Mónica, pensó que todas las palabras mencionadas anteriormente eran totalmente falsas y con cierta mal intención, pero aquellas pruebas eran irrefutables. Había muchas fotos tomadas desde la fecha mas antigua hasta la mas próxima. La mas antigua databa desde que llegaron a la Ciudad de Beirgen entre tantas fotos había una en particular en la que August y Libya se encontraban en un viejo árbol mas allá que ambos estuvieran juntos, esa fotografía indicaba algo mas, ellos estaban besándose… ello era una prueba innegable e imposible de refutar, las otras fotografías mostraban que eran lo suficientemente íntimos como el de estar abrazándose o tomarse de la mano, etc., mientras pasaba entre la infinidad de pruebas el corazón de Mónica por fin hizo “Crack”, aquel sonido de que algo por fin se había roto dentro de ella, las lágrimas no tardaron en aparecer y mientras seguía observando fotografía tras fotografía entre ellas surgió un video que había sido grabado no hace mucho tiempo; en él qu
La primera noche había transcurrido, Mónica aún se hallaba en cama tiritando de frío nunca llego a pensar como aquel frío eran como brazas de fuego que quemaban todo el cuerpo sin lugar donde esconderse o encontrar un mínimo de calor que le ayudara. Muy temprano, alguien vino a verla y entrego comida por aquella abertura inferior de la puerta de metal, pensó vagamente que aquella sopa estaba caliente, pero cuando probó el primer bocado vomito todo de una vez, aquella comida no tenía buen sabor, por el contrario, tenía un sabor desabrido y con signos que hace mucho tiempo que estaba guardada. Nadie se acercó las próximas horas hasta llegada la tarde cuando un hombre mayor de mal aspecto se acercó y abrió la puerta e ingresó. Era un médico quien venía a revisar el estado de las heridas de Mónica quien al verificarlas aplicó medicamento y se marchó sin decir una palabra. Mónica por su parte cuando vio que partía suplicó a aquel hombre que la ayudara a salir de allí, pero al no obtener
Después de lo sucedido, Crisst intento con todo tipo de herramienta forzar la puerta y los barrotes de las ventas para sacar a Mónica, pero todo fue imposible a lo que este se sintió impotente al no poder hacer algo por ella así que sin verla trato de animarla y estar el mayor tiempo posible a su lado además que le llevaba comida caliente, abrigos y colchas que pudieran servir a su estancia difícil en un lugar así. ***Paso aproximadamente un mes desde que Mónica fue llevada a aquel Palacio Frío el mismo tiempo en que Agustín no regreso al Palacio Oeste por la infinidad de carga que tenía a su cargo más aún con la boda que se aproximaba. En esa ocasión volvió por algunos papeles importantes que tenía en su oficina por lo que regresó consecuentemente. —Señor regreso—, mencionó Amelia con un tono de tristeza y temor. — ¿Sucedió algo en mi ausencia? ¿La señora se encuentra bien?, preguntó Agustín sin apuro. —¿Eh? ¿Mi señor, acaso usted no está enterado? Mi señora no se encuentra en
Los próximos días Agustin no mermo su rabia porque se sentía atado de manos y pies sin poder hacer nada, aún peor no tenía el tiempo suficiente de ir a visitarla con toda la carga que tenía en el Palacio fue así que transcurrieron los días lentamente. — ¡Que sucedió!, preguntó August alterado al ver a Lybia en un estado de conmoción. — August, ella… me odia. ¡No puedo casarme contigo!— ¡Qué locura estás diciendo!, ¿Nana? ¿Alguien me puede explicar que fue lo que pasó? Todos se hallaban en silencio hasta que la voz grave del Bisabuelo Bertram pronuncio unas palabras. — Cálmate August, la situación es que Lybia recibió una llamada nada agradable es por eso que se encuentra en ese estado. —¿Cómo? Pero quien se atrevería hacer algo así, por lo que sé Nana jamás tuvo un problema con alguien. — Justamente por eso, August esa llamada debe tratarse de ella. — Imposible, ¿acaso no se encuentra en el Palacio Frío? ¡Quien cree que es para amenazar a mi futura esposa!Agustin al escuchar
