Lybia y August quienes habían terminado de aclarar los malentendidos se fueron a dar un buen paseo fuera de la ciudad a una apartada residencia que solo ellos conocían. Caminaron cerca del mar observando una hermosa vista, el cielo nocturno estaba estrellado dejando un panorama sin igual dejando así que el tiempo se detuviera en ese momento mágico para ellos dos disfrutando de una noche sin igual sin nadie al rededor y sin el tiempo en su contra solo observando un basto infinito. ***Muy temprano al día siguiente Mónica se levantó con las luces que filtraban por su ventana, era una mañana armoniosa y se encontraba de un buen ánimo, terminó de despertar y se dio cuenta de que Agustin no estaba en la habitación en ese instante no pensó mas allá solo se dijo así misma que quizás tuvo que salir con apuro muy temprano antes que ella despertara por lo que lentamente se arregló y bajo a desayunar. — Señora, buenos días ¿Qué va a desear? — Uhm, un jugo de pera está bien Amelia. Por cierto
Las luces se apagaban así como las incontables heridas que se iban acumulando por las malas actitudes, había pasado más de una semana desde que llegó al Palacio, sin embargo, no volvió ver a Agustin por ningún lado esa forma de comportarse no era primera vez lo que hacía que Mónica se sintiera mal mas aún en un lugar que apenas conocía. En su corazón a pesar de todo aún quedaba una pequeña esperanza, pensó que las últimas dificultades que habían pasado las cuales habían quedado en Ciudad Celeste, pero mas allá de sus pensamientos la realidad era que estaba sola sin algún conocido cercano cada noche sintió una frustración que la sumía en un abismo oscuro llena de ansiedad y tristeza. Una mañana después de tanto esperar se limpió el rostro después de tanto llorar noche tras noche, ese día decidió que no dejaría ser quien es y que caminaría con el rostro en alto así que se puso el vestido que mas le gustaba, se maquilló y se colocó sus mejores joyas combinándola con un perfume exclusiv
"toc toc" — Adelante, dijo Mónica sin preocupaciones mientras terminaba de arreglarse. —¿Saldrás a algún lado? Ante la pregunta de la persona que ingresaba por la puerta Mónica se quedó en silencio sin ganas de responder, los días que pensó que resultarían felices simplemente se esfumaron y el responsable de ello no fue otro que su propio esposo, mientras más lo pensaba más se enojaba y extrañaba su libertad que conservaba en Ciudad Celeste, cuando llegó, erróneamente pensó que podrían lidiar con el nuevo rumbo que tomaría sus vidas sabía que no iba a ser fácil, pero mientras estén juntos todo sería llevadero, sin embargo, Agustín hacia su vida y no le interesaba lo que sucedía con Mónica dejándola a su suerte lo que la tenía mal, trató diligentemente de sobrellevar esa situación y entender razones, pero por más que intentaba solo llegó el punto en que inventaba escusas para justificar sus acciones lo que en el fondo sabía que algo no andaba del todo bien en esa relación que lleva
Mónica se encontraba en su habitación muy agitada y conociendo ese lado de Agustín sabía que no iba a ser fácil volver a Ciudad Celeste si se lo pedía por ello saco un pequeño bolso que pasaba desapercibido empacando lo importante para volver a Ciudad Celeste. Estaba casi lista cuando tocaron a su puerta. —Mi señora, la buscan.— ¿Quién es?, Pregunto Mónica, ya que no conocía casi a nadie. — Es… la abuela Raina. —¿Quién es ella? —Ella … Es la segunda persona más influyente en la familia. Debe tener cuidado. —¿Qué quieres decir? —Solo eso puedo decir— Al término de su aviso Amelia se retiró inmediatamente sin ganas de continuar hablando de más de la nueva visita que había llegado. Mónica bajo las escaleras y se dirigió a la salón de recepción donde se encontraba una mujer mayor de cabello rizado. — Buenas tardes, Soy Cleiya un placer conocerla abuela Raina. Mónica trató de tener una buena presentación a pesar de que no conocía nada de buen comportamiento, no quiso parecer gro
