Nunca había escuchado la historia de Lidia y nunca le había preguntado, a pesar de que en más de una ocasión sentía curiosidad sobre ella, y sobre su vida.
—Pero, eso no sucederá en este momento. Vamos a entrenar un poco. Creo que el ejercicio que hiciste ayer con Blake y Stefan fue muy bueno. Deberías repetirlo y tratar de usar la energía que sueles sentir salir de ti, a tu favor. Necesitas controlarla como lo hiciste ayer en la mañana y evitar a toda costa lo que hiciste en la tarde. No podemos poner a nadie en peligro. Recuérdalo.
Estaba en un lugar que desconocía. Un chico y una chica estaban frente a mí. No parecían verme, ya que mi aparición no los había inmutado. El chico sonrió y comenzó a hablar —Me preguntaba si de verdad había sentido a alguien en este lugar o solo era mi imaginación —comentó él. La chica no dijo nada. Me acerqué a ella e intenté llamar su atención para comprobar que nadie me viera, y efectivamente, nadie podía. Fue entonces, cuando noté que la chica era Lidia. Las líneas de expresión que tenía ahora, se habían desvanecido. Sus rasgos eran mucho más delicados. Su mirada, era algo inexperta y estaba llena de incertidumbre y miedo. De hecho, en este preciso momento ella estaba asustada. Esta era la escena donde Lidia se quedó enante. Lo que no me había terminado de contar.
Me preguntaba por qué Lidia nunca me había hablado de él. Era algo que estaba tratando de entender. Aunque en realidad me estaba imaginando lo peor. Sentía que algo malo había pasado, esperaba que mi presentimiento fuera incorrecto. De verdad que lo hacía.Divagué un poco por los recuerdos de Lidia. La mayoría de ellos tenían nombres que había aprendido eran de los amigos de Ethan y de Ethan. Sin embargo, de pronto de un momento a otro, el nombre de Ethan dejó de aparecer en ellos. El sentimiento que había sentido con anterioridad se hacía cada vez más presente. Me paré frente al último recuerdo que había de Ethan. Sentía miedo de abrirlo. Cerré mis ojos
—Cariño, dime por qué lloras. Respóndeme. ¿Por qué sigues llorando y no me das ni una sola respuesta? ¡Charlotte! Los nervios me están matando... —repetía Lidia. Abrí los ojos y la vi frente a mí, su cara expresaba cuán preocupada estaba. —Gracias al cielo que estás bien. ¿Qué sucedió? Solo estabas sentada ahí. Estuviste sonriendo gran parte tiempo, pero los últimos diez minutos estuviste llorando tanto y de una manera tan desconsoladora, que empecé a llamarte, pero no respondías cariño. Me quedé observando a Lidia, y recordaba cada una de las palabras que Ethan había compartido con ella. Toqué mi cara y las lágrimas aún recorrían mis mejillas. Sin embargo, no sentía que estaba llorando. No sentía absolutamente nada. Esto ya había pasado. R
No pude calmar a Blake por más que intenté. No me permitió hacerlo. Al final y sin querercaidormida. Al siguiente día cuando me desperté él no estaba acostado a mi lado. Me asusté por un momento, pero enseguida sentí sus pensamientos venir de algún lugar de la casa. Aún no me acostumbraba a la estructura de la casa. Cerré mis ojos y recordé la noche anterior. No había podido quitarle la preocupación a Blake el día de ayer. No entendía porque se estaba preocupando tanto. Nadie además de Lidia y asumo que mis padres sabían que el collar representaba también una debilidad para mí. Me levanté y luego de lavarme los dientes, salí de la habitación. Me encontré a Blake sentado en el sofá de la sala con la mirada fija en una manzana a medio comer. Suspiré y caminé en su dirección.
Lidia estaba bebiendo. Miles de recuerdos concernientes a Ethan se arremolinaban en su cabeza. Me quedé parada a su lado viendo un recuerdo en específico. Había un sujeto, no sabía quién era, pero le estaba entregando algo. Una pequeña caja. Ella la abrió y un anillo de compromiso era mostrado. Lidia cayó al suelo y rompió a llorar de nuevo. —Él quería que te entregara esto. Me lo ha ordenado. No quería hacerlo, porque sabía cuánto de dolería, pero dijo que esto te pertenecía —comenzó. Luego se arrodilló a su lado y puso su mano en su brazo, agregando —: Se cuanto te duele Lid, créeme que te entiendo porque era mi amigo, era casi mi hermano, pero ha pasado un mes. No puedes, no podemos quedarnos atascados en el pasado. Él no hubiese querido que estuvieses así. Tenemos que seguir. Lidia no paró de
Blake y Stefan llegaron poco después y comenzamos a jugar como usualmente lo estábamos haciendo. Dado que últimamente no había intentado mejorar mi fuerza en el gimnasio de la casa, no había mucha diferencia en el último entrenamiento, a excepción de la cantidad de tiempo que pude soportar la pelea sin cansarme. Estaba solo esquivando golpes y de vez en cuando intentando dar un par, y sin ningún esfuerzo.—Pequeña, ¿podrías tomarte esto en serio? Si sigues solo esquivando golpes y no intentas vencernos, esto se prolongará.Especialmenteporque no hemos podido darte ni un solo golpe —comentó Blake, notando que no le estaba poniendo el empeño suficiente.
Dejé mis pensamientos sobre Liam aparte. Ya le preguntaría a Lidia sobre eso. Le comenté que mis padres habían muerto en una pelea entre ángeles y demonios, sin mencionar que uno era ángel y el otro era demonio. Además, que mi tío tenía una hija mestizaque había muerto el mismo día. Omití también que mis poderes despertaron en ese momento, pero que debido a ese suceso Lidia, que era amiga de mi madre había sellado todos esos recuerdos, haciéndome pensar que era solo una humana. Y que había de alguna manera hecho que mi esencia fuera la de una persona. Me escuchó pacientemente y no hizo preguntas. —Verte aquí ha sido una sorpresa completa. Nunca me hubiese imaginado que fueses una mestiza. Nunca sentí nada de ti, bueno tampoco sabía sobre el otro mundo hasta hace un par de meses —coment&e
Blake se quedó parado un momento, estupefacto y procesando la noticia que acababa de darle—¿Qué? ¿Estás bien? ¿cómo? ¿Qué hiciste? —murmuró, junto con otras preguntas que no pude comprender.—En la biblioteca —respondí, sin añadir nada más.—¿Por qué estaban en la biblioteca? Pensé que habían ido a hacer compras.—Lo hicimos, pero quer&