Pasó aproximadamente media hora desde aquella llamada, y Agustin no se movió ningún milímetro desde su posición original. Por su parte, Mario no se atrevió a mirarlo nuevamente y se quedó de rodillas en el suelo, lo que ya por el tiempo empezaba a doler y a entumecerse. Todo se hallaba en silencio hasta que sonó nuevamente el teléfono de Agustin, a lo que la llamada solo dijo— Hecho—, bien ahora tráiganla para que se encuentre con su querido padre, finalizó diciendo Agustin. Mario quien se encontraba cerca logró oír esto último, lo que un miedo indescriptible recorrió su mente pensando inmediatamente que no había visto a Lucy salir de la Corporación, en ese momento deseó con todas sus fuerzas que no pasara lo que él estaba pensando, sin embargo, no pasó mucho tiempo para ver lo que sus deseos no querían ver. De pronto empujaron la puerta mientras traían a cuestas a alguien o algo tapado con una tela negra, lo que impedía la visibilidad de lo que era. Los dos hombres recién llegado
—José, terminaste rápido al parecer se burló Agustin cuando lo vio entrar. —No tenían opción, contestó José solemnemente. —Bueno, que pena que la Corporación Guerra se viera envuelta en esta penosa situación, es lo que ganan por tener un hijo como Claudio, dijo Agustín con gran disgusto. De ahora en adelante la Corporación Bardot pasará a ser una de las sub sedes de la empresa que está formando Mónica y con respecto a los Guerra bueno seremos más condescendientes con ellos y los dejaremos seguir operando en el mercado claro está nosotros tomaremos la mayoría de acciones de esa empresa aunque sean unos falsos dueños nosotros siempre estaremos vigilando cada paso que dan porque si dan un paso en falso lo lamentarán. Agustin había descargado gran parte de su ira con los infortunados Bardot y los Guerra, sin embargo, había dejado libre a la que parecía menos peligrosa que era Julia, la madre de Lucy, a quien decidió que visitaría más tarde. — ¡Agustín!, grito Mayra al verlo ingresar
Los siguientes días nadie supo ninguna novedad acerca de Mayra, por lo que Agustin simplemente le escribió un mensaje de texto preguntando si se encontraba bien, pues de alguna manera se preocupaba no solamente por ser la mejor amiga de su esposa, sino porque día a día se acompañaban y sobrellevan la situación de Mónica.Habían pasado casi 15 días y no había habido ninguna mejora respecto al estado de salud de Mónica, por lo que Agustin contrató a alguien quien se hiciera cargo de ella, pues había decidido poner en marcha el proyecto de Mónica, lo que haría al menos sentirse bien consigo mismo. —Joven Agustin, ya tenemos casi listo lo que pidió. La construcción está en un 90%, pensamos que íbamos a demorar más, pero contratamos más obreros para que aceleren el proceso y nos dio resultado y creo que el próximo mes ya se estará terminando con todos los detalles que aún faltan. —Muy bien, gracias Jose. Por tu lado Patricio, como va las documentaciones respectivas y los permisos. — Va
Camino al hospital, Agustin seguía perturbado por aquel sueño que creyó que olvidaría, a pesar de que Lybia ya no pertenecía a este mundo aún sentía en su pecho un dolor profundo de no haberla salvado cuando eran chicos, es verdad que en ese tiempo sólo era un niño, pero jamás olvido esa sensación tan abrumadora cuando sus padres llevaron a Lybia al extranjero para poder salvarla, pero, sin embargo, poco o nada pudieron hacer por ella. Agustin trató de alejar esos malos recuerdos y ahora solo su enfoque era Mónica, no tenía sentido seguir culpándose por lo que ya pasó se dijo a sí mismo. Pronto llegó al hospital y por ende a la habitación de Mónica, donde encontró a Leonardo frente a la cama de Mónica. — Buenos días tenga usted Señor Ariza, saludo Leonardo tranquilamente. — Buen día, esto… ¿Dónde está mi esposa? — ¿Eh?, ¿acaso no lo sabe?, pregunto extrañado Leonardo y al ver su cara de desconcierto dijo— Su esposa ha despertado—. — ¿Cómo? ¿Cuándo?, ¿Por qué nadie me informó na
