Luego de un día y una noche entera durmiendo, Alana abrió sus ojos. No sabía lo que había pasado lo último que recordaba era que se estaba bañando en la tina. Y de pronto ese dolor de cabeza se intensificó más y más lo tenía desde que estaba en el bosque. Era raro, ella no era de enfermarse mucho. Se levantó poco a poco ya que su cabeza amenazó con comenzar a doler. Miró alrededor y se extraño al verse en su cama, era muy temprano, las lobas seguían dormidas. Se sentó y nuevamente un puntazo recorrió su cabeza, no entendía que había pasado, ¿Habría Sido un sueño? Lo dudaba, ella estaba segura que se estaba bañando. Se levantó para ir al baño, cuando paso a un lado de la cama de las chicas, emily sintió su presencia y se levantó de un brinco, se acercó con rapidez a ella y tomó el rostro de la loba en sus manos. -Alana. Exclamó con mucha euforia. -Alana, ¿estás bien? Le preguntó Anabel también se despertó y entre las dos lobas la sentaron en la cama, -Alana, que bueno que es
Alian y Gabriel se bajaron del bus que los llevó hasta Healy, hacía un frío atroz ese día. -Tengo hambre. Expresó Jacob mientras miraba su alrededor -Yo también, pero agradezco el haber dormido bien, debió ser el frío. Buscaré la dirección en mi bolso, para que busquemos a Gabriel, mientras más temprano nos desocupemos, más temprano regresaremos a la manada. Busco en su bolso un pequeño papel dónde permanecía escrita la dirección donde se hospedaba Gabriel. Por lo visto era un pueblo bastante transcurrido para estás fechas. Había gente en las calles y también en los negocios. Tenía tanto sin venir, de verdad que no se estaba encargando de los asuntos de la manada como debía. Unas chicas pasaron cerca de ellos, murmurando y sonriendo entre ellas, se le quedaron viendo. Alian se sonrojó un poco -Vaya hasta aquí puedo gustarle a las chicas. Alian soltó una risa, -Agradezco que estés de buen humor, pero es obvio que me miraban a mi. -No lo creo. -Una señora pasó a su la
Existían muchas diferencias entre los hombres y los hombres lobos, pero el orgullo, no era uno de ellos, Gabriel había quedado angustiado, se sentía frustrado y atrapado porque no sabía que hacer, quería pero no quería ir, deseaba ir para saber que era lo que pasaba, pero la forma en que su corazón había dolido esa tarde que la vio con ese chico en el bosque no lo dejaba, aún dolía, su pecho quemaba sólo con recordarlo. Se sentía tan inestable mentalmente, quería gritar, quería correr, hacía tantos días que no sacaba a su lobo que sabía que en algún momento su cuerpo iba a comenzar a exigirselo y con ello llegaría el dolor. Caminaba de un lugar a otro en su habitación, el dolor en su pecho no se iba a ir tan fácilmente, no era un dolor físico que se pudiera quitar con un remedio, no, era un dolor interno, un dolor espiritual, no era su cuerpo el que dolía, era su corazón. Debía salir de allí, debía salir porque iba a enloquecer si no lo hacía, tomó su chaqueta y se la puso. Y se
Ziara se mantuvo acostada todo el día, no quería salir de su habitación, los pensamientos de la masacre, volvieron con mayor intensidad y ahora no sólo no podía bloquearlos, si no que ahora la atormentaban con más facilidad, la noche anterior no había podido dormir nada, cuando se quedaba dormida las pesadillas la abrumaban y cuando estaba despierta eran sus pensamientos. No había forma de controlar su mente, si en algún momento pudo hacerlo ahora ya era imposible. Lamentaba tanto ser una vampira, nunca creyó que algo así cruzara por su mente, tal vez si fuera una humana o una loba su relación con Alian no fuera tan difícil. Lo amaba y no podía negar que daba tanto miedo que Alian supiera lo que había hecho, no tenía perdón, lo había traicionado. Alian también la amaba y podía asegurar que la amaba desde el primer momento que la vió. Se amaban tanto, que cuando estaban juntos no existía nada más, su mundo se detenía, todo desaparecía, todo a su alrededor perdía valor cuando se tra
