«Volveré contigo.»Gary se volvió a enterrar en el interior de Brooke, le mostró todo lo que sentía por él en cada beso, en cada caricia. Lo hizo suyo hasta el amanecer y solo entonces se permitió dormir a su lado, completamente saciado.Brooke vio la sonrisa de Gary y el cuerpo le tembló. Una ligera descarga corrió por su columna vertebral e hizo que sus nalgas se contrajeran. Su pene se apretó contra la pretina de su pantalón.—Brooke, ¿has tomado nota de todo lo que te he pedido? —preguntó Gary, sentado al otro lado del escritorio. Forzándose para no saltar sobre la madera y llevar a Brooke al sofá para hacerle el amor; era una batalla que estaba a nada de perder.Brooke tragó el deseo que sentía, no podía estar pensando en acostarse con Gary cuando estaban en la oficina.—Brooke —llamó Gary de nuevo, logrando esta vez captar su atención.—¿Qué? —preguntó, acomodándose en la silla, tratando de que su erección no fuese notoria.—Te he preguntado si has tomado nota.—Eh… sí, he anota
Brooke vio a Gary acercarse con dos botellas de cerveza en mano, le tendió una, la cual aceptó.—¿Traes un minibar en la cajuela? —preguntó.Gary negó.—Claro que no, pero había pensado secuestrarte por la noche y mande que alguien se hiciera cargo de ponerlas en el auto.Brooke sonrió.—¿Lo tenías fríamente planificado?—Sí, el tiempo que paso contigo en la oficina es poco. Siempre estas corriendo de un lado a otro.—¿Y de quién crees que es la culpa? —lo acusó Brooke mientras bebía un sorbo de su cerveza.—Mía, pero no puedo hacer otra cosa, Brooke, aunque quisiera encerrarte en mi oficina.—¿Para qué? —cuestionó Brooke, sintiendo un nudo en la boca del estómago. Gary lo miraba con sed y con hambre.—Para hacerte el amor, no hay momento del día que no desee estar enterrado en tu cuerpo, Brooke.—Estás obsesionado conmigo, eso es todo, Gary. Cuando la fiebre pase, te darás cuenta de que no soy el hombre que quieres.Gary se acercó a él, tomó su mentón y lo hizo mirarlo a los ojos.—N
«Múdate, ven a vivir conmigo, Brooke»Brooke levantó la mirada de su plato para ver a Gary con un delantal delante de él, sirviéndole un poco de jugo de naranja.—Me puedo acostumbrar a eso, ¿sabes? —dijo, llevándose un poco de huevo y tocino a la boca.—No tengo ningún problema con eso, Brooke, estaré más que encantado de atender… todas tus necesidades —aseguró Gary, viendo a Brooke como si fuese un rico y delicioso desayuno.Brooke le sonrió.—¿Aún sigue en pie tu petición? —quiso saber Brooke. Luego de la propuesta de Gary para irse a vivir a su departamento, él le había hecho el amor y no le había dado tiempo a responder.—Por supuesto, cuando te lo pedí estaba en mis cinco sentidos —respondió Gary, sentándose en la silla, frente a él.Brooke se mordió el labio.—Todo esto me parece demasiado bueno para ser real, Gary.El hombre sonrió.—Pues créetelo, Brooke. Todo esto es real, yo soy real —le aseguró, tomando su mano.Brooke lo miró a los ojos y su corazón se le estrujó. Le gust
«Gary no es para ti»Brooke apretó los dientes, movió su hombro con intención de quitarse a Paul de encima; sin embargo, el hombre, pese a su edad, era un hombre entrenado para matar.—No es nadie para decidir sobre mi vida o la vida de Gary —gruñó.Paul presionó un poco más su cuerpo e inclinó la cabeza para rozarle la oreja.—Es una advertencia, Brooke, no estoy jugando…La puerta se abrió abruptamente interrumpiendo las palabras de Paul, él giró para ver a Gary caminar en su dirección.—¿Qué es lo que haces? —preguntó Gary, lanzándose sobre Paul, apartándolo de Brooke.—Te lo advertí que no quería que la historia volviera a repetirse, Gary —gruñó Paul con enojo.—No tienes derecho a meterte en mi vida ni a opinar sobre mis relaciones.—¿Qué es lo que quieres, Gary? Volver a exponerte de nuevo, ¿es qué Darío no fue suficiente?Gary se lanzó sobre Paul, lo tomó de la camisa. Sus facciones habían cambiado y su rostro parecía tallado en piedra.—No hables de Darío —vociferó.—No me dej
