- Estás segura que es la mejor opción mamá?

- Alana lo quiere, no parece un mal chico, que piensas tu, Silas?

- Yo tengo mis dudas, pero creo que es la opción más conveniente ahora. Que crees tu Gabriel?

Su corazón se detuvo, podía asegurarlo, no podía decir lo que creía, no lo que pensaba, mucho menos lo que sentía, su corazón estaba roto en tantos pedazos que había comenzado a creer que nunca más podría ser sanado, no cualquiera podía tomar todos esos pedazos y unirlos de nuevo, porque romper el corazón de una persona era igual que romper una taza de té, podías tomar los trozos, pero corrías con el riesgo de cortarte o peor aún que después de haber sido pegada, se filtrara un poco lo que llevaba dentro.

El lobo trago aquel nudo que estaba en su garganta y que casi lo asfixiaba, se tomó unos segundos para responder pero su mente simplemente no podía dar una respuesta coherente en ese momento y no era sólo por sus sentimientos por Alana era también porque algo le decía que eso no era