En la mañana, Tyler se percata que se quedó dormida en el sofá, mientras se tomaba los tragos. Se levanta muy adolorido por la posición en la que pasó la noche, sin embargo, debe cumplir con todos los pendientes. Se dirige hacia el baño cuando escucha su teléfono sonar, así que se devuelve para contestar, se apresura cuando se da cuenta de que es Fred, quien está marcando, «ojalá haya recapacitado, no me parece justo que me manipule de esa forma. Yo lo amo, pero en este momento es Ross, la que me necesita», pensó el hombre, respiró profundo y respondió.— Aló, Fred. Me alegro de que hayas marcado, en este momento estaba pensando en llamarte —expresó Tyler con emoción.— Sí, amor, eso quiere decir que reflexionaste acerca de lo que te dije, llame porque necesito tu respuesta, por eso lo hago a esta hora. Tengo preparado un día maravilloso para nosotros, así que necesito saber, ¿qué decisión tomaste? —musito Fred, para persuadir a su pareja, solo espera que lo haya elegido a él.— Fre
Los días pasan con rapidez, Ross se ha adaptado a su nueva rutina, de estar todo el día en compañía de alguien, si no es la mujer que contrataron para que la acompañara, es Tyler quien no la desampara ni un segundo. Desafortunadamente, Ross no mejora, a pesar de asistir a consulta con el psiquiatra tres veces a la semana, simplemente va para complacer a Tyler. Es por ello que, el esfuerzo que está haciendo el médico en cada consulta no da frutos, Ross se niega a poner de su parte para salir de ese hueco, que cada vez es más grande.— Dime algo, Ross, ¿a qué le tienes miedo? —pregunta el médico para evaluar la actitud de la mujer, ella tiene algo que lo la deja avanzar y él quiere descubrir.— Tengo miedo de no volver a ver a mis hijos, en especial mi bebé, tan pequeño e indefenso y me lo dejé arrebatar —dijo entre sollozo, cada encuentro con el médico, Ross lo que hace es llorar, sin buscar una solución a lo que está viviendo, solo llora y llora.— Eso lo comprendo… pensar en que tu
— ¿Estás bien, Ross?, ¿qué haces allí sentada?, pase hace rato y te vi en ese mismo lugar, ¿te pasa algo? —preguntó Elon con inquietud al verla.— ¡Elon!, —expresó Ross con sorpresa, tenía tiempo que no lo veía, y encontrarlo en esas condiciones, no fue lo más acertado; sin embargo, le sonríe con timidez.— Sí, Ross, ¿te encuentras bien?, ¿por qué estás así? —expresa el hombre y se le acerca, cuando es interrumpido por la acompañante de ella.— Disculpe, señor, ¿Usted la conoce? —espetó a la mujer quien ya está cansada de estar allí esperando.— Claro que la conozco, ¿usted quien es? —preguntó Elon extrañado al ver el interés de la mujer.— Soy su acompañante, es que ella no puede andar sola por su condición —susurra la mujer—, estoy llamando a su esposo, pero no contesta, ¿debe estar en una reunión o algo así?, estamos esperando a ver si nos viene a buscar, la señora no se quiere mover y ya no sé qué hacer.— Si usted lo permite, las puedo llevar. De esa manera, no tienen que continu
Pasaron largo rato buscando a Ross, al ver que no aparece, Tyler decide llamar a la policía. En las condiciones en que ella se encuentra, no puede andar sola por las calles. Cuando la mujer que acompañaba a Ross se calma, comienza a hablar con ella, necesita saber lo que pasó y por qué estaban allí y no en el departamento como era su costumbre.— ¿Ya estás mejor para hablar?, necesito que me cuentes los detalles de lo que pasó aquí —expresó el hombre tratando de mantenerse tranquilo, esa es la única forma de averiguar qué fue lo que paso y de encontrar a Ross—, dime hasta el detalle más insignificante, eso puede ser de gran ayuda.— Todo esto es muy confuso, todavía no logro entender que paso, ella estaba de lo más feliz al salir del médico. Después de eso, nosotras estábamos allí, sentadas, esperando a que usted nos respondiera, cuando llegó un hombre que la señora conocía y nos iba a llevar. Cuando llegamos al vehículo, estaba su esposa con un niño y la señora Ross, comenzó a grit
