POV ANDREA
Esto no puede estar pasando, la pesadilla sigue. No entiendo, ¿Qué es lo que estoy pagando?
Se llevaron a Fabio a quirófano hace más de una hora y aún no sabemos nada de él. Lo único que nos dijo una enfermera, fue que tenía una hemorragia interna y que por eso no nos dimos cuenta del estado grave en el que se encontraba.
Mi hijo no se puede quedar sin su padre, era en lo único en lo que pensaba en esos momentos. Esos pensamientos me recordaron algo, la mamá de Fabio aún no sabe todo lo que está ocurriendo.
<POV EMILYYa Andrea está más relajada. Los medicamentos que le inyectaron están haciendo su trabajo y yo me siento agotada. Me urge relajarme también, necesito a mi subyugado para sentirme mejor.Lo sé, lo sé, no me juzguen. Estoy consciente de que soy una enferma, pero no lo puedo evitar. Hace mucho que no puedo. Además, él es mi mejor medicina y más en estos momentos. Lamentablemente, sé que no podrá ser, así que tendré que conformarme con un café, espero que la cafeína me levante.Así que sin más salgo a una cafetería justo frente al hospital, lo que sirven aquí es una reverenda m1erda.Avanzo y justo antes de cruzar la calle, veo que el auto de Alonso va llegando, pero eso no es lo que verdaderamente llama mi atención, sino la peliteñida que va de copiloto.En ese momento me olvidé de mi dosis de cafeína y regresé tras el coche. Aparcan y salen dirigiéndose dentro del nosocomio. No logro alcanzarlos, este estacionamiento es bastante amplio.Alonso se adelanta y se queda hablando c
POV ANDREA—Y bien... —insistí.—Pues sí, si es esa tipa. Me imagino que llegó con Alonso porque él la conoce, él le recomendó. No he mirado ya nada extraño entre Fabio y ella en todo este tiempo, tal vez lo aluciné —me dijo, pero no le creo ni la mitad, no sabe mentir.—Ah, y ¿es por eso que no la soportas? —la cara que hizo es un poema. ¡Bingo! Es totalmente transparente, esta mujer no sabe esconder nada frente a mí.Pude notar que se la quería tragar en el instante que llegaron y se plantaron frente a nosotros. También vi que quería sacarla de los pelos, sin importarle quién la viera o las consecuencias que tuviera.Y en este momento no puede ni tomar aire normalmente, no me está diciendo toda la verdad, la pregunta es… ¿Por qué?—¡Ya pues… no me hostigues! Es cierto que aborrezco a esa put@ de mierd@. La detesto, ¡ggrrrrr! —y ahí estaba, la Emily que conozco, explosiva y mal hablada.—Te escucho…—Esa idiot@ trata de humillarme todo el tiempo. Siempre está diciendo cosas en doble
POV FABIOComencé a escuchar voces, unas voces muy lejanas, apenas audibles. Las reconocía perfectamente, las dos mujeres de mi vida.Me removía, pero no podía abrir los ojos y hablar mucho menos. Sentía un dolor punzante y con mucho ardor en mi costado, justo donde recibí la herida.Después de unos minutos, escuche más voces, al parecer del médico. El dolor fue cesando hasta que ya no dolió más, todo se volvió tranquilidad y oscuridad nuevamente.No sé cuánto tiempo pasó, no tengo noción de él en esta situación, ahora comenzaba a estar más lúcido. Podía sentir una pequeña mano sosteniendo la mía y otra acariciando mi cabeza, era la sensación más agradable que pudiera existir.—Si sigues haciendo eso, me vas a dejar pelón —reconocería esas manitos en donde fuera.—¡Despertaste! Se acercó y me dio un beso —extrañaba tanto sus labios —¡Despertó!No sabía a quién le estaba avisando, hasta que, del otro lado de la habitación, pude ver como mi madre se incorporaba de un sillón y se acercab
