Capítulo 41

La reunión terminó, Lebrant no podía estarse quieto, su instinto asesino estaba fluyendo por sus venas, no quería cometer un error como en el pasado, así que se acercó a Santoro.

— ¿Necesitas con vida a tu amigo?

— ¿Qué?

— Lo que escuchaste – lo miró. – Respeto lo que haces, pero no soportare aquí viéndolo a él, ¿lo necesitas con vida?

Enzo sonrió, a decir verdad lo necesitaba con vida, pero su curiosidad era más grande y quería saber cómo actuaría el sanguinario hombre que él conoció.

— ¿Qué quieres que haga?

— Solo agachate.

— ¿En serio?

— Dije que te agaches.

Metió la mano en su saco y sacó un arma dando tiros limpios en las personas, los niños comenzaron a llorar. Lebrant no se quedaría en paz con eso, tomó dos cuchillos y se acercó sólo para apuñalar repetidamente los cuerpos de los hombres.

La imagen de Lebrant cubierto de sangre con una sonrisa aterradora hizo que los niños llorarán aún más.

— Este tipo está demente – sonrió Enzo al ver la masacre que había creado en solo un
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