La culpa no me dejaba tranquilo aún después de llamar a la policía para que investigara qué fue lo que pasó allí. Salí de aquel lugar siniestro pues la respiración me ahogaba, mientras caminaba observé una marca visible en la arena de los neumáticos de algún coche que había estado presente allí y todo indicaba que no era hace mucho lo que me hizo llamar al general a cargo para que diera aviso por las carreras, con la pequeña esperanza de encontrar a Mónica sin embargo a pesar del rápido accionar de la policía no se pudo lograr nada ya habían pasado muchas horas que casi la tarde se nos iba sin tener alguna novedad sobre la desaparición lo que hacía que perdiera las esperanzas con cada minuto que pasaba. Hasta que llamaron al general pues había un comunicado sobre un caso de una mujer que se hallaba gravemente herida en el hospital por lo que sin pensarlo fuimos a verificar la identidad de aquella. -Joven Agustín por favor ingrese, esta es la habitación, dijo el general para poner fi
Las calles fueron inundadas de coches negros de lunas polarizadas, que llegaban de uno a uno sin cesar, todos los que veían aquella escena se preguntaban qué es lo que había ocurrido o quien había llegado para ver ese despliegue de tantos coches y por no decir guardaespaldas o lo que se pensaba que eran. Pronto llegaron a su destino y se hallaban en la puerta de la Corporación Bardot así como otra comitiva se hallaba en la Corporación de la familia Guerra. Se vio a Agustín bajando de uno de los coches más lujosos, sin perder el tiempo, solo ingresó sin antes sacudirse el polvo en la entrada, lo que para muchos significaría una total falta de respeto. Por otro lado, los directivos de la Corporación Bardot se hallaban un tanto nerviosos, pues nunca antes habían visto una comitiva de más de 50 personas, por lo que se alegraron, por un lado, ya que creían que aquellas personas importantes veían a negociar con su compañía lo que les hacía muy feliz, pues en el último año tuvieron una caí
Pasó aproximadamente media hora desde aquella llamada, y Agustin no se movió ningún milímetro desde su posición original. Por su parte, Mario no se atrevió a mirarlo nuevamente y se quedó de rodillas en el suelo, lo que ya por el tiempo empezaba a doler y a entumecerse. Todo se hallaba en silencio hasta que sonó nuevamente el teléfono de Agustin, a lo que la llamada solo dijo— Hecho—, bien ahora tráiganla para que se encuentre con su querido padre, finalizó diciendo Agustin. Mario quien se encontraba cerca logró oír esto último, lo que un miedo indescriptible recorrió su mente pensando inmediatamente que no había visto a Lucy salir de la Corporación, en ese momento deseó con todas sus fuerzas que no pasara lo que él estaba pensando, sin embargo, no pasó mucho tiempo para ver lo que sus deseos no querían ver. De pronto empujaron la puerta mientras traían a cuestas a alguien o algo tapado con una tela negra, lo que impedía la visibilidad de lo que era. Los dos hombres recién llegado
—José, terminaste rápido al parecer se burló Agustin cuando lo vio entrar. —No tenían opción, contestó José solemnemente. —Bueno, que pena que la Corporación Guerra se viera envuelta en esta penosa situación, es lo que ganan por tener un hijo como Claudio, dijo Agustín con gran disgusto. De ahora en adelante la Corporación Bardot pasará a ser una de las sub sedes de la empresa que está formando Mónica y con respecto a los Guerra bueno seremos más condescendientes con ellos y los dejaremos seguir operando en el mercado claro está nosotros tomaremos la mayoría de acciones de esa empresa aunque sean unos falsos dueños nosotros siempre estaremos vigilando cada paso que dan porque si dan un paso en falso lo lamentarán. Agustin había descargado gran parte de su ira con los infortunados Bardot y los Guerra, sin embargo, había dejado libre a la que parecía menos peligrosa que era Julia, la madre de Lucy, a quien decidió que visitaría más tarde. — ¡Agustín!, grito Mayra al verlo ingresar