Ese día Alana preguntó por Alian y Jacob, se sintió confundida ya que habían sido los únicos que no habían ido a visitarla, Matt llegó ese día de su viaje y estuvo un rato en su habitación con las chicas. - Están de viaje a Healy. Respondió emily, Seguro vendrán a verte en lo que lleguen, deben llegar antes de que anochezca, eso dijo el Alfa - Están con Gabriel? Preguntó girando su cabeza hacia otro lado, no supo porqué, pero pronunciar su nombre le dejo un mal sabor de boca. - Si, iban a comer con el, creo que a llevarle unos papeles y regresarían. Algo así me explicó Jacob. - Mmm, espero que vuelvan pronto. - Los chicos querian pedirle a Gabriel que se regresara, pero tú padre les dijo que no lo hicieran, los chicos lo echan de menos. No entiendo porque tú papá no quiso que le dijeran nada. - Bueno Ana, creo que él Beta está dónde quiere estar, no? No lo crees Alana? Alana permaneció uno segundos en silencio y después giro hacia ellas y respondió. - Todos, estamos d
Extrañar? Su padre había dicho extrañar? Lo dudaba, de verdad que lo dudaba. Cada uno había elegido un camino, Gabriel dejo claro que su elección no era ella. Había puesto tanta distancia tantas veces pero nunca habían llegado a ese extremo. No podía decir que lo extrañaba, ya no. Hacía mucho que no pensaba en el, apenas y recordó haberlo pensado ayer y ese día. La mayoría de las veces había otras cosas que ocupaban su mente, algunas podía decir que ni las recordaba. Todo había cambiado tanto, que ni ella sentía que era la misma Cada quien se fue a su habitación, las chicas esa noche se iban a quedar cada una con su lobo, a Alana no le molestó en absoluto, pero si sintió envidia. Envidiaba no tener un compañero a su lado. Para ellas fue tan fácil conseguirlo de hecho y técnicamente ella le había traído el compañero a Emily. Si sonó egoísta y es que así se sentía. Todos parecían felices excepto ella. Las lobas quedaron en que llegarían al día siguiente temprano para hacer las ma
El viaje comenzó, ese día eran los únicos, nadie más del pueblo iba a salir a Healy ese día, las parejas de lobos escogieron sus asientos juntos, Alana prefirió alejarse de las dos parejas y se fue hasta la parte final del bus. Estaba nevando, todos esos días lo había hecho, pero suave, aunque ese día en particular había mucha brisa. El movimiento del carro la hizo sumergirse rápidamente en un profundo sueño, dónde se encontró nuevamente a la loba blanca, sus ojos centelleaban con el cambio de color, su destello era más fuerte, más grande, más llamativo. Alana miraba sus ojos, embelesada, como si el simple hecho de mirarlos la atrajera, la hipnotizara. La mujer en sus sueños , hizo el mismo gesto que cuando estuvo en la casa, agachó su cabeza buscándola a ella, Alana se acercó a la loba y la imitó. La corriente que salió de la loba esta vez no sólo se podía sentir, podía verla, una corriente blanca, salir de su cabeza y entrar en la de ella. Era mágico, no dolía, aunque si era b
Debía ser una broma,cómo ellos fueron a parar al mismo hotel que Gabriel? Ahhh, será que su papá así lo había platicado, o fueron los chicos? Fue ese momento en que cayó en cuenta, que justo Jacob había estado en Healy hace un día, quiso gritar pero se controlo. Respiró con toda la calma que el momento podia brindarle, se habló a si misma - Lo superamos Alana, ya lo superamos, puede que sea incómodo, pero sólo serán dos días. Una voz que le pareció muy molesta la saco de sus pensamientos - Gabriel? La habitación de Gabriel sólo tiene una cama. Claro, tiene un sofá a diferencia de la habitación que queda. - Bueno, no creo que haya problema con Gabriel, estoy seguro que si aceptará que nos quedemos con el. - De ser así, iré a buscarlo. Alana notó la forma tan familiar en la que se refería al lobo y la verdad fue que no le agradó. La chica subió las escaleras bajo la mirada de todos, hasta que ya no se pudo ver. La loba sintió como le sudaban las manos y comenzaban a tembla