En el Palacio Frío nadie adivinaba lo que ocurría en el Palacio Principal de la familia, por el contrario, todo iba según la rutina que habían adoptado. La soledad y la desolación del lugar había influido en gran medida en las personas que vivían allí incluyendo de algún modo a Mónica quien el mes que estuvo allí no fue mas que torturas y agravios que sufría constantemente. Fueron muy duros con ella, la mayor parte del tiempo los castigos eran tan sobrehumanos hasta el punto que la hicieron desmayar en muchas ocasiones agregado a eso la falta de comida y la deshidratación que sufría constantemente, el cuerpo debilitado no soportaba y a nadie le importaba lo que le sucedía solo mantenerla con vida era su obligación mas no el modo de como era tratada. Los ojos hundidos, la tez pálida, los labios partidos además de las múltiples heridas y moretones del cuerpo resaltaban el sufrimiento. El dolor del día a día era agonía pura, el cual con solo respirar era ya una carga muy pesada como el
— Eres mi esposa y mi deber es ciudad de ti. — Já, ¿tu esposa?, no hagas bromas tontas yo jamás fui tu esposa de verdad con la que te casaras ahora es quien tiene ese nombre no yo, hasta ahora lo entendí y no te preocupes dile a tu familia que esta despreciable intrusa al fin entendió que lo nuestro no fue mas que un fraude y solo fue un maldito contrato desde el comienzo, al final fui yo la culpable de enredar los sentimientos con la verdad, pero que ahora soy consciente de mi equivocación. — ¿De qué estás hablando?— No lo repetiré, es algo muy obvio y si te preocupas por tu futura esposa solo déjame en paz y puedes quedarte tranquilo no volverá a ocurrir un hecho parecido así que si no hay nada mas que decir puedes irte.— Entonces si fuiste tú la que dijo todas esas palabras, pero como se te ocurrió decirle cosas como esas ¿en qué cabeza cabe?, ¿aún eres humana?, si como dices toda esta historia es un maldito contrato, cumple con lo estipulado y no vuelvas hacer locuras de las q
— ¡No!, no llores. — Lo siento Cleiya, es mi culpa … Si tan solo hubiese actuado con más rapidez tú… Jamás hubieras pasado por este infortunio…. Yo realmente soy un inútil. — No, no. Crisst no te culpes, está bien aún sigo viva eres de las pocas personas que se han preocupado por mí realmente no tengo más que palabras de agradecimiento para ti. — No he hecho lo suficiente, pero prometo que te sacaré de este lugar no me importa las consecuencias, pero te sacaré de aquí, ¡te lo juro!. Crisst besó la frente y el dorso de las mano de Mónica ante la declaración de su promesa, entendió que ella era una mujer especial para él y debía salvarla aunque eso signifique perder todo lo conseguido hasta ahora. A diferencia de aquellos oscuros momentos, el Palacio Principal estaba llena de alegría y felicidad, faltaba poco para el gran día y todo el mundo ultimaba detalles para asistir a la fiesta mas importante. Fue así que los últimos días del mes se acercaban faltando mas que quince días pa
Mónica al saber Agustin había venido de visita en un principio pensó que sería para llevarla de vuelta al Palacio Oeste, puesto que se había cumplido el tiempo estipulado, pero al verlo entrar con un rostro serio no pudo evitar sentir que sus esperanzas se desvanecían así que solo espero que llegara cerca mientras ella miraba fijamente aquellos barrotes de la ventana desde el filo de la cama. No había dormido suficiente las noches anteriores porque Crisst no volvió como lo prometió y temía que algo le haya sucedido por lo que todos los días se quedó sentada al filo de la cama esperando por él, milagrosamente esos días los castigos bárbaros habían cesado, en un principio pensó que era porque pronto se iría, pero ahora no estaba del todo convencida que esa era la razón. No le daba buena espina y estaba preocupada por lo que pueda ocurrir, sabía que aquel lugar cada quien actuaba como le convenía y ante las acciones y su mala fortuna decidió callarse y no decir nada por qué temía si reb