Brooke miró con discreción el rostro sereno de Gary; le parecía tan irreal estar sentado en el mismo auto con él, ocupando un mismo espacio y no estar tirándose pedradas. ¿Las últimas semanas realmente lo habían cambiado? Consideraba que no; nadie cambiaba de manera tan drástica; sin embargo, no podía negar que la actitud de Gary era la de un hombre diferente al que conocía.—Vas a darme una idea equivocada si continúas viéndome de esa manera.Brooke apartó la mirada con rapidez al saberse descubierto, se mordió el labio y apretó sus manos. Gary giró el rostro para ver a Brooke; él recargó la cabeza contra el vidrio de la ventana y cerró los ojos. No dormía, lo sabía. Simplemente estaba evitándolo.El trayecto al hospital fue silencioso, pero no incómodo; tener a Brooke en su auto era más que suficiente para sentirse bien.—Hemos llegado, Brooke —avisó antes de estacionar el auto en el sótano del hospital. Brooke se recompuso, asintió y abrió la puerta para salir del vehículo. Gary lo
Gary apretó los puños, se levantó y tomó a Yeremi por el cuello.—Mantén tus manos y tus pensamientos lejos de él —le gruñó.La tensión que manaba de él debió bastar para que Yeremi se echara atrás con sus intenciones; sin embargo, era un amante del peligro y más que una advertencia, para él fue una invitación. Una competencia y Brooke era el premio mayor.—¿Cómo harás para evitar que piense en él o que lo busque? —lo retó.Gary lo levantó de la silla y lo lanzó hacia la puerta.—No te atrevas a cruzarte en su camino, Yeremi. En esta vida te puedo perdonar hasta la cosa más estúpida, pero jamás te perdonaré si te acercas a él.Yeremi sintió el enojo en sus entrañas, tenía deseos de contradecir a su hermano y prometerle que se quedaría con Brooke, pero no era idiota y Paul tampoco le perdonaría que echara a perder las cosas…, por el momento.—Está bien —dijo. Yeremi levantó las manos en señal de derrota—. No lo buscaré.La ira brilló en los ojos oscuros de Gary, su mandíbula es
Las manos de Gary se deslizaron por el rostro de Brooke; con la yema de sus dedos acarició la curva de su cuello, dejando un sendero ardiente sobre su piel y un cosquilleo que encendió su deseo.Brooke jadeó, su piel se erizó cuando Gary presionó sus pezones con los dedos y apretó ligeramente.—No puedo detenerme —murmuró Gary, colocando su frente sobre la frente de Brooke.Su respiración estaba agitada, Brooke podía sentir los latidos de su corazón acelerarse bajo el toque de Gary, era demasiado bueno para detenerlo.—No lo hagas, no te detengas y dame todo de ti.Gary gruñó al escucharlo, bajó sus labios y atrapó los de Brooke. Sus lenguas se encontraron y la pasión se regó como pólvora por sus cuerpos.Brooke cerró los ojos y solo se permitió sentir, cerró su mente a todo, incluso a los gritos de la razón que luchaba para evitar la tentación. Él llevó las manos a la nunca de Gary y enredó sus dedos en sus cortos cabellos, presionó sobre su cuero cabelludo y lo atrajo a él.Gary lib
«Volveré contigo.»Gary se volvió a enterrar en el interior de Brooke, le mostró todo lo que sentía por él en cada beso, en cada caricia. Lo hizo suyo hasta el amanecer y solo entonces se permitió dormir a su lado, completamente saciado.Brooke vio la sonrisa de Gary y el cuerpo le tembló. Una ligera descarga corrió por su columna vertebral e hizo que sus nalgas se contrajeran. Su pene se apretó contra la pretina de su pantalón.—Brooke, ¿has tomado nota de todo lo que te he pedido? —preguntó Gary, sentado al otro lado del escritorio. Forzándose para no saltar sobre la madera y llevar a Brooke al sofá para hacerle el amor; era una batalla que estaba a nada de perder.Brooke tragó el deseo que sentía, no podía estar pensando en acostarse con Gary cuando estaban en la oficina.—Brooke —llamó Gary de nuevo, logrando esta vez captar su atención.—¿Qué? —preguntó, acomodándose en la silla, tratando de que su erección no fuese notoria.—Te he preguntado si has tomado nota.—Eh… sí, he anota
