Esa noche era helada y Amelia se quedó a lado de Mónica cuidándola de algún modo sentía pena por la persona que se hallaba en cama, pues no tenía a nadie a quien recurrir, era ella sola contra el mundo, desde que la conoció fue de esa forma no tenía familia ni amigos, en la actualidad todo se había perdido solo le quedaba su esposo con el que pasaba una buena vida o eso pensaba en el pasado hasta que todo cambió y se convirtió en lo que es ahora. Amelia caminaba lentamente por los pasillos cuando reconoció una cara conocida era el Joven de la Familia Parissi quien hace poco había visitado a la señorita Mónica. — Joven Parissi, saludó Amelia con una reverencia. — Oh, eres el ama de llaves del Palacio Oeste¿No es así? — Sí, Joven Parissi. —Ya veo, no esperaba encontrarte aquí ¿August se encuentra enfermo?. — No se trata del Joven amo, es la señora de quién se trata esta vez. —¿Cleiya? ¿Qué le ocurrió? — No sabemos aún. —Entiendo, entonces August debe estar preocupado¿Está cuida
Amelia palideció al escuchar sobre aquello, no estaba segura de nada, pero tenía la sensación de que alguien quería deshacerse de Mónica y cuanto antes. — Esta es una situación muy delicada, — pronunció Crisst— quizás sea mejor llevarla a otro hospital, pero sin que nadie sepa su paradero. — Sí. Joven Parissi quizás se trate de la abuela Raina, mencionó de pronto Amelia. — ¿La abuela?, ¿por qué lo dices? ¿Sucedió alguna situación antes?—Sí, antes que la señora se desmayara ella vino al Palacio Oeste hacer una visita luego de ello no supe que más sucedió solo hablaron por bastante tiempo hasta que la mayoría nos fuéramos a la cama fue entonces que encontré a mi señora. — Ya veo, si esa es la situación estamos en una situación mucho más delicada si la abuela está detrás de esto no va a ser fácil salir de esta, alguien debe quedarse tarde, mañana y noche cuidando de ella. —Lo sé Joven amo Parissi, me quedaré desde hoy hasta que le den alta a lado de la señora. — Bien, esperemos q
Al llegar al Palacio Oeste y al oír la puerta abrirse todos los que trabajan se asomaron, pues al parecer esperaban nuevas noticias por lo preocupados que se encontraban. — Meli, llamaron todos al ver a Amelia y la abarrotaron con muchas preguntas ante esto Amelia los calmo antes de explicarles la situación. — Está bien no se alteren, la señora se encuentra bien, lo peor ya pasó, pero aún debe quedarse en el hospital así que nosotros debemos hacer nuestro trabajo hasta que la señora regrese, ella está muy agradecida y deseó que todos nos encontrásemos bien. Al escuchar que Mónica se encontraba bien todos dieron un respiro de alivio y regresaron a sus actividades diarias, por su parte Amelia descanso un poco antes de alistar lo que necesitarían en el hospital. Varias horas habían pasado y Amelia se alistaba para partir nuevamente cuando en la puerta se encontró con Agustín quien llevaba una expresión no muy buena. — Joven amo… — Hola, Amelia, ¿la señora está en su habitación? Preg
“Tengo un regalo para ti, tu amado esposo te da el honor de morir en mis manos … ¡Ahora solo desaparece! ”— ¡Nooo!..— grito Mónica temblando de miedo, a su alrededor estaba oscuro, las luces habían sido apagadas lo que aumento su miedo por el desagradable sueño que tuvo en ese momento pensó que nadie se había quedado a su cuidado y estaba bien para ella dado que el dolor en su interior aún no se había calmado y no quería ver a nadie, pero también era cierto que en ese momento de debilidad le hacía fata un gran abrazo que le dé calidez. La espera no fue larga, en ese instante una persona ingreso a la sala y prendió las luces, no lo esperaba, pero era Crisst quien había venido a verla, su corazón se agitó y lloró de agradecimiento, pues ante tanta desolación al menos una persona estaba pendiente de ella, aunque no lo conocía de hace mucho para Mónica esa muestra de atención era muy valioso mas aún en esa Ciudad en la que se encontraba completamente sola. — Cleiya, ¿Estás bien?, preg