Con intención de no darle más importancia a ese asunto Mónica intentó no pensar, por lo que pidió a Agustin que vaya a casa, que se sentía cansada y quería dormir. — Descansa, volveré mañana. Con estas palabras Agustin se despidió saliendo de la habitación con un extraño sentimiento. ¿Acaso Mónica no quería verlo más?, pensó de la nada. ***Por más que intentó dormir, Mónica no logro conciliar el sueño, hasta que en su teléfono recién cargado ingresó una llamada de un número desconocido. — Hola?, contesto dubitativamente Mónica. — Hola Soy Yo, Leonardo. ¿Cómo está la sobreviviente?, pregunto con un tono de alegría.— Ésta sobreviviente no puede dormir gracias a la llamada de alguien, se quejó Mónica en tono de burla. — Jajaja, perdón perdón. La próxima llamaré en la madrugada cuando estés despierta.— Jajaja, tú crees?, yo creo que a esa hora estaría soñando felizmente. — Vale, vale mejor iré a visitarte pronto. — Eso estaría mejor. — Hablando en serio, dime cómo estás. — Bu
Pronto Mónica fue dada de alta, y fue llevada a casa donde a su llegada encontró una enfermera para su especial cuidado, ya que por la perdida de fuerza que había sufrido tuvo que permanecer en silla de ruedas por un tiempo por indicación del médico. Por otra parte, se enteró de las acciones que tomó Agustin por su causa lo que hizo que de alguna manera se alegrara dentro de su corazón además que una parte de ella estuvo en calma a causa de que ya no habría más peligro en el futuro, aquellas personas que le hicieron daño recibieron su lección y entendieron que no debían causar más problemas. Llegó el invierno y con ella la nieve y las frías brisas por lo que las chimeneas calentaban la casa manteniendo caliente el ambiente frío que circulaba allá afuera. Los días así fueron pasando mientras que dentro de la Villa Luxury, Mónica trabajaba arduamente para la apertura de la Nueva Corporación que llevaría por nombre AyzaBell, por su parte Agustin había trasladado su centro de trabajo a l
Mónica a pesar de las francas advertencias muy pronto dejo de pensar en ello y solo volvió a su habitación a descansar, ya que se la había pasado trabajando sin parar. Agustin por su parte recibió en su oficina a Leonardo. — Leonardo, dime que se te ofrece o en que puedo ayudarte. — Bueno, en realidad quise solucionarlo por mi cuenta, pero en verdad se me hace muy difícil más aún porque no conozco muy bien a los de Ciudad Celeste y la verdad me ayudaría mucho a encontrar a una persona ya sabe, usted conoce a mucha gente importante y esto es muy importante para mí. — ¿De qué se trata?Verás, hace muchos años una pequeña niña salvó mi vida, desde entonces no olvide y quise agradecerle de alguna forma, ya que si ella no hubiera actuado en ese momento quizás yo no seguiría hoy aquí. Investigue sobre la Corporación Clemente, pero sé que fue disuelta y bueno lo único que sé de ella es que pertenecía a esta familia además tengo esta fotografía que pude conseguir de aquellos años. Agust
Fueron largos minutos en que se contemplaron mutuamente, calentando una vez más sus dulces corazones que se emocionaban con cada momento romántico que tenían entre ellos sin querer romper aquel momento mágico Agustin tomo a Mónica nuevamente entre sus brazos a lo que Mónica solo se aferraba con fuerza hacia el pecho de Agustin sintiendo los latidos que retumbaron en sus oídos, en ese momento levanto la mirada viéndolo imperturbable, pero simplemente su corazón era una historia distinta, sus emociones se habían desbordado sin querer lo que hizo sonreír de alguna manera a Mónica, pues aquel hombre que parecía frío y temible ante los ojos de la gente era muy distinto cuando se trataba de ella, ante sus ojos era atento, cauteloso, tierno y en su mayoría de las veces muy dulce esto era lo que mayormente sus días estén plagados de días felices y románticos para ella Agustín era un hombre como ningún otro siempre anteponiéndola ante cualquier circunstancia, alguien que perdía el control si