Blake
Discutíamos un caso importante mientras regresabamos a la ciudad, nos había tomado alrededor de 4 horas regresar a la Capital, lo que en realidad era demasiado. Hubiese sido muchísimo más rápido solo ir volando, pero habíamos decidido evitar el uso de nuestros poderes a menos que sea estrictamente necesario. Especialmente, porque no podíamos dejar que nuestra existencia sea revelada. Por ahora, no era necesario que nos escondieramos de los de nuestra especie, pero nos quedaban solo alrededor de 3 años, sin convertirnos en completas parias. Las reglas en nuestro mundo se habían vuelto algo estrictas, habíamos quebrado un par de reglas, razón por la que habíamos terminado en la tierra, pero seguíamos vivos.
Sentí el peligro un segundo antes de que
Habían pasado 36 horas sin saber de la pequeña, lo que era normal, ya que éramos prácticamente desconocidos, pero quería saber si estaba bien, si es que los tipos habían vuelto y si es que recordaba algo. Sin embargo, mantuve bajo control mis impulsos de ir a su casa, ya que era lo único que sabía de ella con certeza. No había sido fácil, pero Stefan me había dicho que debería mantenerme lejos de ella, al menos si quería que estuviese a salvo. Su inmunidad a nuestras habilidades a excepción de algunas la hacían peligrosa a pesar de ser una simple humana, sin mencionar, que podría ser confundida por un mestizo y si ese es el caso, su vida estaría en peligro.Terminé de firmar un par de papeles y me dirigí a la cafetería que se encontraba frente a la entrada del ed
CharlotteLlegué a casa exhausta por el día tan ajetreado que había tenido. Literalmente, no había descansado desde que me levanté. Me apresuré a tomar una ducha, muy pronto Blake estaría aquí. Cuando salí del baño, el timbre de la casa sonó. Una sensación de nervios pasó por mi abdomen cuando bajé la mirada y vi la toalla rodeando mi cuerpo. Recordé lo que Blake había dicho, el día que estabamos viendo la película, definitivamente no era buena idea abrirle así, aunque me tentaba saber cuánto control tenía.—Charlotte—gritó Blake desde afuera, haciéndome pegar un pequeño salto.—Entra—grite, mien
Me levanté y vi a Katie llena de sangre con un cuchillo clavado en el estómago. Empecé a llorar y a gritar, pero en seguida alguien tapó mi boca con una mano. Por el rabillo de mi ojo pude ver a Blake.—Calla, pequeña. Solo un momento. Calma—dijo en mi oído. El miedo me inundó e intenté escapar de su agarre, lágrimas caían por mi cara. Kate a mi lado era la prueba de que él sí era un asesino.—Suéltame, por favor—rogué, mientras las lágrimas caían por mi cara. Mis miedos confirmados hacían que me doliera cada parte de mi cuerpo. Un fuerte estruendo proveniente de la sala de estar, llamó mi atención haciéndome callar por un momento.Un su
El sonido del ascensor llamó nuestra atención, abrí los ojos y Blake estaba en una de las esquinas con su mirada puesta en las puertas, las cuales empezaban a abrirse. Vergüenza empezó a surgir en mí justo cuando un grupo de personas se aglutinaron en nuestra dirección para comprobar nuestro estado.—Tienes la cara algo roja y tus ojos también, ¿estuviste llorando?—preguntó una de las personas. Asentí y mirando a Blake que ahora me miraba expectante, añadí—: No me van bien los espacios cerrados. Entré en pánico cuando el ascensor paró y no pude evitar llorar, aparte hacía algo de calor ahí dentro.La persona que preguntó pareció entender ya que una sonrisa de lástima cruz&oac
En ningún momento pude haber predecido que al final iba a terminar besándome, estaba segura de que iba a ser yo quien lo besaría primero, de hecho, si por mi fuera lo habría besado el día que lo conocí. El shock se esfumó en el momento en el que las olas de electricidad empezaron a recorrer mi cuerpo, empezando desde nuestros labios. Abrí los ojos como platos al sentir lo placentero que se sentía tener sus labios sobre los míos y la corriente recorrer mi cuerpo. Se alejó de mí por un momento. Entonces fui yo la que decidió continuar. Cerré los ojos y me acerqué a él, dejándome llevar por el mar de sensaciones que se abrían paso dentro de mí, abrí mis labios para permitir que su lengua entrara en mi boca, perdiendo el poco control que tenía cuando nuestras lenguas se encontraron. Su lengua bailaba con la m&i
Regresé a la casa exhausta por las clases y todas las emociones del día. Había tenido muy presente a Blake en mi mente, lo que había sido tortuoso, ya que sabía que no estaría aquí esta noche. Es increible, cuanto los sentimientos de una persona podía cambiar con solo una semana de haber conocido a otra. Cuando me quité la ropa y me vi en el espejo, noté que mi collar estaba más negro que ayer. Esto empezaba a preocuparme y ni siquiera tenía el número de Blake para comunicarme con él y así evitar hablar directamente.—Deja de pensar Charlotte y vete a dormir de una vez por todas.Tomé una ducha, cogí unos shorts y un top y me metí en la cama, esperaba que mis sueños hoy tuviesen piedad de mí y me d
BLAKE—No siempre es así—murmuré. Sabía que solo era admiración lo que ella sentía, pero también sabía que lo encontraba atractivo, por lo que se hizo imposible no decir algo, cuando ella lo regresó a ver, ignorándome por completo. Se retiró de la oficina, sin siquiera verme. Sentía mi orgullo herido.—Sé por qué te interesa tanto—dijo Stefan, mientras me miraba desde el escritorio.—Ya no se trata solo de eso—respondí, levantándome del sillón para ir a la oficina de Charlotte.Escuché que sus pasos se acercaban a la puerta por lo que decidí esperar fuera.
¿Cómo me sentía? No estaba segura de cómo responder a esa pregunta, ya que lo desconocía. Sabía que él me gustaba y me atraía como nunca nadie en el pasado lo había hecho. Me gusta estar alrededor de él, conversar, reír, ver películas. Su manera de ser, es lo mejor. Puede ser tan dulce y al mismo tiempo puede llegar a ser tan insufrible, que se me hace imposible odiarlo con tal combinación.Sin embargo, después de todo lo que ha pasado, ahora de lo que más dudaba era de si merecía a este sujeto que tenía enfrente. Me había salvado la vida en dos ocasiones y lo que yo hice fue pensar lo peor de él cuando la oportunidad de dudar se presentó. Eso me hacía sentir como basura.—Pequeña, tranquila. No pa