Brooke vio a Gary acercarse con dos botellas de cerveza en mano, le tendió una, la cual aceptó.—¿Traes un minibar en la cajuela? —preguntó.Gary negó.—Claro que no, pero había pensado secuestrarte por la noche y mande que alguien se hiciera cargo de ponerlas en el auto.Brooke sonrió.—¿Lo tenías fríamente planificado?—Sí, el tiempo que paso contigo en la oficina es poco. Siempre estas corriendo de un lado a otro.—¿Y de quién crees que es la culpa? —lo acusó Brooke mientras bebía un sorbo de su cerveza.—Mía, pero no puedo hacer otra cosa, Brooke, aunque quisiera encerrarte en mi oficina.—¿Para qué? —cuestionó Brooke, sintiendo un nudo en la boca del estómago. Gary lo miraba con sed y con hambre.—Para hacerte el amor, no hay momento del día que no desee estar enterrado en tu cuerpo, Brooke.—Estás obsesionado conmigo, eso es todo, Gary. Cuando la fiebre pase, te darás cuenta de que no soy el hombre que quieres.Gary se acercó a él, tomó su mentón y lo hizo mirarlo a los ojos.—N
«Múdate, ven a vivir conmigo, Brooke»Brooke levantó la mirada de su plato para ver a Gary con un delantal delante de él, sirviéndole un poco de jugo de naranja.—Me puedo acostumbrar a eso, ¿sabes? —dijo, llevándose un poco de huevo y tocino a la boca.—No tengo ningún problema con eso, Brooke, estaré más que encantado de atender… todas tus necesidades —aseguró Gary, viendo a Brooke como si fuese un rico y delicioso desayuno.Brooke le sonrió.—¿Aún sigue en pie tu petición? —quiso saber Brooke. Luego de la propuesta de Gary para irse a vivir a su departamento, él le había hecho el amor y no le había dado tiempo a responder.—Por supuesto, cuando te lo pedí estaba en mis cinco sentidos —respondió Gary, sentándose en la silla, frente a él.Brooke se mordió el labio.—Todo esto me parece demasiado bueno para ser real, Gary.El hombre sonrió.—Pues créetelo, Brooke. Todo esto es real, yo soy real —le aseguró, tomando su mano.Brooke lo miró a los ojos y su corazón se le estrujó. Le gust
«Gary no es para ti»Brooke apretó los dientes, movió su hombro con intención de quitarse a Paul de encima; sin embargo, el hombre, pese a su edad, era un hombre entrenado para matar.—No es nadie para decidir sobre mi vida o la vida de Gary —gruñó.Paul presionó un poco más su cuerpo e inclinó la cabeza para rozarle la oreja.—Es una advertencia, Brooke, no estoy jugando…La puerta se abrió abruptamente interrumpiendo las palabras de Paul, él giró para ver a Gary caminar en su dirección.—¿Qué es lo que haces? —preguntó Gary, lanzándose sobre Paul, apartándolo de Brooke.—Te lo advertí que no quería que la historia volviera a repetirse, Gary —gruñó Paul con enojo.—No tienes derecho a meterte en mi vida ni a opinar sobre mis relaciones.—¿Qué es lo que quieres, Gary? Volver a exponerte de nuevo, ¿es qué Darío no fue suficiente?Gary se lanzó sobre Paul, lo tomó de la camisa. Sus facciones habían cambiado y su rostro parecía tallado en piedra.—No hables de Darío —vociferó.—No me dej
Gary abrió todas las gavetas que había en la oficina, revisó una y otra vez, pero no encontró lo que estaba buscando. Se mesó el cabello con frustración mientras presionaba el intercomunicador y llamaba a Brooke con urgencia. El muchacho atendió la llamada con rapidez y un minuto después, entró a la oficina, deteniéndose de golpe al darse cuenta del desastre que había.—¿Qué ha pasado? ¿Por qué todo este desorden? —preguntó, mirando a Gary sentado en la silla y con el rostro pálido.—No encuentro los documentos con el informe y los nuevos diseños —dijo.Brooke sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y su mente lo llevó meses atrás, cuando Caleb estaba en aquella misma situación. La diferencia, era que ahora no estaba involucrado de ninguna manera posible en el hecho. Así que, no podía ser lo mismo.—¿Me has escuchado, Brooke? —Gary se levantó de la silla y bordeó el escritorio haciendo que Brooke diera un paso atrás, el aura de Gary se sentía pesado y cargado de rabia.—Te he escucha