lo miró con la ira puesta en sus ojos.―Deja vivir a mi hijo. ―Le pidió. ―Haz lo que desees conmigo, pero no le hagas daño a mi cachorro ni a mi mujer. ―Julius alzó las cejas. ―Me dejaré asesinar de la manera que desees, yo estoy dispuesto a humillarme, pero no le hagas daño a mi familia. ―Julius agrandó la sonrisa.―¿Así que harás lo que yo pida? ―Alzó el mentón. ―Harás que Blanca me acepte como su pareja, convocaras a cada criatura del mundo sobrenatural y me cederás el trono y después de eso, te cortaré la cabeza frente a todos mientras estás arrodillado ante mí. ―Balto apretó los puños.―S
Las cosas en el reino no estaban para nada bien, la reina no había despertado y todos estaban temerosos a que le pasara algo. La luna menos querida se había vuelto la heroína de todo el mundo y quienes la detestaban ahora deseaban su mejoría e imploraban a los Dioses para que despertara.Las cosas por supuesto no acabaron con esa batalla, Balto y Gideon volvieron a Europa con ayuda de Susan para buscar a Mickey, pero ella no estaba entre los restos de quienes murieron por la última explosión que creó Susan para acabar con el reinado de Julius.Gideon está desbastado, él no duerme, busca a su destinada por cada rincón del mundo y ella parece haber desaparecido, incluso ha recurrido al enemigo y no tiene suerte. Lo han intentado matar más veces de las que ha estado en plena guerra y no le importa, él no quiere parar hasta no encontrarla.―Tampoco está con las brujas. ―Susan suspiró. ―Lamento dejarlos aquí en este calabozo asqueroso, pero los hombres no son permitidos en los aquelarres m