Esa pregunta la tomo desprevenida a Mónica no entendía que es lo que quería decir la confusión se adueñó de ella y solo respondió con su rostro desencajado. —Por tu expresión veo que no tienes ni idea de lo que hablo. Bien te lo explicaré, querida ser Esposa Secundaria quiere decir que August tomara una Esposa Principal siendo esta quien tome la denominación propia de esposa, ¿Entiendes lo que quiero decir?.En pocas palabras la verdadera esposa y quien tiene mayor relevancia en el corazón de August es aquella que tome el lugar de Esposa Principal, ya que junto a ella tomará las riendas de la Familia en el futuro. —¿Qué está diciendo? Eso es mentira… Agustín… Nunca se atrevería hacer una cosa así… ¡Es mentira!, lo hace para seguir haciéndome daño ¿Verdad? Todo… es mentira. —¡A Callar!— La Abuela Raina presiono la barbilla de Mónica con fuerza indignada por la manera como se seguía dirigiendo al sucesor de la Familia —¿Entiendes por qué no tienes ni el derecho de llamarlo por su nom
Esa noche era helada y Amelia se quedó a lado de Mónica cuidándola de algún modo sentía pena por la persona que se hallaba en cama, pues no tenía a nadie a quien recurrir, era ella sola contra el mundo, desde que la conoció fue de esa forma no tenía familia ni amigos, en la actualidad todo se había perdido solo le quedaba su esposo con el que pasaba una buena vida o eso pensaba en el pasado hasta que todo cambió y se convirtió en lo que es ahora. Amelia caminaba lentamente por los pasillos cuando reconoció una cara conocida era el Joven de la Familia Parissi quien hace poco había visitado a la señorita Mónica. — Joven Parissi, saludó Amelia con una reverencia. — Oh, eres el ama de llaves del Palacio Oeste¿No es así? — Sí, Joven Parissi. —Ya veo, no esperaba encontrarte aquí ¿August se encuentra enfermo?. — No se trata del Joven amo, es la señora de quién se trata esta vez. —¿Cleiya? ¿Qué le ocurrió? — No sabemos aún. —Entiendo, entonces August debe estar preocupado¿Está cuida
Amelia palideció al escuchar sobre aquello, no estaba segura de nada, pero tenía la sensación de que alguien quería deshacerse de Mónica y cuanto antes. — Esta es una situación muy delicada, — pronunció Crisst— quizás sea mejor llevarla a otro hospital, pero sin que nadie sepa su paradero. — Sí. Joven Parissi quizás se trate de la abuela Raina, mencionó de pronto Amelia. — ¿La abuela?, ¿por qué lo dices? ¿Sucedió alguna situación antes?—Sí, antes que la señora se desmayara ella vino al Palacio Oeste hacer una visita luego de ello no supe que más sucedió solo hablaron por bastante tiempo hasta que la mayoría nos fuéramos a la cama fue entonces que encontré a mi señora. — Ya veo, si esa es la situación estamos en una situación mucho más delicada si la abuela está detrás de esto no va a ser fácil salir de esta, alguien debe quedarse tarde, mañana y noche cuidando de ella. —Lo sé Joven amo Parissi, me quedaré desde hoy hasta que le den alta a lado de la señora. — Bien, esperemos q
Al llegar al Palacio Oeste y al oír la puerta abrirse todos los que trabajan se asomaron, pues al parecer esperaban nuevas noticias por lo preocupados que se encontraban. — Meli, llamaron todos al ver a Amelia y la abarrotaron con muchas preguntas ante esto Amelia los calmo antes de explicarles la situación. — Está bien no se alteren, la señora se encuentra bien, lo peor ya pasó, pero aún debe quedarse en el hospital así que nosotros debemos hacer nuestro trabajo hasta que la señora regrese, ella está muy agradecida y deseó que todos nos encontrásemos bien. Al escuchar que Mónica se encontraba bien todos dieron un respiro de alivio y regresaron a sus actividades diarias, por su parte Amelia descanso un poco antes de alistar lo que necesitarían en el hospital. Varias horas habían pasado y Amelia se alistaba para partir nuevamente cuando en la puerta se encontró con Agustín quien llevaba una expresión no muy buena. — Joven amo… — Hola, Amelia, ¿la señora está en su habitación? Preg