Gary abrió todas las gavetas que había en la oficina, revisó una y otra vez, pero no encontró lo que estaba buscando. Se mesó el cabello con frustración mientras presionaba el intercomunicador y llamaba a Brooke con urgencia. El muchacho atendió la llamada con rapidez y un minuto después, entró a la oficina, deteniéndose de golpe al darse cuenta del desastre que había.—¿Qué ha pasado? ¿Por qué todo este desorden? —preguntó, mirando a Gary sentado en la silla y con el rostro pálido.—No encuentro los documentos con el informe y los nuevos diseños —dijo.Brooke sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y su mente lo llevó meses atrás, cuando Caleb estaba en aquella misma situación. La diferencia, era que ahora no estaba involucrado de ninguna manera posible en el hecho. Así que, no podía ser lo mismo.—¿Me has escuchado, Brooke? —Gary se levantó de la silla y bordeó el escritorio haciendo que Brooke diera un paso atrás, el aura de Gary se sentía pesado y cargado de rabia.—Te he escucha
Brooke se llevó una mano a su mentón, su labio estaba partido y sangraba. Dolía, no era el golpe, pero sí la rabia que había en él.—¡Me has mentido! ¡Me has traicionado, Brooke! —gritó Gary completamente enfurecido, lanzándose sobre Brooke de nuevo, su intención era castigarlo y herirlo. Sin embargo, él esquivó el puño de Gary y le devolvió el golpe, lanzándolo al piso.Brooke no pudo refrenar su propia ira y golpeó el rostro de Gary un par de veces antes de apartarse de su lado. Su respiración estaba agitada, sus puños dolían, pero no se arrepentía de nada.—No vuelvas a tocarme, Gary. No te he traicionado, no tomé nada de tu oficina, no sé como llegaron estos documentos hasta mi departamento; sin embargo, no voy a esforzarme en demostrarte mi inocencia, cree lo que te dé la puta gana —gruñó con enfado.Gary lo miró con enojo, se levantó del piso, limpiándose la comisura de sus labios, también sangraba.—Tienes muchos motivos para hacer lo que hiciste, ¿cómo esperas que pueda confia
«Siendo un mesero, aprenderás a valorar lo que perdiste por idiota.»Brooke no pudo apartar aquellas palabras de su memoria, la voz de Gary lo atormentaba y la rabia iba creciendo cada vez más y más al darse cuenta de que no tenía más remedio que humillarse ante él y aceptar lo que le ofrecía.—Te lo dije —susurró Gary, acariciándole la mejilla. Brooke se estremeció y deseó apartarse de él, lo último que deseaba era tener sexo con el hombre que volvía a causarle dolor.—Has ganado, Gary, aquí estoy —se las arregló a decir.Brooke se resistió al llanto, no servía de nada y no quería humillarse más de lo que estaba haciéndolo.—No debiste traicionarme, Brooke.Él apartó el rostro cuando Gary intentó besarlo y gimió cuando la mano fuerte presionó sus mejillas y le hicieron mirarlo. Brooke tembló al ver el odio reflejado en aquellos ojos que lo habían visto diferente, aquellos ojos que lo invitaron a confiar. Se maldecía y maldecía a Gary con todas las fuerzas de su corazón.—Suéltame —p
Richard miró al chico y asintió, por alguna razón Brooke le recordaba a Nick Turner, el protegido y pareja de su jefe.—¿Qué? —cuestionó Brooke al sentir la mirada fija de Richard sobre él.—Tienes el labio roto y hay un moretón en tu mejilla, ¿estás seguro de que te sientes bien? —cuestionó el hombre—, será mejor que vayamos al hospital para asegurarnos de que no haya lesiones que luego tengas que lamentar.Brooke apartó la mirada y se fijó en los grandes edificios que iban quedando atrás, cómo si eso fuese lo más interesante.—No creo que haya otro tipo de lesiones y para serte sincero, prefiero ir a mi casa. En el hospital me harán preguntas y no estoy seguro de poder responderlas —susurró.—¿No vas a presentar una denuncia por el ataque? —le cuestionó.Brooke negó.—De nada servirá, es un tipo con poder e influencias. Tardaré más en la estación de policía poniendo una denuncia de que lo que él tardará en salir.—¿Conoces a tu agresor?Él asintió ante la pregunta del agente.—Enton