Sólo faltaban dieciocho días para el cumpleaños de Alana, el tiempo pasaba súper rápido, hacía diez días que había estado con Gastón en el bosque donde casi tienen sexo, se vieron unos días después pero el parecía molesto, a Alana le extrañó mucho la forma en que se comportaba, lo invitó a su cumpleaños con el fin de que la manada pudiera conocerlo pero el le dijo no estar seguro, pensaba en sus padres no sabía si lo aceptarían y ella la verdad no queria dañar las cosas con él. Tenía una conversación pendiente con sus padres y es que ese día no se pudo porque había llegado una visita de sorpresa, eran dos ancianos del consejo, la visita los tomó a todos por sorpresa, no habían avisado que vendrían cómo siempre lo hacían con anticipación para que la manada estuviera preparada. Eso la había salvado de esa conversación, pero la habían cambiado para hoy. La habían pospuesto por varios días después de la visita de los ancianos porque su papá estuvo esos días muy tenso y de mal humor,
Tadeo miró a Alana, su expresión, su rostro demostraba lo perturbada que se encontraba su mente. Suspiró y guardo el estetoscopio. Abrió un poco más su maleta y saco un libro. Busco por unos minutos bajo la atenta mirada de los alfas. El Alfa no pudo soportar tanta incertidumbre y molesto le preguntó -Tadeo se puede saber que haces y que pasa? -Alfa puede esperar? Necesito revisar algo Buscó y buscó hoja tras hoja, hasta que se detuvo en una -Aqui está- y comenzó a leer, ohh lo sabía.-Que? Que es lo que sabes? Preguntó Eva desesperada-Cuanto tiempo le falta a Alana para que llegue su celo? Preguntó el médico anotando en una pequeña libreta-Dieciocho días le faltan, pero que tiene que ver?-Ahhh, dijo el Alfa molesto. Cómo pude haberlo olvidado, no debí olvidarlo.-Pueden explicarme de que están hablando?- Dejeme explicarle luna, En la historia de todos los lobos no existió una loba Albina más pura que Rowena.-Rowena, tu abuela? Preguntó a Silas.-Si, por favor deja que Tad
Courtney había dado en el clavo, sus palabras habían calado en lo más profundo del pecho de Gabriel y también su mente, no era la primera vez que le decía algo cómo eso. El lobo lo único que pudo hacer fue mirar de nuevo a través de aquel vidrio. Sabía que lo que decía era cierto. Y pensaba que si la miraba de nuevo, ella pudiera ver otras cosas que el no era capaz de aceptar ni de escuchar tampoco. No iba a aceptarlo, el no estaba enamorado, eso era lo que ella había sentido no el. Gabriel no quería aceptarlo, el era el beta, no se sentía merecedor de estar con Alana, su edad no se lo permitía, una vez se sintió tan seguro de que Alana fuera su mate, que estuvo apunto de decírselo, pero no pudo, tuvo miedo de ser rechazado y el tiempo le demostró que había estado equivocado, lo que había pasado era que las cosas con Alana se salieron de control. Tal vez y si había atracción en ellos, pero no podían ser compañeros, tanto tiempo juntos, cuántas cosas no habían vivido juntos? Y lo q
Alian y Ziara salieron del lago para vestirse, Ziara permanecía con una sonrisa en su rostro, terminaron de vestirse y emprendieron camino hacia la manada. Minutos después llegaron, al cruzar los límites uno de los guardianes le dió un recado a Alian de parte de Jacob. Jacob había estado esperándolo desde hacía al menos dos horas y media. Apresuraron su caminar y entraron a la casa. Ziara puedes ir a la cocina tal vez mi mamá esté allí, yo iré a la oficina tengo unos asuntos pendientes. -Alian, por fin llegaste. dijo su padre con una mirada seria. -Tu mamá no está en la cocina, está en la habitación de Alana. -Bueno Ziara, ve allí, arriba, cruzas en el pasillo que está frente a mi habitación en la segunda puerta. -Hola Alfa Silas, dijo Ziara levantando su mirada hacia el. -Hola Ziara. Su semblante no cambió de verdad parecía molesto, tal vez y se habían tardado mucho. -Yo te recomiendo esperes a Alian aquí o en su habitación, no es buen momento para ir a la habitación de Alan
