Victore estaba pálido. Era un lobo manipulador y por naturaleza solía tener todo planeado, por lo que su secreto mejor guardado fuera descubierto no estaba entre sus planes. Su diversión con Kier se había estropeado y ahora estaba seguro que sería rechazado por haberle hecho todo aquello sin su consentimiento. Estaba cociente de los sentimientos del lobo por él, más no tenía la confianza para tener una relación estable y menos ser su compañero.Primero, porque eran dos machos y unos cualesquiera, y segundo, porque su prioridad era la manada, no sus relaciones amorosas. Podían jugar todo lo que quisieran, hasta ahí. Pero demonios, había momentos en los que él ansiaba ser sostenido con cariño en un abrazo cálido y protector y que le dijeran palabras que le hicieran palpitar el corazón.-Kier, yo…- su voz lo traicionó.-Respóndeme Victore. ¿Nosotros hemos tenido sexo?A esa altura y por como brillaban los ojos del lobo que no estaba buscando una respuesta a su pregunta, sino más una conf
Kier lo miró con sus pupilas dilatadas y su mano se desplazó por encima de la espalda de Victore en un intento de relajar los músculos tensos en esta, colándose por debajo de su ropa. La piel del lobo estaba caliente bajo su palma.-La primera vez que tuvimos sexo los dos estábamos borrachos como dijiste, pero sabes que mi tolerancia es muy alta. Yo estuve consciente de todo, aunque mi instinto era el que mandaba y lo dejé correr- soltó un respiro sintiendo como el cuerpo de su pareja se estremecía bajo sus dedos- AL otro día actuaste como si nada hubiera pasado, ni siquiera tocaste el tema por lo que fingí haberlo olvidado. No pensé que usarías eso como método para tener sexo conmigo después, mas no me negué.Victore se sacudió, sin embargo, no puso soltarse. Las manos de Kier eran grandes y lo tenían en su lugar.-¿Por qué nunca me dijiste nada? Sabes lo desesperado que me estado sintiendo. Lo culpable a tener sexo contigo y que fuera de esa forma- casi le gritó.-Sabes que no hablo
-Aidan- escuchó su nombre en cabeza.El lobo cerró sus ojos y se encontró apartando todo a un lado y solo concentrándose en esa voz.-Dime madre- tanto su cuerpo como el de su madre se proyectó uno frente a otro.-¿Estás seguro de lo que vas a hacer?- la voz de Lukyan era preocupada aun con su porte firme de siempre.El lobo menor asintió con la cabeza.-No puedo dejar a Lucian solo- se pasó la mano por la nuca- Es mi compañero.Lukyan lo comprendía.-En eso eres igual a mí, hijo- sonrió de lado- Incluso cuando estaba al borde de la muerte prioricé a mis seres queridos en vez de mi bienestar- recordó cuando casi muere congelado en la nieve después de escapar de Sylas, y él solo le preocupaba que el antídoto contra el veneno que atacaba a su esposo e hijo llegara a ellos en el momento indicado.-Siempre me dicen que solo me parezco a ti en apariencia, algo de tu carácter debo haber heredado- Aidan sonrió suavemente.-Eres más parecido a mí de lo que te imaginas- después de todo las dos
Él se separó y sus orbes plateados eran tan cristalinos que resultaba imposible dejarlos de apreciar.-¿Cómo está el resto?Victore agarró la mano de su lobo sintiendo que este necesitaba apoyo emocional.-Todos se están recuperando bastante bien. Ya Ellar, el hermano de Lucian está despertando por momentos, pero está muy aturdido, y Antoin y su hermano fueron desplazados a una zona cómoda aún bajo vigilancia, aunque no recuerdan absolutamente nada.Aidan asintió con la cabeza. Era un alivio que los que se habían visto involucrado con Ryan ya se estaban recuperando. No sería un proceso fácil, pero podrían superarlo.-En ese caso a mí me toca actuar ahora- él les dio una última sonrisa sincera para caminar en dirección a la puerta cuando se detuvo y los miró por encima del hombro- Y cuando vuelva como su reina, si tú Kier, no has hecho tu compañero a Victore, te lo ordenaré.Y no jugaba con eso. Kier bajó la cabeza, avergonzado por aquello mientras Victore estallaba en una carcajada.-
