Capítulo 42

—¿Por qué habrías de sentirte mal, cariño? —preguntó Lidia desde donde estaba. Su pregunta me sobresaltó, ya que no esperaba que me hablara en voz alta. Sonriendo, agregó —: Sin ningún problema puedo pelear contigo más tarde. 

Mi boca cayó abierta, no estaba hablando de que me sentía mal porque ella iba a pelear con él. Sino porque a Gustavo se lo veía mucho más emocionado de pelear contra ella que contra mí. Lidia lanzó una carcajada mientras me observaba,

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