Tyler ya se encontraba solo y listo para dormir, cuando escucha que le tocan el timbre, «¿quién podrá ser a esta hora?, de seguro es Ross que dejo sus llaves», pensó el hombre y se levanta rápidamente para abrir. El no quiere que se vaya de nuevo, en sus condiciones, cualquier cosa puede pasar, «menos mal decidió regresar, la calle es muy peligrosa y más para una mujer en su condición».Al abrir la puerta, su sorpresa es enorme al ver quien tocaba la puerta no era Ross, sino Elon, a quien no le importo la hora para ir.— ¿Qué haces aquí y a estas horas?, deberías estar cuidando de tu esposa y de tu hijo, aquí me basto solo para buscar a mi mujer —expresó con arrogancia.— Liz y mi hijo van a estar bien…, los deje con vigilancia especializada, además, van a estar atentos por si Ross se aparece por allá, ellos me llamarán de inmediato, nada más la detendrán y no le harán nada —dijo el hombre con un tono tembloroso y angustiado—. Necesito saber de Ross, estar atento a todo lo que pase co
Liz se encontraba insegura y sin saber que hacer, por lo que decide llamar a Anya, ya que ella es la que siempre ha planificado todo de una forma eficiente.— Aló, Anya —dijo Liz cuando le respondieron el teléfono—, la muerta de hambre reconoció al mocoso, no sé qué hacer. No tomaron muy en cuenta sus palabras, puesto que está loca, de lo contrario, ya estuviéramos presas.— ¿Cómo que reconoció al mocoso?, ¿cuándo lo vio?, ¿cómo puedes ser tan inútil?, ¿por qué dejaste ver al mocoso con la muerta de hambre? —grito Anya molesta—. Es que si yo no estoy allá todo se cae, no puede ser. Liz, en estos momentos no puedo ir, ya que tengo problemas con mi esposo, y todo gracias al tiempo que estuve en la ciudad, es por ellos que, no puedo volver en estos momentos, pero piensa bien las cosas antes de actuar, y no permitas que la muerta de hambre se vuelva acercar al infante —expresa la mujer con disgusto.— No sé qué hacer, Anya, tienes que ayudarme. Recuerda que en esto nos encontramos envuel
Después de mucho pensarlo, Elon decide ir hasta donde se encuentra su tía. Anya es la pariente más cercana que tiene y además, ella lo ha apoyado en todo momento, es por ello que, no puede dejarla sola en las circunstancias en las que se encuentra. Salieron con rapidez, por lo que no pasó mucho tiempo para llegar a donde se encontraba la mujer. Al llegar, fueron directo al hospital, puesto que la mujer seguía recluida allí, ella está buscando una enfermera que la acompañe, pero ninguna le parece lo suficientemente eficiente para estar a su lado. Es por ello que continúa sola en el hospital.— Tía, ¿te encuentras bien?, ¿qué te pasó?, ¿por qué estás en este hospital? —expresó Elon con preocupación, nunca había visto a su tía tan vulnerable. Sin embargo, no obtuvo respuesta alguna, lo que hizo Anya, fue voltearse y cerrar los ojos—, por favor tía, responde.— Anya, ¿te encuentras bien?, por favor di algo, que nos tienes preocupados —musito Liz con una expresión de sorpresa, puesto que
Anya finge estar mal, no se levanta de la cama y cada vez que Elon está presente, tiene cara de sufrimiento y dolor. Liz la apoya en todo lo que hace la mujer, haciendo creíble la actuación de Anya. Todo lo hace con la intención de que Elon se quede unos días cuidándola en su casa y de esa manera se olvide de buscar a Ross o por menos, ganar tiempo para planificar algo mejor.— Sobrino, no te preocupes por mí, la empleada se encargará de cuidarme —expresa la mujer con gestos de malestar y una voz taciturna—, ustedes deben de continuar con sus vida, ya a mí no me queda mucho tiempo, así que la puedo pasar sola.— No digas esas cosas, Anya…, ahora es que le quedan cosas por vivir. No se preocupe por nada, nosotros nos quedaremos aquí a cuidarla y además, le hacemos compañía hasta que esté mejor —expresa Liz mientras mira fijamente a Elon—, el trabajo que está realizando Elon, lo puede hacer desde aquí, lo más importante en este momento es su salud.— En eso tiene razón Liz. Nosotros n