POV ANDREALas palabras de Fabio me habían dejado pensando, Sé muy bien que necesito esa ayuda y no de ahora, desde hace mucho debí tomar terapia para mejorar muchos aspectos de mi vida.—Dame tiempo, no será mucho, solo quiero estar tranquila y sin tener que salir por lo menos esta semana —me daba miedo que al salir pudiera encontrarme a Óscar, aunque sé que está tras las rejas, es inevitable sentir ese miedo.—Todo el tiempo que necesites princesa —me dio un beso tierno y me apretó nuevamente con su brazo acercándome más a él.—Además, no podemos salir del país, hasta que pase el juicio de Óscar y no sabemos cuándo vaya a ser eso —no quería verlo, pero tendría que hacerlo.El solo hecho de pasar a ratificar la declaración y firmar me causó ansiedad, no sé qué vaya a sentir cuando lo vuelva a ver en el juicio.—Tienes razón, aunque si por mí fuera, mañana mismo te tomaría de la mano y te llevaría a donde tú quisieras ir —yo solo quiero estar aquí acurrucaditos.—Vamos paso a paso, ad
POV FABIOEntrar a mi segundo lugar favorito después de tantos días, era realmente gratificante, el primero es al lado de mi princesa. Me sentía tan, pero tan bien, aspirar el aroma a albahaca mezclado con tomate recién cocido, era de los mejores aromas que puedan existir en el mundo.Ver a los comensales disfrutar cada platillo con los gestos de satisfacción es de lo mejor. Los meseros, atendiendo con amabilidad y gusto, ver que, gracias al esfuerzo de todos, esto está de pie, al igual que yo.Entramos por la parte frontal como cualquier cliente, mi princesa me arrastró hasta su mesa favorita, yo quería ir directo a la cocina, pero no me lo permitió.—Ni lo sueñes, el médico dijo que aún no puedes estar en el calor, mucho menos cerca del fuego y conociéndote, no vas a poder contener las ganas de acercarte a la estufa —así, sin más me regañó y me sentó para luego hacer lo mismo frente a mí.—Yo solo…—¡Ssshhh! Ni siquiera intentes convencerme de que te deje ir — ¿acaso acaba de chitar
POV ANDREATenía las manos sudadas, no lo podía evitar, me encontraba frente al consultorio de la terapeuta. Cuando bajé del auto estaba decidida a entrar, pero justo para cruzar la puerta me sentí asfixiada. No sabía si podría hablar con alguien más de todo lo que me ha pasado. Retomé las clases como lo tenía previsto, me esforzaba más que antes, necesitaba recuperar lo perdido.Los profesores fueron benevolentes, me permitieron hacer los trabajos de las semanas en las que estuve ausente, así que no los defraudaría.Ya Fabio cada día está mejor, ya está desesperado por regresar a cocinar, pero aún no debe de hacerlo. El viernes tenemos cita para ver a frijolito, estamos muy ansiosos y Rosy ya nos advirtió que ella también irá.Estaba demasiado concentrada en mi trabajo, sentada frente a la laptop, cuando sentí unas manos pasar por mi cintura y el rostro de Fabio besando el hueco de mi cuello.—Ya descansa un poco, no quiero que te enfermes —seguía repartiendo besos por mi cuello y clavícula.—Ya solo término este trabajo, lo 72 UN TRABAJO
POV FABIOYa me sentía muchísimo mejor, pero mis carceleras aún no me dejaban cocinar, solo me dejaban cortar vegetales o hacer el agua fresca. Las amo, pero me están empezando a desesperar.Nos dirigimos al hospital, donde Andrea tiene la cita con la obstetra, y yo aprovecharé para preguntarle al médico si ya puedo volver a mis actividades normales o si aún me va a tener castigado.No pasaron ni diez minutos de que estábamos en la sala de espera. Cuando ya era nuestro turno, pasamos y como ya sabíamos la rutina, Andrea fue, se colocó una bata y se subió a la camilla cerca del aparato de ultrasonido.—¿Cómo te has sentido? —le preguntó la doctora.—Bien, en lo que cabe, aún tengo náuseas matutinas, pero solo he vuelto el estómago un par de veces en todas estas semanas —la doctora solo asintió, mientras seguía preparando el aparato.—Qué bueno. Poco a poco desaparecerán por completo. Ahora, descubre tu abdomen por favor —ambas acomodaron la sábana y la bata para dejar al descubierto so