-He decidido que lo mejor sea que vaya al pueblo, busquen a Gabriel, le lleven los documentos y que los firme. -No le pediras que venga? -No, por qué tendría que hacerlo? El también tiene que descansar, yo mismo le di el permiso y es justo que al primer problema que se nos presente interrumpir sus vacaciones, además Jacob está ayudando. - Está bien, yo ayudaré en todo lo que pueda, se lo prometí a Gabriel. -Cuando nos iremos papá? -Hoy en la noche, para que puedan estar allí mañana en la mañana, desayunan que Gabriel firme y se regresan, si hacen todo tal y como les digo mañana en la noche estarán aquí de vuelta. -Esta bien, prepararé unas cosas y estaré listo para salir de aquí a las seis. -Yo igual, voy a mi habitación, cualquier cosa pueden buscarme allá, Ziara me espera. Se despidió y salió de la oficina. Subió las escaleras hasta su habitación, abrió la puerta pero Ziara no estaba, entró al baño y tampoco, no se preocupó porque lo más seguro es que se fuera aburri
Luego de un día y una noche entera durmiendo, Alana abrió sus ojos. No sabía lo que había pasado lo último que recordaba era que se estaba bañando en la tina. Y de pronto ese dolor de cabeza se intensificó más y más lo tenía desde que estaba en el bosque. Era raro, ella no era de enfermarse mucho. Se levantó poco a poco ya que su cabeza amenazó con comenzar a doler. Miró alrededor y se extraño al verse en su cama, era muy temprano, las lobas seguían dormidas. Se sentó y nuevamente un puntazo recorrió su cabeza, no entendía que había pasado, ¿Habría Sido un sueño? Lo dudaba, ella estaba segura que se estaba bañando. Se levantó para ir al baño, cuando paso a un lado de la cama de las chicas, emily sintió su presencia y se levantó de un brinco, se acercó con rapidez a ella y tomó el rostro de la loba en sus manos. -Alana. Exclamó con mucha euforia. -Alana, ¿estás bien? Le preguntó Anabel también se despertó y entre las dos lobas la sentaron en la cama, -Alana, que bueno que es
Alian y Gabriel se bajaron del bus que los llevó hasta Healy, hacía un frío atroz ese día. -Tengo hambre. Expresó Jacob mientras miraba su alrededor -Yo también, pero agradezco el haber dormido bien, debió ser el frío. Buscaré la dirección en mi bolso, para que busquemos a Gabriel, mientras más temprano nos desocupemos, más temprano regresaremos a la manada. Busco en su bolso un pequeño papel dónde permanecía escrita la dirección donde se hospedaba Gabriel. Por lo visto era un pueblo bastante transcurrido para estás fechas. Había gente en las calles y también en los negocios. Tenía tanto sin venir, de verdad que no se estaba encargando de los asuntos de la manada como debía. Unas chicas pasaron cerca de ellos, murmurando y sonriendo entre ellas, se le quedaron viendo. Alian se sonrojó un poco -Vaya hasta aquí puedo gustarle a las chicas. Alian soltó una risa, -Agradezco que estés de buen humor, pero es obvio que me miraban a mi. -No lo creo. -Una señora pasó a su la
Existían muchas diferencias entre los hombres y los hombres lobos, pero el orgullo, no era uno de ellos, Gabriel había quedado angustiado, se sentía frustrado y atrapado porque no sabía que hacer, quería pero no quería ir, deseaba ir para saber que era lo que pasaba, pero la forma en que su corazón había dolido esa tarde que la vio con ese chico en el bosque no lo dejaba, aún dolía, su pecho quemaba sólo con recordarlo. Se sentía tan inestable mentalmente, quería gritar, quería correr, hacía tantos días que no sacaba a su lobo que sabía que en algún momento su cuerpo iba a comenzar a exigirselo y con ello llegaría el dolor. Caminaba de un lugar a otro en su habitación, el dolor en su pecho no se iba a ir tan fácilmente, no era un dolor físico que se pudiera quitar con un remedio, no, era un dolor interno, un dolor espiritual, no era su cuerpo el que dolía, era su corazón. Debía salir de allí, debía salir porque iba a enloquecer si no lo hacía, tomó su chaqueta y se la puso. Y se