Soltó la boca de Lucian y se desplazó para lamer el cuello de él y rozar la piel con sus colmillos. Podía sentir las venas de esta palpitando mientras su cadera hacia ligeras embestidas contra él. No llevaba ropa interior así que lo único que los separaba era la tela del pantalón que ahora llevaba puesto y esta tenía una mancha húmeda, no supo de cuál de los dos.-Lucian- él gimió ante la fricción sobre su agujero aún muy sensible de la relación pasada. Su cuerpo estaba demasiado sensible, y era como si el calor lo devorara por dentro. Dios deseaba la lengua de Lucian sobre él. Que se lo comiera completo, que lo tocara y que lo volviera loco. Si, tenía libre albedrío ahora para hacer con él lo que deseara, pero tener las manos de Lucian sobre su piel era inigualable. Y soltarlo no era una opción. Podía tener a su lobo ahora mismo en la palma de su mano, pero dejarlo suelto, con lo temperamental que era, estaba fuera de discusión.Pero… el interior de él palpitaba tanto que lo estaba v
Mantener la cordura mientras tenía sexo con su lobo y estar rodeado de sus fuertes feromonas de alfa, no era nada fácil para Aidan. En ese momento estaba utilizando toda su fuerza de voluntad y usando todas las técnicas aprendidas en el pasado para no concentrarse en la sensación dentro de su abdomen y si en lo que su cabeza debía tener prioridad.Pero no era fácil, no era fácil.El maldito de Lucian se la estaba poniendo sumamente difícil. Alzando su cadera hasta penetrarlo completamente y hacerlo sentir lleno a un punto en el que él tenía que morder su hombro para no gritar. Las uñas de él se enterraban en su espalda.Aun así, él resistía, porque sabía que después tendría tiempo para atender a su lobo y disfrutar con él. Ahora solo necesitaba un poco más de él. Su mente cedía ya tanto que estaba seguro que lo lograría. Por lo que tuvo que dar el último empujón. Y aunque quisiera prolongar la deliciosa sensación dentro de él, dejó salir una fuerte ráfaga de feromonas contra el lobo,
Lucian jadeó cayendo de rodillas sobre la tierra aplastando una buena cantidad de flores blancas. Qué irónico que estuviera luchado en el mismo lugar donde había visto a Aidan por primera vez en su conciencia y lo había declarado como suyo*. Su cuerpo entero, su piel estaba llena de heridas por todos lados. Algunas tan profundas que llegaban al hueso. Y aun así obligaba a su cuerpo a moverse. La única satisfacción era que su enemigo estaba en el mismo estado.Para ese momento, después de tantos mordiscos, incluso él sin estar en su forma animal, arañazos, golpes y demás, Ryan y él estaban en un punto muerto… y todo amenazaba con seguir de igual forma.Eso no era nada bueno. Sabía que su lobo buscaría una forma de entrar en él y ayudarlo. Y podía ser todo menos eso. Lo mantendría lo más alejado de Ryan que pudiera. Pero no estaba siendo nada fácil.Había perdido la percepción de cuando llevaba luchando. Estaba agotado y aunque todo ocurriera dentro de él se sentía tan real, así como el
Así que Ryan se preparó para atacar cuando una línea de fuego se cruzó delante de él y retrocedió un paso. Al alzar la cabeza encontró que Aidan había dejado a sus dos lobos en lo suyo y estaba centrado en él. La imagen que vio le fue tan familiar que lo llevó a aquel momento donde había luchado contra la misma Lukyan. Era la viva imagen de él, hasta los mismos ojos, solo que su esencia… era mucho más fuerte.-No le harás nada a mi lobo, Ryan- la sonrisa en el rostro de él se había desvanecido. Cada uno de sus brazos comenzaba a llenarse con una bruma de diferente color y diversos hilos escarlatas y plateados respectivamente se desplazaban sobre la piel de ellos. Los ojos del lobo brillaron y su cabello se removió. Él esta vez iba en serio. Y ahora que no estaba en su cuerpo no tenía nada que lo limitara… podría usar su poder sin limitantes.Lucian y su lobo sintieron la presión y el cambio en el ambiente alrededor de ellos. Y tragaron en seco al ver a Aidan, realmente era intimidante