Los siguientes días nadie supo ninguna novedad acerca de Mayra, por lo que Agustin simplemente le escribió un mensaje de texto preguntando si se encontraba bien, pues de alguna manera se preocupaba no solamente por ser la mejor amiga de su esposa, sino porque día a día se acompañaban y sobrellevan la situación de Mónica.Habían pasado casi 15 días y no había habido ninguna mejora respecto al estado de salud de Mónica, por lo que Agustin contrató a alguien quien se hiciera cargo de ella, pues había decidido poner en marcha el proyecto de Mónica, lo que haría al menos sentirse bien consigo mismo. —Joven Agustin, ya tenemos casi listo lo que pidió. La construcción está en un 90%, pensamos que íbamos a demorar más, pero contratamos más obreros para que aceleren el proceso y nos dio resultado y creo que el próximo mes ya se estará terminando con todos los detalles que aún faltan. —Muy bien, gracias Jose. Por tu lado Patricio, como va las documentaciones respectivas y los permisos. — Va
Camino al hospital, Agustin seguía perturbado por aquel sueño que creyó que olvidaría, a pesar de que Lybia ya no pertenecía a este mundo aún sentía en su pecho un dolor profundo de no haberla salvado cuando eran chicos, es verdad que en ese tiempo sólo era un niño, pero jamás olvido esa sensación tan abrumadora cuando sus padres llevaron a Lybia al extranjero para poder salvarla, pero, sin embargo, poco o nada pudieron hacer por ella. Agustin trató de alejar esos malos recuerdos y ahora solo su enfoque era Mónica, no tenía sentido seguir culpándose por lo que ya pasó se dijo a sí mismo. Pronto llegó al hospital y por ende a la habitación de Mónica, donde encontró a Leonardo frente a la cama de Mónica. — Buenos días tenga usted Señor Ariza, saludo Leonardo tranquilamente. — Buen día, esto… ¿Dónde está mi esposa? — ¿Eh?, ¿acaso no lo sabe?, pregunto extrañado Leonardo y al ver su cara de desconcierto dijo— Su esposa ha despertado—. — ¿Cómo? ¿Cuándo?, ¿Por qué nadie me informó na
Con intención de no darle más importancia a ese asunto Mónica intentó no pensar, por lo que pidió a Agustin que vaya a casa, que se sentía cansada y quería dormir. — Descansa, volveré mañana. Con estas palabras Agustin se despidió saliendo de la habitación con un extraño sentimiento. ¿Acaso Mónica no quería verlo más?, pensó de la nada. ***Por más que intentó dormir, Mónica no logro conciliar el sueño, hasta que en su teléfono recién cargado ingresó una llamada de un número desconocido. — Hola?, contesto dubitativamente Mónica. — Hola Soy Yo, Leonardo. ¿Cómo está la sobreviviente?, pregunto con un tono de alegría.— Ésta sobreviviente no puede dormir gracias a la llamada de alguien, se quejó Mónica en tono de burla. — Jajaja, perdón perdón. La próxima llamaré en la madrugada cuando estés despierta.— Jajaja, tú crees?, yo creo que a esa hora estaría soñando felizmente. — Vale, vale mejor iré a visitarte pronto. — Eso estaría mejor. — Hablando en serio, dime cómo estás. — Bu
Pronto Mónica fue dada de alta, y fue llevada a casa donde a su llegada encontró una enfermera para su especial cuidado, ya que por la perdida de fuerza que había sufrido tuvo que permanecer en silla de ruedas por un tiempo por indicación del médico. Por otra parte, se enteró de las acciones que tomó Agustin por su causa lo que hizo que de alguna manera se alegrara dentro de su corazón además que una parte de ella estuvo en calma a causa de que ya no habría más peligro en el futuro, aquellas personas que le hicieron daño recibieron su lección y entendieron que no debían causar más problemas. Llegó el invierno y con ella la nieve y las frías brisas por lo que las chimeneas calentaban la casa manteniendo caliente el ambiente frío que circulaba allá afuera. Los días así fueron pasando mientras que dentro de la Villa Luxury, Mónica trabajaba arduamente para la apertura de la Nueva Corporación que llevaría por nombre AyzaBell, por su parte Agustin había trasladado su centro de trabajo a l