Bárbara.
Miro la puerta de la habitación de Milán, toco mis labios y suspiro resignada por haberme dejado llevar por las ganas que aun le tengo a ese ser, entro al elevador, presionando el botón de mi piso, se abre las puertas y salgo, camino hasta la habitación, abro la puerta entro y cierro.
Me quito mis tacones mirando como duermen los chicos en una cama, camino a mi cama y me siento pensando que hubiera pasado si le dijera que tiene hijos...
Me acuesto mirando el techo pensando si había sido cobarde o estuvo mal de mi parte haberme ido asi cuando me invitó a cenar.
Salia del hotel con Milán, había dudado un poco antes de salir con él, en cuanto llegamos al restaurant donde hablaríamos con calma Daniel me llama diciendo que los chicos no querían abrirle la puerta y preguntaba el por qué no estaba ahí,
Miércoles, 11, Julio, 2029.Milán.La puerta de la oficina es tocada, levanto la mirada de la computadora para ver a Miranda que entraba a entregarme una carpeta la cual tenia grabado "Contrato de Matrimonio", la castaña se va cerrando la puerta sin decir nada, me echo hacia atrás en la silla mirando la carpeta azul, recordando que no me he encontrado con Bárbara desde el viaje a Italia, desde que me dejó en la habitación luego de pedirme que no me cruzará mas por su camino.Me pregunto que estará haciendo y en que momento nos volveremos a cruzar, no he recurrido a un detective por respetar su privacidad pero ahora es de vida o muerte, Carlos me escribió que Andrew le había llamado por la herencia, al leer eso terminé lanzando el nuevo teléfono al piso, por suerte tenia otra nuevo en el cajón del escritorio, llamo
Lunes, 16, Julio, 2029.Bárbara.Camino de un lado a otro mirando la carpeta del contrato que me dio Milán el viernes en la casa de George, no sabía que el doctor que fue el pediatra por 8 años de los chicos fuera amigo de él y sus otros amigos, si hubiera sabido no hubiera ido, pero verlo ahí me emocione sin razón alguna.
Milán.Bárbara ha firmado el contrato.Dios mío, Bárbara ha firmado su condena, me siento feliz.El momento en que me llamó supe que había firmado el contrato, solo era cuestión de días que lo pensara y eso me quita un peso de encima al menos, fui a buscarla a la casa de aquella mujer que es su supuesta amiga, Bar apenas verme me lanzó el contrato contra el pecho confirmándome que había firmado por fin, la semana iniciaba muy bien para mi buena suerte.Tenía suerte de que ya tenía arreglado dos cuartos, apenas los chicos entraron a ver sus habitaciones se alegraron y eso se sintió bien, tenía que ganarme primero a los chicos para luego ganarme a su madre, ese era mi siguiente paso.Una vez que pasamos la tarde comiendo helados me di cuenta de muchas cosas, por primera vez sentí que encajaba con ellos, sentí
Bárbara.Un mes ha pasado desde que empecé a vivir en la mansión De Luca.Un mes ha pasado desde la pregunta de mis chicos.Un mes de muchos cambios para mi vida y la vida de los gemelos.Cuando regresamos de comer helado esa tarde Cole se encontraba extraño y apenas llegamos a la mansión lo seguí para hablar con él.— Cole… ¿Qué pasa? — pregunto viendo como entra a su cuarto, Thomas me sigue y cierro la puerta al estar los tres en la habitación hecha para Cole.— Te tengo una pregunta…¿Es nuestro padre? — suelta su pregunta dejándome sin saber cómo responderle a un niño de 10 años.Thomas me mira esperando la respuesta, sé que siempre quisieron saber por su padre pero pronto cumplirán 11 años, luego 12 y se harán todos un
Milán.— Aun no han llegado la colección, señor — me detengo al escuchar hablar a Miranda, la observo pensando en que la escuche mal, pero niega — Lo que escuchaste, señor Milán, la colección no ha llegado aún…— Llama a la fábrica, el desfile es mañana, se supone que toda la colección tenía que llegar hoy — hablo a punto de estallar, ya era 30 de agosto, mañana era el primer desfile después de la muerte de mi abuelo, no podía fallar como el siguiente en tomar a mando su empresa.— ¿Qué ha pasado, Milán, donde está la colección? Quiero saber — Gloria, una de los dos mejores diseñadores de la empresa y yo también soy diseñador, simplemente no he sacado mis bocetos a lucir por simple miedo.Suspiro pensando en que le puedo decir.&mda
Milán.Jueves, 20, Septiembre, 2029.Tomo las llaves de la camioneta y la llave del apartamento, la noche anterior mi abuela me echó de la mansión diciendo que tenía que pasar mi última noche de soltero con mis amigos pero apenas entre al apartamento me dormí y pues también se molestó cuando le dije que no nos casaríamos por la iglesia sino por civil y ahí estoy yo yendo al registro civil a casarme con la mujer que quiero para mi vida aunque todo esto se vea como una farsa total.Tenía que pasar a buscar a mi abuela y a mi dama de honor y como no tenía planeada ninguna, elegí a Miranda y Bar eligió a George con la excusa barata de que lleva más tiempo conociéndolo pero al menos ya teníamos a
Milán.La lista que habíamos organizado entre Bar, los chicos y yo era muy diferente a la que lista que organizamos anoche.— ¿Estas segura de que este es la lista que hicimos anoche? — me mira y luego mira a los gemelos sentados en los sofás de la sala de espera del hotel.— Creo que fueron ellos — los miro y asiento — Aun no esta tan mal su lista — observo lo primero de la lista que vendría siendo conocer el arco del triunfo, de ahí lo segundo la torre Eiffel.— Bueno, ya llegó el carro, vamos y disfrutemos lo mejor posible — asiente y se acerca a los chicos para ir pasear por todos los lugares hasta que de la hora de la cena.Se levantan y caminamos hacia el carro, el mismo carro que nos recogió en el aeropuerto, el chofer cuyo nombre le pon
Milán.Septiembre se ha ido por la puerta trasera y octubre entra por la puerta delantera, puedo sentir el frío del otoño y las calabazas con el naranja de las hojas de los árboles quedan bien.No nos pongamos sentimentales, siento que me dará algún nervio al saber que me nombrarán como presidente de la empresa de mi fallecido abuelo.Pero le cuento algo, cuando regrese de mi luna de miel en familia, tuve que reunirme con la junta directiva para hablar sobre los posibles negocios con Álvaro Duncan, el diseñador ruso y que yo no quería la junta le pareció una idea maravillosa para ser más reconocido en la industria de la moda europea y claro poder llegar a tierras americanas.Y como vi que le gustaba eso, me vi en la obligación de aceptar el negocio y pedir un contrato exclusivo para &Aacu