Agustín se encontraba en el Palacio Oeste, recorrió el camino desde su oficina hasta la habitación de Mónica, al entrar vio que efectivamente se encontraba acostada no sabía qué sentimientos surgían solo un tipo de satisfacción extraña. Todo pasaba inadvertido hasta la presencia de Agustín lo que este aprovecho, así que sin pensarlo mucho cogió la muñeca izquierda que se encontraba más cerca y colocó unas esposas uniendo el otro extremo con una cadena que sacó de la parte más alta de la cama la cual estaba unida como si fuera parte de aquella cama de metal, aquella cadena era un tanto gruesa de una extensión no muy larga suficiente solo para llegar a los lugares que debía. El sonido de las cadenas hicieron despertar a Mónica al ver la intenciones trato de reaccionar, pero era demasiado tarde, ahora estaba prisionera en aquella habitación. — ¡Pero tú…! ¿Acaso te volviste loco? ¡Qué rayos estás pensando! — ¿Crees que te dejaré huir? No soy tan ingenuo, ahora vivirás aquí sin que nad
Agustin la observaba y aquellos ojos con la que una vez lo veía con dulzura y amor se habían esfumado, fue en ese instante que se preguntó que es lo que había sucedido para de un día se convirtieran en lo que son actualmente, era difícil de discernir cuál fue la causa, pero no tenía marcha atrás sentía que no había solución a la relación que ahora llevaban, aunque en el fondo y después de todo lo que se dijeron Agustin recordó que todo su plan fue porque no quiso perder a las dos personas que consideraba mas importantes para él, pero todo cambio cuando regresó a Beirgen, pues se dio cuenta de que no era del todo. cierto porque sentía aún ese amor infinito por Lybia como cuando eran jóvenes y fue eso el que determinó que sus prioridades cambiaran y viendo de otra perspectiva mas calmada Mónica significó un estorbo porque su tiempo se dividía de alguna manera lo que lo ponía de malas, pero a pesar de todo Agustin aún mantenía un cariño por Mónica porque los sentimientos que mantenía por
Después de estar en silencio y ver el rostro y expresión de rencor y odio que tenía Mónica Agustin se atrevió a decir una palabras mas —¿Te puedo preguntar algo?—.— ¿Acaso tengo opcion de negarme?— No. — Habla entonces, estoy encadenada de igual forma.— ¿En serio pensabas huir de mí aquel día antes que ocurra tu accidente? — No lo planee de esa manera, pensaba en que medidas iba a tomar para detener tu ensañamiento con la Corporación Ayzabell. ¿Pensabas que me quedaría sin hacer nada? Me costó tanto reorganizar todo desde cero no me iba a quedar de brazos cruzados. — ¿Qué? ¿De qué ensañamiento me hablas? Yo no volví a hablar con Patricio quien se quedó por allá. No es asunto de la Corporación Legrand, si te están atacando debe ser otras empresas. — Seas tú o no el culpable, eso ya no tiene sentido. No puedo hacer nada. — Yo te ayudaré, dijo Agustin volviendo a ver a Mónica y sentándose al filo de la cama a lado de Mónica. — No tiene que ver contigo ahora. — Tiene mucho que v
Agustin dejo sin efecto sus amenazas anteriores y se prestaba a retirarse de la habitación de Mónica sin antes dar un comunicado. — Mas tarde encargaré que se restablezca los muebles de esta habitación. Al decir ello, siguió su camino, y antes que saliera una pregunta cayó a sus oídos—Ahora que me has liberado ¿No tienes miedo que huya de verdad?. — Sé que no lo harás, no tiene sentido seguir con estos enfrentamientos que solo nos hacen daño ¿No crees que es mejor vivir así? — ¿Estás bien con esto?, Y su llego a escapar¿Qué harás entonces?— No supongamos sobre algo que aún no sucede, respondió rápidamente Agustin a Mónica al ver su desconfianza.— ¿Crees que viviré mejor si estoy sin las esposas?, es una ilusión que quieres creer. — Entonces dime, ¿qué debo hacer según tú para redimirme? — Sabes muy bien la respuesta. Agustin aunque sea difícil decidir algún día tendrás que hacerlo sea por voluntad propia o sea que alguien te arrastre a ello y para cuando llegue ese día te ase